blog

El encantador George Clooney

Periodistas especializados en farándula coinciden al afirmar que una de las principales cualidades del actor George Clooney es no permitir a su alrededor un aire de superestrella. Él mismo sabe y está consciente de su atractivo y no necesita esforzarse.

¿Cuáles son los más grandes cambios que nota en su trabajo, desde que comenzó con la actuación, hasta hoy?
Crecí trabajando en la televisión en vivo. Siempre me pareció un lugar interesante para buscar presiones. En ese sentido deberíamos retroceder para aprovechar la magia de aquellas transmisiones en tiempo real. Siempre me pareció un desafío inteligente. Ahora que lo pienso, ningún otro trabajo me ha puesto tan nervioso.

¿Se preocupa cuando otra película importante estrena el mismo fin de semana que alguna en la que usted es el protagonista?
Por lo general, me interesan los proyectos que duran más que un solo fin de semana. Si llego a cumplir 75 años y asisto a la ceremonia de los premios de la Academia en silla de ruedas, no quiero que el único mérito de mi carrera sea que tuve 20 películas que se estrenaron en primer lugar de las taquillas. ¿A quién le importa? Honestamente el cine es un arte que cuesta millones de dólares. Entiendo el lado comercial y quiero asegurarme de que funcione al mantener los costos bajos. La verdad quiero hacer cine que la gente recuerde. Si logro hacerlo con cinco o diez de esas fabulosas cintas que perduran, me consideraré un ganador, bueno, a menos que alguien rompa mi silla de ruedas (risas).

¿Llegar al cine después de un éxito de televisión como ER, facilitó el camino del estrellato? ¿Qué tan difícil resultó la transición?
Aunque pasé por programas malísimos debo admitir que yo también era realmente malo. De joven es común pensar que eres actor de cine y que el pésimo programa donde trabajas es temporal, hasta que logres dar el gran salto a la pantalla grande. Considero que en la vida de todo actor hay un período de tiempo donde solo tratas de conseguir trabajo y después tienes un poco de suerte. Para mi ER fue pura suerte. Si no me equivoco se iba a transmitir los viernes a las diez de la noche y en ese horario no hubiéramos tenido ni el 30 por ciento del rating que tuvimos los jueves por la noche. Eso para mí es suerte. Hoy hablan de buenos números con 17 millones de televidentes y nosotros teníamos 35, 40, hasta 45 millones por semana. Con esa aceptación de inmediato pasé de la oscuridad total a las propuestas de cine que nunca antes había conseguido.

¿En qué momento de su carrera se dio cuenta de que debía fijarse en la calidad por encima de la cantidad de millones de dólares?
Al hacer un poco de memoria tengo presente que me fue bien después de Out of Sight y Three Kings y Oh Brother, Where Are Thou. Luego de esas oportunidades comprendí que debía trabajar con buenos directores y guiones impactantes. Eso marca la diferencia.

Si tuviera que votar en los Oscar por usted mismo ¿qué piensa el actor George Clooney acerca del director George Clooney, y viceversa?
Bueno, a George Clooney le encanta hablar sobre él en tercera persona (ríe). En realidad no me gusta pensar en esos términos, siempre trato de separar un trabajo del otro. En el caso de The Descendants tenía un buen director y lo que me decía que hiciera lo hacía. Como actor fue mucho más fácil, no tenía que pensar como director, para nada, porque tenía otras manos en donde apoyarme.

¿No le molesta competir con usted mismo, estrenando dos películas casi al mismo tiempo, incluso para el Oscar?
Me parece muy extraño pensar en términos de competencia al hablar de algo que todavía se considera arte. Desde mi punto de vista no pienso que sea competir. Evito pensar en esos términos si se trata de actores o directores. Se compite, en cierta forma, con las recaudaciones, pero los estrenos están distanciados para dar tiempo al público para ver las dos. Me encantaría que gusten ambas. Trato de hacer cine para la gente, películas que sean de su agrado. No es algo fácil porque hay que mantener el presupuesto bajo, para concretarlas.

¿En qué se basó para interpretar el personaje del padre en la película The Descendants, si tenemos en cuenta que no tiene hijos? ¿O sabe algo que nosotros no sabemos?
Bueno, justamente quería darte la noticia sobre mis hijos (ríe con evidente tono burlón). La verdad es que ya había interpretado el rol de un padre antes. No pienso que necesites inyectarte heroína para interpretar a un adicto. La mayoría de la gente no se postula para ser presidente, pero yo puedo interpretar a un candidato. Hay temas que no es necesario vivirlos para entenderlos. En la película tenía esas hermosas niñas conmigo y era como si fueran mis hijas, solo tenía que devolverlas al final del día. Así es mucho mejor (ríe).

Sin haber pasado por una escuela profesional, ¿con quién diría que tuvo las mejores lecciones como director de cine?
Antes de hacer mi primera película había leído un libro de Sidney Lumet que me ayudó mucho. Enseña algunos trucos de cómo armar las primeras tomas rapidísimo, aunque no se usen después. Así la gente del equipo, incluyendo a los protagonistas, se ponen nerviosos, porque piensan que todo va a ser muy rápido y, a la vez, eso cambia la química en el estudio. Fue la mejor lección que tuve, especialmente la primera vez como director. Pero tampoco lastima ver otras películas. Creo que Network es una obra maestra y Lumet, su director, está entre los mejores.

¿Le gusta la idea de ganar un Oscar como director?
Después de haberlo ganado me quedo bastante contento si la gente aprecia mi trabajo. Disfruto tanto las buenas críticas como las malas. No tengo ninguna necesidad de coleccionar premios. Es verdad, hay cierto momento en la vida en que uno se vuelve muy competitivo, hasta que te das cuenta de que es una tontería. No me cabe en la cabeza cómo puede compararse a los artistas entre sí. Ni siquiera me acuerdo quien ganó el Oscar cuatro años atrás, solo me acuerdo de las películas y no de los premios que recibieron.
Fotografías Disponibles Bajo Derechos Reservados de Fox Searchlight y Sony Pictures.

Yi11202539627

En pleno ascenso

El éxito del actor fue más evidente en la entrega del Oscar de 2006, cuando recibió nada menos que tres nominaciones por dos películas diferentes: Como Mejor Actor de Reparto por Syriana y como Mejor Guión y Mejor Dirección por la película Good night, and good luck.

Incluso se convirtió en el primer actor, en la historia de los premios, nominado como Mejor Actor por una película y Mejor Director por otra. Y al parecer la historia puede repetirse, ahora que estrena casi al mismo tiempo la película The Ides of March como director/productor/guionista/protagonista, y con el estreno de la dramática historia de un padre en The Descendants.

Fabián W. Waintal © Copyright 2012

s