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10 consejos antes de salir de viaje

Una parte importante de un viaje es tener un cúmulo de gratos recuerdos, momentos únicos y encantadores.  Buena parte de ellos pueden ser opacados por una falla mecánica, un incidente o, en el peor de los casos, un accidente automotriz.  Por eso, la prevención puede ser una apuesta por minimizar el riesgo de experiencia desagradable.

Revisar el medio de transporte con suficiente tiempo de antelación, como para una reparación adecuada, debe ser la norma a seguir cuando el vehículo va a ser la parte medular de un viaje.

Si bien es casi imposible prevenir todas las posibles fallas del auto, una revisión de los temas con mayor recurrencia de desperfectos ayudará a evitar que cosas relativamente sencillas causen situaciones y desencadenen escenarios poco agradables y se dé un efecto de bola de nieve en donde algo simple genere problemas más grandes y hasta riesgos mayores.

Los puntos básicos a revisar en el automóvil antes de salir de viaje son:

1. Frenos: tan importante es desplazarse en un carro, como poder detenerlo.  El buen estado de pastillas y zapatas de los sistemas es vital.  Limpieza, calibración y revisión del sistema de frenos garantizarán el trabajo que harán durante el viaje.  El nivel del líquido de frenos y el grado de calidad del producto serán esenciales para tener una buena llegada al destino y un feliz retorno.

La calibración del freno de parqueo -o freno de mano- debe estar incluida en la revisión del sistema.


2. Neumáticos: deben tener suficiente labor en la banda de rodamiento para que soporten una larga jornada.  Una llanta defectuosa puede ser la causa de un accidente con fatales consecuencias.  La presión neumática correcta permitirá su buen funcionamiento para acelerar, cruzar y frenar.

La llanta de repuesto en buenas condiciones y debidamente inflada es de obligada presencia en el viaje.
Dentro de este rubro debe considerarse la revisión de los ejes, el balanceo, la alineación de neumáticos, así como el funcionamiento de amortiguadores, resortes y hules de soporte.


3. Sistema de refrigeración: comenzando por la básica confirmación de tener agua o refrigerante dentro del rango de cantidad óptima, hasta la verificación del debido desempeño de la bomba de agua, evitarán sobrecalentamiento del motor, lo cual puede dar pie a un daño en el empaque de la culata y hasta ruptura de partes del motor.


4. Sistema de lubricación: utilizar un aceite de buena calidad y del grado adecuado para cada motor, en función de sus demandas de funcionamiento, tiempo de uso o edad y el tipo de viaje a realizar, permitirá un buen funcionamiento.  El filtro es un elemento de vital importancia porque mantendrá libre de partículas sólidas el flujo del aceite en el motor.  Una de las funciones del lubricante es acarrear calor del motor, por lo que resulta esencial para proteger la planta motriz de un eventual recalentamiento.

En términos de auténtico valor, en los aceites de motor se hace más que evidente el sabio refrán: “Lo barato, sale caro”.


5. Fajas: estos elementos son los responsables del armonioso movimiento entre diversos sistemas del motor.  Por lo tanto, la ruptura de una faja puede dejar varado un automóvil en cualquier momento.  Lo más aconsejable es cambiar las fajas antes de salir de viaje y guardar en el maletero aquellas que todavía están en buen estado, porque pueden ser un valioso repuesto ante una inesperada ruptura de aquellas montadas en el motor.


6. Equipo en el maletero: debe ir todo lo necesario, pero no debe sobrecargarse el auto.  En primer lugar allí debe estar todo el equipo requerido para cambiar una llanta: la de repuesto, tricket o alza-carro, destornillador para quitar platos y llave de pernos o chuchos.  Además de los triángulos reflectivos, extinguidor de fuegos, recipiente de agua, envase para acarrear combustible, embudo de plástico, manguera pequeña, set de herramientas básicas, fusibles eléctricos, faja del motor y botiquín de primeros auxilios.


7. Sistema eléctrico: los cables endurecidos y a punto de colapsar por recalentamiento pueden inmovilizar al carro y hasta provocar un incendio.  La revisión debe incluir medición de carga de alternador, estado del acumulador, operación de limpiaparabrisas, cables de bujías y bobina, conexiones de los sistemas de funcionamiento de alza vidrios, luces, indicadores.  El estado del arnés eléctrico determinará el flujo eléctrico para el funcionamiento del motor y de los sistemas periféricos.


8. Embrague: si el disco del embrague ya no empalma adecuadamente, la energía proveniente del motor ya no se trasladará eficientemente hacia el tren motriz, los cambios serán lentos y la eficacia del carro será baja.  Revisar el estado de todo el embrague, su calibración, su nivel de desgaste, que el cojinete del collarín no haga ruido y la completa confirmación de su buen funcionamiento es muy conveniente.


9. Cojinetes: estas partes permiten el libre juego de rodamientos en movimiento.  Su debida lubricación evita la fricción provocada por el calor y partículas sólidas depositadas en los tambores o esferas internas del cojinete.  Si la grasa que se utiliza no tiene las características necesarias para el funcionamiento, o es de mala calidad, las partes internas del cojinete tendrán una alta fricción y, muy probablemente, lleguen a fundirse por el calor generado en ellas, soldándolas, de manera que la llanta queda totalmente inmóvil evitando así que el carro se mueva.  En otras palabras, la llanta se atasca y el auto no puede moverse.


10. Vidrios: pulirlos permitirá que la visión del conductor sea mejor en términos de distancia de profundidad de campo visual, menor obstrucción por pequeñas partículas en la superficie del vidrio y refracción de la luz.  Además de entorpecimiento normal de tales elementos, su presencia provoca cansancio visual y fatiga al manejar, condiciones que tornan peligrosa la conducción.


Por Néstor A. Larrazábal B

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