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El lado serio de Andrew Garfield

Sin la máscara del Hombre Araña y con una prominente barba, Andrew Garfield me recibió bastante serio para la entrevista, eso probablemente haya sido porque el encuentro fue muy temprano y también por el drama real detrás de su nueva película 99 Homes.

Sin la máscara del Hombre Araña y con una prominente barba, Andrew Garfield me recibió bastante serio para la entrevista, eso probablemente haya sido porque el encuentro fue muy temprano y también por el drama real detrás de su nueva película 99 Homes.

 
Por Fabián W. Waintal © Copyright 2014
Adaptado por Karla Rímola
 

De vuelta al drama

Con una barba frondosa Andrew Garfield protagoniza con Laura Dern la cinta 99 Homes, es el relato de un padre que tiene problemas para volver a la casa, de la cual su familia fue desalojada durante la época de la crisis inmobiliaria. En medio de la ficción y el drama de la historia, el filme muestra una verdadera realidad de la economía en Estados Unidos.

¿Al comparar los efectos especiales de las grandes producciones, con las películas independientes, el trabajo como actor sigue siendo el mismo o cambia cuando hay en juego muchos millones de dólares?

No, para mí es todo lo mismo. Cada momento es tan importante como el último y el próximo. Yo pongo todos mis trabajos en el mismo plato. No hay diferencias en lo que se refiere a mi pasión, porque no podría ir a trabajar o lo haría, pero se enfermaría mi alma.

¿Consideras que las cintas de la saga del Hombre Araña cambiaron en alguna forma el estilo de películas que buscas hoy?

Podrá ser una sorpresa escucharlo, pero yo quería ser el Hombre Araña desde que tenía tres años. Y cumplir esa fantasía es tan vital como la próxima película. Trato de no pensar demasiado sobre el camino que debería tomar o en dónde se supone que debería estar. Procuro hacerle caso a esa voz tranquila que todavía mantengo en mi mente.

¿Cuál dirías que es la lección más importante que aprendiste del mundo de las superproducciones?

Aprendí muchísimo con las películas del Hombre Araña. Con decirte que casi no dormí con la primera. De verdad tomé la responsabilidad al máximo. Traté de dar todo lo que estaba a mi alcance cada día. Incluso en aquellas jornadas en las que sentía que no podía conseguir el nivel emocional que quería o no podía llegar al nivel que yo quería alcanzar físicamente.

¿Y el hecho de tener un muñeco en las jugueterías con tu imagen?

Trato de no mirar (risas). Cuando los vi por primera vez en una juguetería cuando andaba de compras con mis sobrinos, necesité media hora para asimilarlo. Te digo que fue una cura de humildad, una verdadera cura. Pero no es algo con lo que me identifico. Los niños quieren comprar el juguete del Hombre Araña solo cuando tiene la máscara puesta. La figura de Peter Parker ayuda a recordar que el superhéroe es una persona como todos los demás. Eso es lo emocionante. El hecho de encarnarlo y darle vida para que lo vean los niños de cinco o seis años es un honor, pero al ver al muñeco que representa a Parker, no lo tomo como algo personal.

Ahora tu público te verá interpretando un papel totalmente distinto. ¿Durante la investigación de la verdadera crisis de hipotecas que hubo en Estados Unidos, encontraste alguna historia en particular que te ayudó a desarrollar tu personaje?

Tuve varias o demasiadas. Mucha gente sufrió la humillación emocional de alguien a quien solo le importaban las cifras de un papel llamado hipoteca. Lo veo como ordenar un asesinato sin ninguna consecuencia emocional. Todas las historias tenían la misma versión de estrés, aún hoy en día es difícil hablar del tema porque sigue pasando, incluso ahora mientras hablamos de esta producción. La gente con la que hablé todavía se está recuperando, todavía está buscando el camino de vuelta a su casa. Con mucha pena puedo decirte que me inspiré en historias que se dieron en mi propia familia.

¿Cómo fue que te ofrecieron esta película?

El director Ramin Bahrani se me acercó por un amigo en común, el productor Kevin Toruen. Tuvimos una reunión donde nos conectamos enseguida, en Tribeca, comiendo un asado en su cumpleaños y Ramin, en lo que solo puedo describir como un ritual amoroso, me presentó una copia del guion. Esa misma noche lo leí y antes de llegar a la mitad, justo cuando desalojan a la familia, sentí que tenía que hacer esta cinta. Así fue como me la ofrecieron, su mensaje me llegó de la forma más profunda, pues me pareció una historia universal.

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