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El surrealismo de Sonia Menna Barreto

Un cierto toque surrealista y onírico impregna la obra de Sonia Menna Barreto, basado en la subversión de la realidad y sus relaciones espaciales, temporales y lógicas.  Al reflexionar sobre el lenguaje artístico, teniendo como referente a su propia obra, su pintura se torna metalingüística que, a pesar de jugar a menudo con imágenes del pasado, mantiene un enfoque moderno. Enock Sacramento, septiembre de 2004.

La Royal Collection de Isabel II de Inglaterra y Bill Gates se incluyen entre los poseedores de la obra de esta artista brasileña, São Paulo, 1953, cuyo despegue meteórico no ha cesado su impulso desde su inicio.  A los 16 años empezó sus estudios con Waldemar Da Costa, para desatar una trayectoria que la ha llevado a exhibir en las principales galerías y museos.  De hecho, su primera exposición se convirtió de inmediato en un éxito rotundo.  Se trata de una propuesta de factura difícil, ya que pinta óleo sobre un lino tratado al estilo del siglo XVIII.  Por eso, su producción es limitada y exige un precio muy alto.  Sin embargo, sus serigrafías firmadas satisfacen una más amplia y siempre voraz demanda por sus creaciones.  Y no es para menos, porque aunque su inspiración es de clara raigambre occidental, atípica en una cultura como la afrobrasileña, evoca mucho a la cosmovisión latinoamericana, con ese toque personal, único, que solo un creador de altura es capaz de alcanzar.  En sus lienzos define un espacio poblado por multitud de figuraciones antropo y zoomórficas, rodeadas de objetos cotidianos, sin respetar ni a los más básicos principios de la perspectiva.  El resultado son ideouniversos que engullen al espectador vertiginosamente.

Por León Aguilera Radford

Fotos: Galería de Arte Latinoamericano.  www.latinamerican-art.com

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