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Buenos hábitos alimenticios es cosa de dos

Un buen porcentaje de mujeres que contraen matrimonio tienen tendencia de aumentar de peso, en especial porque no es fácil acomodar los gustos que tenían de solteros. Evita incluirte en estas cifras y, para ello, establece un plan saludable junto a tu pareja desde su inicio. Los expertos te sugieren algunas recomendaciones.

La estabilidad emocional, el hecho de pensar que ya no hay necesidad de lucir una figura esbelta porque se ha encontrado a la pareja, o copiar hábitos inadecuados de la otra persona, son actitudes que tienden a generar sobrepeso a la hora de vivir con la pareja. Por ello debes procurar mantener una vida saludable y eso significa fortalecer también la autoestima.

Rebeca Rodríguez, presidente de la Asociación de Nutricionistas de Guatemala, explica que cuando se decide vivir con la pareja muchas veces se cometen errores en los hábitos nutricionales. En especial cuando ninguno de los dos sabe cocinar, porque prefieren comprar alimentos elaborados, comúnmente comida rápida. También afecta el hecho de adoptar la cena como el principal tiempo de comida, ya que suele ser el único momento en que ambos coinciden para disfrutar juntos los alimentos. Entonces se tiende a preparar recetas más elaboradas, cuando la cena debe ser más liviana, el 20 por ciento del total de calorías adquiridas en el día.
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Uno de los errores que se cometen y afectan la salud es acostumbrarse a cenar e inmediatamente irse a dormir. Resulta más saludable esperar de dos a tres horas para que haya un buen proceso digestivo, de lo contrario además de afectar la calidad de sueño habrá más tendencia al sobrepeso, agrega Rodríguez.

Comprensión y sabiduría al comer

Cuando una pareja da inicio a una nueva vida y empiezan a compartir la mesa puede haber cambios significativos en su modo de alimentarse, el solo hecho de pensar que tienen que cocinar para dos amerita hacer una planeación de menús y, a la vez, organizarse cada semana para comprar frutas y verduras, cereales, leche y las carnes necesarias para cocinar. Esta tarea deberá hacerse en pareja para considerar los diferentes gustos, satisfacer sus necesidades calóricas y llevar una dieta saludable y balanceada, además las tareas del hogar se empezarán a compartir, explica la chef Hiliana de Ramírez, catedrática de la Universidad del Istmo.

Las formas de cocinar de las distintas familias y la cantidad de comida en los platos pueden transformarse en un problema cuando la pareja comienza a compartir la mesa, por lo que antes de discutir sobre gustos y porciones hay que tener claro que hombres y mujeres comen distinto, acorde a sus necesidades calóricas.

El hombre necesita más alimento porque requiere una mayor cantidad de calorías debido a que tiene un gasto metabólico mayor, pues posee más músculo y menos grasa. Contrariamente, la mujer tiene una composición corporal con más grasa, menos músculo y, por tanto, menos gasto calórico. Está comprobado que quienes viven en pareja o en familia suelen consumir más grasas y calorías a diferencia de quienes viven solos, y los hombres acostumbran consumir comidas más pesadas, abundantes y con más grasa que las mujeres. La presencia de otra persona al comer hace que se ingiera exceso de comida, agrega De Ramírez.

Aprovecha lo que quedó

Uno de los espacios que fortalecen la unión es la hora de comer, y mejor si ambos intervienen para preparar las recetas. Al momento de hacerlo es importante calcular la cantidad para no desperdiciar los alimentos. Sin embargo, si esto sucede conviene reciclar los alimentos haciendo preparaciones creativas. Por ejemplo, si sobró pollo a la plancha, preparar tacos, agrega Rodríguez.

Palmira Cohn, catedrática de cocina, recomienda aprovechar la verdura cocida para preparar sopas, pie, empanadas o rellenos para pollo. Si quedó carne, freírla con chile pimiento y cebolla, esto servirá para rellenar los sándwiches, o como ingrediente para ensaladas. Con la fruta que esté a punto de llegar a su máxima madurez pueden elaborarse refrescos, helados o hacer puré, cocido con azúcar y canela.

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Toma nota

Lo que debes hacer es asumir con tu pareja patrones más saludables, determinar cuáles son los buenos hábitos de cada uno y adoptarlos en pareja.
Si asisten juntos al gimnasio procuren comer alimentos saludables, porque muchas veces se prefiere la comida rápida.

En pareja es necesario aprender a adquirir conocimientos culinarios para mantener un patrón sano en la alimentación, de preferencia asistir juntos a cursos de cocina.

Organicen su tiempo en la mañana para aprovechar el desayuno, ya que es un tiempo importante para tener las energías necesarias para la jornada de la mañana.

Algunos estudios han demostrado que cuando se omite el desayuno se tiende a aumentar de peso, independientemente de si se come saludable o no, ya que la ansiedad durante el día se incrementa, por lo que hay necesidad de comer entre comidas.

Debe controlarse el consumo de pan blanco, porque su harina es refinada y no satisface la saciedad, provocando el deseo de comer más.

Prefiere los panes de harinas integrales, ya que generan más saciedad y su fibra dietética mejora el tránsito intestinal, hay buena absorción de nutrientes y vitaminas. Esto favorece a la salud, porque se conserva el peso al haber una mejor llenura y digestión.

Si aún estás en el proceso de aprender a cocinar recurre a libros y conocimientos de familiares de confianza. Empieza por recetas sencillas.
Es importante hacer las compras en pareja, llevando la respectiva lista de lo que necesitan para evitar hacer gastos innecesarios.

Busca asesoría personalizada con profesionales en nutrición, para conocer las necesidades nutritivas de cada uno y la cantidad de calorías según su estilo de vida.

Por Margarita Pacay

Fuentes: Rebeca Rodríguez, presidente de la Asociación de Nutricionistas de Guatemala. Chef Hiliana de Ramírez, catedrática de la Universidad del Istmo. Palmira Cohn, directora de Cecap-Sabor y Salud.

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