Protagonista

“Esta década ha sido de muchos desafíos para las mujeres”

Minou Tavárez Mirabal es llamada “La voz de los sin voz” en República Dominicana.  Es diputada al Congreso nacional desde 2002 y ex vicecanciller de su país (1996-2000), licenciada en filología hispánica por la universidad de La Habana y vicepresidenta de la Confederación de Parlamentarios de las Américas (Copa).  Por sus venas corre sangre rebelde, heredada de sus padres Manolo Tavárez y Minerva Mirabal, dos dominicanos con una elevada sensibilidad por la libertad, la igualdad y la equidad social de su país.

Lleva tatuado su pasado en el corazón y lo ha utilizado para luchar en su presente por las causas sociales de su país, así como por los derechos de las mujeres en América Latina.

Tavárez Mirabal tuvo que forjar su identidad como ser humano, tras una infancia sin sus padres.  Cuando apenas teníacuatro años, la vida le arrebató a su madre, Minerva, quien junto a sus hermanas María Teresa y Patria Mirabal fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960, durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.  Tres años después, también harían lo mismo a su padre Manolo.

Como un justo reconocimiento a la lucha de las hermanas Mirabal, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.  “El ejemplo de mi madre y mis tías ha servido para crear conciencia sobre la necesidad de erradicar esta violencia que nuestras sociedades ejercen contra las mujeres”, señala Minou, quien llegó a Guatemala para participar en un evento organizado por ONU Mujeres y OEA.

En entrevista para Revista Amiga, expone sobre los avances que se han dado en la última década en beneficio de la mujer, pero también de los desafíos y obstáculos que aún quedan por vencer.

 -En nuestro país se discute actualmente un proyecto de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, en el cual se busca aprobar un sistema de cuotas parlamentarias.  ¿Cómo cree que esto pueda beneficiar a este sector?

Definitivamente son acciones positivas que impulsan y aceleran el proceso de justicia de igualdad y participación de las mujeres.  En los 20 países de América Latina donde han incorporado estas medidas, se han visto muchos beneficios de representación y de leyes en favor de los movimientos feministas.

Además, este tipo de medidas rompe con la cultura de discriminación pero a la vez, da valor al enorme trabajo que las mujeres realizan dentro de las agrupaciones políticas.

– ¿Y cómo se beneficia la política con esta participación?

Se ha demostrado que la participación femenina enriquece la política, no solo con nuevos rostros, sino con nuevas propuestas de leyes y con reactivar agendas en las distintas comisiones parlamentarias.

¿De qué forma se enriquecen las propuestas de ley y las agendas con la participación de las mujeres en los Congresos?

En estos países que menciono, las congresistas han llegado a proponer leyes de temas sociales que por muchos años atrás habían estado muertos.  Por ejemplo, leyes en favor de la educación, el acceso a los servicios públicos, la salud, el aborto, la pobreza y muchos otros, lo cual es una ganancia para la población en general.

-A muchos, incluso mujeres, no les parece la idea de las cuotas y van más allá al buscar la paridad de género, ¿Cuál es su criterio?

Debe quedar claro que las cuotas deben ser transitorias.  Representan una medida para alcanzar la meta que es la paridad.  Lo justo es la paridad y deberá ser lo permanente.  Aunque no necesariamente implica un 50-50, puede ser un 42-58 o hasta un 60-40.

Lo que buscamos es que haya igualdad, en donde las decisiones más importantes para cada país las tomemos todos y todas, porque nos afectan y benefician a todas y todos.

-¿Cómo califica la distribución que existe actualmente en los partidos políticos y demás puestos de elección?

Es un distribución inequitativa y de lo más injusto que hay.  Además, es una deuda pendiente de nuestras sociedades con las mujeres.

¿Qué consejos les daría a las mujeres que alcanzan puestos de elección, para que no desperdicien la oportunidad?

Creo que se debe dar oportunidad a todas las mujeres para que participen, aunque no tengan conciencia de género y no estén comprometidas con la lucha femenina.  Con su presencia ya se está dando un cambio.  Si llegan, inspiran a otras.

Aunque sería mejor que las mujeres con puestos importantes lleven esa conciencia de buscar la igualdad, en todos los ámbitos.

A la par de ello, quienes lleguen a puestos de elección deben realizar su trabajo con transparencia, con coherencia y en total comunión con sus promesas de campaña.

-En su experiencia como política y activista de derechos de las mujeres, ¿Cómo ve el panorama actual de este sector?

Creo que hay muchos avances, pero todavía hay que solucionar algunos problemas graves de nuestras sociedades.  Por ejemplo, el tema de la violencia contra las mujeres, no solo la física, que es la más aberrante, sino aquellos obstáculos que impiden la representación de las mujeres en la toma de decisiones económicas, políticas y judiciales.

Además, se debe trabajar por garantizarles un mayor acceso a oportunidades laborales y sociales, a la educación, la justicia y a los recursos productivos.

Muchos de los problemas de las mujeres se han invisibilizado.  Por ejemplo, la que normalmente se conoce como la doble jornada en el trabajo y en la casa, hasta las barreras no explícitas que suelen encontrar para alcanzar puestos directivos en las empresas públicas y privadas.  Esto debe cambiar.

-Guatemala cuenta con un andamiaje legal considerado de primer nivel a nivel mundial; sin embargo la violencia, la discriminación y los asesinatos de mujeres continúan, ¿Qué hace falta para cambiar?

El problema no es la ley.  Tenemos un problema de ilusionismo legal: creemos que con las leyes se van a solucionar los problemas y entonces estamos llenos de leyes muy buenas, pero que no se cumplen, y eso tiene que ver con la voluntad política de nuestros gobernantes y la sociedad en general.

-¿Qué avances cree que se han dado en los últimos años?

Es larguísimo el camino que hemos recorrido.  La revolución más importante que ha vivido la humanidad en toda su historia, es la revolución de la que hemos sido protagonistas las mujeres, desde la segunda mitad del siglo XIX a la fecha.

Hoy estamos visibilizadas, pues los problemas de las mujeres los podemos plantear y traerlos a debate.  Hemos sido fundamentales en la creación de conciencia, a tal grado que la opinión pública ha asumido que la mujer es uno de los principales motores actuales del cambio social.

-¿Hace falta mucho para hacer efectiva la igualdad de género?

Estoy convencida que todo esto tiene que ver con la voluntad política y el compromiso.  La igualdad de género se debe alcanzar, no sólo por ser imperativo moral, sino porque también es una manera de promover prosperidad y bienestar.

Tenemos que darnos cuenta que sin democracia no es posible construir desarrollo, ni mucho menos ver a hombres y mujeres con los mismos derechos, con las mismas oportunidades y sin discriminación.

Por Jeovany Ibañez – Fotos: Paul Devaux