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Leopoldo Barrientos

Leopoldo Barrientos (Guatemala, 1976) juega con el azar, la razón y la moda en esta, su más reciente muestra, que presentó en la Galería El Túnel. Inspirado por el libro El museo de los naipes y por su gusto por el juego ciencia, creó 18 esculturas con resina de poliéster, cromos y objetos varios cargados de simbolismo y ejecutados con excelente técnica. Su Rey de Corazones, por ejemplo, evoca a su avatar de la baraja, cubierto con tornillos, y en sus manos sostiene un signo de dólar. Nada podría ser más elocuente para subrayar la indisoluble asociación del juego con el dinero.

Junto con esta serie presenta a un caballo y a la dama del ajedrez, juego alejado de apuestas y garitos, determinado por la razón, en el cual para triunfar se necesita de una habilidad casi innata. Su lenguaje es posmoderno y figurativo y a pesar de que ambos, baraja y ajedrez, formen parte del imaginario colectivo, la propuesta de Barrientos les confiere una dimensión extraña, inquietante y misteriosa.

Un tercer conjunto representa a figuraciones femeninas con aplicaciones en la cabeza que surgieron de lo que el artista llama el juego de la moda.
La primera inspiración de Leopoldo fue la pintura, pero pronto se inclinó por la escultura, la cual estudió guiado por la mano de su padre, el maestro Óscar Barrientos. Más adelante habría de seguir una licenciatura en Arte en la Universidad de San Carlos, en donde se graduó. Continuó estudios de dibujo con Danny Schafer; de xilografía en la Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, y tomó cursos libres con Moisés Barrios y con Anacleto Camey.
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Su primera exposición la montó en 1999. Tardaría ocho años en hacerlo de nuevo. Desde entonces, y ya con regularidad, ha expuesto en los espacios de Cantón Exposición, el IGA, la Galería El Túnel y en el Musac. Obras suyas han formado parte de exposiciones colectivas que han tenido lugar en Alemania, La Habana y México.

[‘Leopoldo Barrientos en sus esculturas que ahora expone inicia una nueva búsqueda de hacer escultura o pintura, más allá del bulto escultórico tradicional en pedestal y del alto por ancho de la pintura sobre tela en bastidor’. Roberto Cabrera, Pintor e investigador académico.]

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