Sololatecas muestran su talento

Las voces, manos y creatividad de las mujeres de Sololá están en una etapa de renacimiento.  Ellas exploran nuevas rutas de autosostenibilidad que empiezan a tener frutos positivos para todos.

Por Ingrid Reyes

Las mujeres en Sololá ya no están en su hogar cocinando de forma anónima ni regalando su trabajo y talento.  Hoy se las ve en diferentes espacios siendo protagonistas en sus empresas familiares, apoyándose como sector y creando cada día nuevas formas de ofrecer productos y servicios con el valor agregado de la originalidad.

Estas vivencias se perciben al pasear por toda una ruta llena de color, sabor e inspiración de las diversas comunidades que rodean el Lago de Atitlán, como Santa Cruz la Laguna, San Antonio Palopó y San Lucas Tolimán.  Las mujeres están listas para recibir a los turistas, seleccionar los productos orgánicos sembrados en el lugar y enseñar a los hambrientos de conocimiento de la cocina regional a preparar diversidad de platillos propios.

La propuesta es que los visitantes se sumerjan en una cocina real y preparen junto a las cocineras el menú que va desde un tamal llamado pat, recados, patín, iguashte y otra serie de delicias, hasta otros elaborados con hierbas de la localidad, o bien propuestas más atrevidas como crepas con hongos ostra.  Lucía Cojtí es parte de esta iniciativa y comenta que existe un gran número de recetas disponibles, y en su comunidad, Santa Cruz, cerca de 20 mujeres se han preparado para atender en forma conjunta este proyecto.

Se capacitan quincenalmente, programan las visitas y evalúan el trabajo realizado.  Conservan su gastronomía, pero también experimentan con platillos nuevos aprovechando los ingredientes propios.

Además, estas comunidades han trabajado en descubrir los tesoros patrimoniales del municipio.  La finalidad es encontrar los atractivos y la historia que teje su cultura, por ejemplo, después de cocinar en Santa Cruz se recomienda dar un paseo por los alrededores, visitar la plaza y conocer otras propuestas artesanales de la región.

Pero la cocina no es la única alternativa.  El trabajo de las mujeres también se ve en las siembras de productos, en la elaboración de artesanías, tejidos y otros artículos que buscan establecerse en la preferencia de los visitantes.  Podría aprovecharse la opción de ir a Santa Catarina Palopó y aprender a elaborar artesanías de barro, además de hacer en la zona paseos de contacto con la naturaleza.  “Por medio de estas ofertas las mujeres generan ingresos y dan a conocer sus técnicas, habilidades y destrezas, lo cual se transforma en sustento para sus familias”, agrega Cojtí. 

La municipalidad cuenta con tres locales para venta exclusiva de los artesanos que dejan sus productos a consignación, entre ellos hay tejidos, velas, trabajos de madera, medicina natural.

En sí, el proceso de involucrar a la mujer no ha sido sencillo porque al principio tenían temor de involucrarse y carecían del apoyo de sus esposos, según afirma Grabriela Briton, directora de Prosol, una entidad canadiense que junto con otras instituciones ha invertido en crear oportunidades de capacitación en el área.  Hay un trabajo constante para que los pobladores reconozcan qué tienen en sus espacios, las aprovechen y gestionen soluciones concretas de beneficio para todos.  Prosol por ahora ha participado en la zona durante siete años y se encuentra a meses de cerrar sus operaciones para que cada uno de los proyectos camine solo y se sostenga. 

“Cada uno de estos proyectos es una oportunidad para convertirlos en un atractivo a nivel internacional y el siguiente paso es abrir estos espacios de crecimiento”.
Rolando Álvarez, presidente de la Fundación Intercambios Culturales y Académicos.

Ellos han apoyado en diversos ejes como agricultura y turismo.  En el primero de ellos cerca de 1,500 agricultores -hombres y mujeres- han seguido el progreso de las familias, quienes han hecho que su economía crezca en un 500 por ciento durante los últimos años.

Orlando Álvarez, de la Fundación Intercambios Culturales y Académicos, comenta que cada uno de estos proyectos actuales es una oportunidad para convertirlos en un atractivo a nivel internacional y el siguiente paso es abrirlos a estos espacios de crecimiento.  En este mes Álvarez tiene contemplado invitar y participar con algunos artesanos locales en una feria que se realizará en la Universidad de Alberta, Canadá.  Este resultado es parte del esfuerzo y confianza de las comunidades, pero también del apoyo internacional que ha sembrado esa semilla.

El libro

Una de las acciones que ha integrado a las comunidades es la edición del libro llamado La ruta del sabor, el cual cuenta con más de 16 recetas.  Una breve recopilación de los platillos más tradicionales.