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Bailar desde el corazón

Despertó una mañana en su apartamento en el Distrito Federal, México. Sabía que era el momento de cambiar de rutina, abandonar la vida como diseñadora gráfica y volver a los escenarios, el baile y la pasión por el arte.

Despertó una mañana en su apartamento en el Distrito Federal, México. Sabía que era el momento de cambiar de rutina, abandonar la vida como diseñadora gráfica y volver a los escenarios, el baile y la pasión por el arte.

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Elizabeth Lara ya era una seguidora de las temporadas de teatro infantil desde los cuatro años. En esa misma época las puertas del arte empezaron a abrirse y sus primeros estudios comenzaron en la Academia Arte Studio Kodaly, dedicada a las artes escénicas, jazz y canto. Su preparación siguió a lo largo de los años, cada vez con más retos y experiencias que comparte con revista AMIGA.

¿Cómo fue esa transición de dejar de ser diseñadora industrial para emprender tu propia academia de baile? Mi carrera universitaria me llevó a obtener un trabajo interesante en otro país y durante casi siete años mi rutina incluía desarrollarme como creativa y en el tiempo libre seguí buscando prepararme en clases de baile. La gran sorpresa en México fue descubrir los ritmos latinos, salsa, bachata, kizomba y otros, que me dieron una nueva perspectiva del movimiento. Era feliz, pero en mi interior también algo me decía que debía dedicarme por completo a mi pasión, así que renuncié al trabajo y junto a mi socio Juan Jaime dispusimos abrir la academia DF baila.

Comentas que tu proyecto es parte de un movimiento social que busca iniciativas saludables en México. ¿Cuál es el apoyo de DF baila? Existe diversidad de propuestas que están buscando comer más sano, reciclar, ejercitarse y en ese punto bailar es una de las acciones más naturales del ser humano.

Bailar es una manera divertida de ejercitarse, pero tiene otros beneficios más allá de lo físico ¿ayuda en lo emocional? El movimiento se trata de encontrarnos con nosotros mismos y ser creativos. Nos ayuda a ser más flexibles no solo corporalmente, sino con todo a nuestro alrededor. Al lograr esta conexión interna somos más conscientes de nuestros movimientos cotidianos y descubrimos nuevamente nuestro cuerpo. Otro de los beneficios es bailar en pareja, ahí se da un ejercicio de comunicación sin palabras, solo el movimiento que rompe barreras.

Para ti es trabajo aquello que para otros es su zona de descanso. ¿Qué haces para relajarte? Salir a correr, preparar mi condición física, dormir bien y comer saludable, es parte ahora de mi trabajo y lo disfruto. Me gusta compartir con mi familia cuando los visito en Guatemala y además amo viajar, esto último todavía me hace falta hacerlo más.

¿Qué te motiva a seguir adelante cuando pasas por problemas o momentos difíciles? Creo en Dios, en la vida o el nombre que tenga, es mi motivación. También intento ver los problemas desde una perspectiva distinta, cuando llegan trato de aprender de ellos y crecer.

Si le hablas ahora a la niña que fuiste ¿qué le dirías? Le diría que siguiera sus sueños sin miedo. Temí mucho dejar a mi familia e irme a estudiar y trabajar al extranjero, pero esa voz interna siempre te da las respuestas de aquello que es correcto hacer.

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Trayectoria

Parte de la historia de Elizabeth Lara es su preparación. En 1987 ingresó en la Academia Arte Studio Kodaly, en 1998 fue aceptada en la Academia de Ballet y en 2003 fue reconocida como bailarina revelación a nivel nacional. Entre sus maestras estuvieron las guatemaltecas destacadas Alma Monsanto, Coralia Penedo, Alina Schneider y Zoila Vásquez.

¡Todos a moverse!

Durante el año el proyecto DF Baila tiene clases permanentes de ritmos latinos para personas de todas las edades. También se imparten talleres y presentaciones especiales. Para 2015 ha dado algunos cursos en Guatemala y espera concretar alianzas para otros talleres que unan el arte de la música y el baile.

Fotografías cortesia de: Anibal Alfaro, Julieta Ordonez y Garcia Tapia.

 

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