Almas de Cristal

Dos galerías, El Túnel, en Guatemala, y The Americas Collection, en Coral Gables, Florida, albergaron a la vez esta, la más reciente muestra de Maríadolores Castellanos (Boston, Massachusetts, 1958). La colección comprende 22 esculturas en Guatemala y otras 12 en Florida, todas inéditas, de factura reciente, nacidas de moldes nuevos, realizadas en técnica mixta.

Resina, stoneware y bronce, en mediano y gran formatos dan cuerpo a una propuesta que continúa su trayectoria iniciada en 1989, pero que se siente renovada, un paso adelante en su estilo, por sus acentuadas líneas orgánicas. ‘Diferentes protagonistas van representando cada obra: humanos, vegetales, animales, los cuerpos celestes
, a los cuales se les ha dado un significado particular, ya que la energía de los cristales le da vida a su alma, pues cada quien tiene una misión particular en el cosmos, y todos se encuentran hermanados y unidos para entender la existencia de los unos con los otros y el sentido de no poder ser el uno sin el otro, siendo aquí donde a través del universo nacen las almas viajeras, las almas de cristal’.

Y alma tiene cada escultura y de vieja raigambre: si se explora su contenido se verá una minuciosa y estructurada selección de inclusiones en las esculturas transparentes, como imágenes tomadas de antiguos textos alquímicos, de atlas de los cielos, de viejos grabados que sugieren a la Reina Virgen o a personajes de una historia ahora nebulosa, pero imperiosamente presente, a manera de estáticas evocaciones del Aleph borgiano.

[ Maríadolores obtuvo el primer lugar de la Bienal Internacional de Escultura de Toyamura, Japón, en 2003, aparte de varios otros galardones nacionales. Ha expuesto en muchos países en donde su obra se encuentra en colecciones privadas y públicas.

Es autodidacta en cerámica y escultura, pero estudió restauración de pintura de caballete en la Escuela de Artes Aplicadas a la Restauración, Madrid, España, y pintura con los maestros Roberto Cabrera, Manolo Gallardo, Roberto González Goyri y Elmar Rojas. ]

Por León Aguilera Radford