Tus valores sobre la balanza

Cuando depositas la basura en su lugar, saludas a las personas, respetas las leyes de tránsito y ejecutas tus roles con honestidad, honradez y responsabilidad, practicas valores. De hecho, Guatemala necesita de personas comprometidas, que hagan florecer de nuevo la armonía y bienestar en el país desde cualquier ámbito.

Por Yeni Leiva y Jeovany Ibañez
Fotoartes: Gerber Sarazúa

La libertad

Es un derecho natural de la persona. De acuerdo con los expertos no es hacer lo que nos venga en gana en cualquier momento, es algo mucho más grande y profundo. Es un nivel más elevado, emerge cuando la persona es reconocida como tal. En esta situación la libertad, como libre albedrío, se convierte en responsabilidad.
Si alguien con autoridad o poder, de cualquier índole, abusa “libremente” en perjuicio del prójimo, está olvidando las bases que le han otorgado esas capacidades para el servicio de los demás.

La humildad

Es un valor que proporciona al ciudadano la capacidad de aceptarse tal y como es, sin menospreciarse por sus fallos, pero sin vanagloriarse por sus aciertos. Una persona humilde aceptará a los demás de este mismo modo. La humildad nos permite mejorar como personas y como sociedad, aprender de los errores y valorar los consejos que otros nos ofrecen, aceptando aquellos que consideramos correctos.

La justicia

Este valor no se limita a los asuntos legales, se extiende a la vida diaria procurando que cada quien reciba lo que le corresponde, tomando decisiones sin afectar negativamente a los demás.
Ser justos con los demás no implica ser jueces. Como sociedad debe existir una justicia igual para todos, que garantice seguridad, cumplimiento de derechos y la resolución de los conflictos de una manera efectiva.

La solidaridad

Es un valor de gran trascendencia para el ser humano, pues gracias a este se han alcanzado los más altos grados de civilización y desarrollo; y se ha logrado sobrevivir y salir adelante luego de los más terribles desastres.
Cuando la ponemos en práctica nos hacemos inmensamente fuertes, y podemos asumir sin temor algunos de los más grandes desafíos, al tiempo que resistimos con firmeza los embates de la adversidad.

El respeto

Podemos ser iguales en nuestro valor como personas, pero diferentes en cuanto a ideas o creencias. Defender nuestro pensamiento no implica despreciar a los demás. Uno de los sentimientos humanos en los que se basa el respeto es la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona; así como comprender sus reacciones y pensamientos aun cuando no los compartamos.

La paz

Es un estado de tranquilidad o quietud. Es un estado interior exento de cólera, odio y sentimientos negativos. Desde tu interior puedes empezar a construir ese bienestar para promoverlo en tus acciones positivas en cualquier rol que ejerzas.

Igualdad y equidad

Todos los ciudadanos deben tener un trato idéntico, los mismos derechos, sin discriminación de sexo, raza, etnia o religión.
Este valor nos inspira a proceder con objetividad, imparcialidad e integridad en la solución constructiva de los problemas y situaciones que se presentan en la vida diaria.