blog

Viajar sin temor

Las jóvenes egipcias corren el riesgo cotidiano de ser acosadas sexualmente en las calles de El Cairo.

Las jóvenes egipcias corren el riesgo cotidiano de ser acosadas sexualmente en las calles de El Cairo.
Sin embargo, un grupo de mujeres de la región decidieron unirse para ponerle un freno a esta situación.   

Por Annabell Van den Berghe/IPS    Adaptado por Yeni Leiva

En Egipto aumentan las violaciones perpetradas por pandillas, en el marco de la inestabilidad política y la pérdida de seguridad desde la revolución.  Junto con una amiga, Zaghloul fundó una organización llamada Basma, para crear conciencia sobre el acoso sexual en las calles de esta metrópoli.  Tras congregar a decenas de voluntarios, el año pasado se movilizaron por primera vez en las calles cercanas a la plaza Tahrir y dentro de las estaciones céntricas del subterráneo.  Zaghloul cree fervientemente que la educación es el principio de todo.

El acoso a las mujeres se ve como normal y hasta es aceptado en Egipto.  Según un estudio realizado en abril por ONU Mujeres, el 99.3 por ciento de egipcias  consultadas sufrieron  acoso sexual.  

Zaghloul observó un cambio.  Por primera vez, la policía participa activamente en la prevención.

Otro fenómeno clave es el aumento de mujeres policías que patrullan el metro.  La coronela Manal y sus nueve colegas mujeres, buscan promover la seguridad en las estaciones.  

Desde los años 90, las mujeres pueden viajar en metro por la ciudad, en vagones reservados para ellas.  Pero esta norma se viola con frecuencia, pues algunos hombres aprovechan justo antes de que se cierren las puertas del metro para saltar hacia los vagones, a sabiendas de que están llenos de mujeres.  “Si un hombre se sube al vagón justo antes de que se cierren las puertas, ¿qué podemos hacer?  A veces las mujeres se enojan, pero principalmente sienten temor y suelen ver hacia otro lado, mientras algún intruso acosa a una de sus compañeras de viaje”, explicó Zaghloul. 

 “Pero cuando una de ellas se defiende, todas las demás la siguen.  Es por esto que creamos esta iniciativa, para lograr que todas tomen esa actitud de defensa”, agregó. Hace un año, y por primera vez en la historia reciente de Egipto, una joven llamada Samira presentó cargos contra uno de los perpetradores.  Y ganó el caso judicial.

Esto abre una pequeña brecha de justicia en un país donde las normas y los valores tradicionales, así como una división de tareas para hombres y mujeres, todavía están  arraigados en la sociedad.  Pero Zaghloul dice: “La policía está asumiendo la responsabilidad, llevará un tiempo que los hombres acepten la autoridad, pero esto es un paso en la dirección correcta”, aseguró.

s