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Come sano en 10 pasos

Cada bocado que llega a tu boca deja algo más que sabor y textura en el paladar, se transforman en enemigos o guardianes de tu salud.

Cada bocado que llega a tu boca deja algo más que sabor y textura en el paladar.  Sus componentes se distribuyen en el organismo y se transforman en enemigos o guardianes de tu salud.

Por: Ingrid Reyes

1 ¿Sabes cómo estás?

El primer paso es darle importancia al cuerpo. Las evaluaciones anuales son indispensables para verificar a nivel general cómo nos encontramos en azúcar, colesterol, triglicéridos y presión arterial.

Según el resultado, es preciso actuar para fortalecer los hábitos existentes o para integrar nuevas dinámicas de vida. Julio Palencia, médico endocrinólogo, expresa es necesario que al aparecer algo anormal se actúe de inmediato, y considerar la medida de la cintura: más de 80 centímetros en mujeres o 94 en hombres ya es un indicio que la situación necesita esfuerzo. También debe reconocerse que aunque los exámenes de azúcar estén bien, si los triglicéridos aparecen elevados se está en el camino para ser un futuro paciente diabético, agrega Palencia.

 

2. Edúcate en el tema

Es importante aprender de nutrición y saber qué hacer en todo momento y lugar donde se desenvuelve la persona.  Así, tener soluciones a poner en práctica cada día, en la oficina, el trabajo, los viajes o en los diferentes contextos que se presenten.
Reconoce si necesitas asesoría nutricional. Disfruta de alimentos variados y aprovecha la riqueza presente en la naturaleza.

3. El cambio de pensamiento

¿Cuál es la razón que te motiva a cambiar tus hábitos y mejorar tu peso?  Los profesionales aseguran que es indispensable prepararse física y emocionalmente para empezar un programa de control de peso.
Se tendrán mejores resultados cuando la motivación sea interna y porque tú quieres sentirte mejor con tu cuerpo y salud, sin duda no se tendrá el mismo impacto si lo haces únicamente por quedar bien con otras personas.  Te ayudará escribir un listado de aquello que esperas alcanzar con el cambio como más energía, sentirte mejor al vestir y otros beneficios que consideres.

 

4. Piensa en las barreras

En tu reflexión incluye los obstáculos, analiza aquello que antes te ha impedido avanzar en beneficio de tu salud.  Al estar consciente podrás pensar en alternativas y soluciones para cuando aparezcan esos momentos en tu vida.  Cada persona tiene sus propios retos.  Algunas veces las trabas son externas y otras internas cuando la autoestima es baja o se descubre que se come mal debido al estrés.

 

5. La organización

Es ideal planificar tu alimentación.  El ejercicio más recomendable es hacer una lista de compras y organizar tu día, de manera que pongas una dosis de salud a tu desayuno, almuerzo, cena y refacciones.  Cuando planificas tendrás los ingredientes y opciones más adecuadas a mano.
Parte de esta planeación es crear una estrategia para una semana, cocinar, así como preparar tu lonchera y llevar las opciones contigo.  Esto también representa que los días de salidas reconozcas qué seleccionar, apegada a tu ritmo de vida saludable.  Lo mejor es recibir el apoyo de un nutricionista que te oriente en este proceso y además que ayude a evaluar los progresos de tu cuerpo.

 

6. ¿No te gustan las frutas y vegetales?

Estos alimentos son indispensables.  Trata de disfrutarlas en su esencia natural, pero si te cuesta integrarlas hazlas parte de diferentes preparaciones.  Por ejemplo, podrías comer piña asada o un jugo preparado con alguna fruta o vegetal de temporada.
Otra manera de incluirlas es agregar trozos de vegetales en alguna de tus sopas favoritas o mezclarlas en tus comidas favoritas.  Podrías hacer una refacción que en lugar de galletas incluya rodajas de pepino fresco y rellenes con algún aderezo de yogur, por dar un ejemplo.

 

7. Cuando no tienes tiempo

La Clínica Mayo explica que esta es una de las primeras excusas frente a un plan de vida saludable.  Pero es indispensable darle prioridad a la salud y encontrar soluciones prácticas que no requieran demasiado tiempo de preparación.
En el fin de semana destina un tiempo a cocinar, considera congelar algunas porciones y así no tener que hacerlo durante toda la semana.  Piensa en opciones sencillas como una ensalada con aderezo bajo en grasa, así como frutas frescas.  Busca libros, recetas y videos que te enseñen opciones fáciles.

 

8. Mi familia no va en el mismo camino

Los expertos dejan claro que cada adulto en casa tiene la responsabilidad de su salud.  No dejes en los demás la responsabilidad de construir tu propia disciplina y decidir lo mejor para ti.

No se trata de imponer en el entorno de toda la familia, sino de invitarlos e ir haciendo pequeños cambios y modificaciones.  Por ejemplo, tener a mano más frutas y vegetales ya es un paso positivo.  También es posible cocinar las comidas favoritas en otras formas de cocción más saludables, existen platillos fritos que podrían hornearse y quedar con un rico sabor y textura deliciosa.

 

9. Comer por estrés

En ocasiones la comida está ligada al área emocional.  Cuando esos momentos aparezcan trata de distraerte llamando a un amigo, haciendo una caminata u otra actividad.  No olvides mantener opciones sanas en casa para alimentarte.
Cuando te sientas a punto de caer, recurre a esto: escribe un listado de aquello que quieres alcanzar con una vida sana.  Esto te ayudará a regresar al presente y trabajar por ese amor propio que solo puede venir del interior.  La finalidad es cambiar los pensamientos negativos por positivos.

 

10. Como un tiempo personal

El cuerpo está constituido para moverse.  Es recomendable tener una sesión de ejercicio por un mínimo de 30 minutos, tres veces por semana.  Si no estás acostumbrada es bueno empezar a caminar y poco a poco ir aumentando el ritmo de la caminata.
“No son ejercicio los quehaceres de casa o estar en un trabajo que requiere estar de pie, es importante que el cuerpo aprenda nuevas metas y retos en un tiempo destinado a ello”, dice Odilia Magzul, médica internista.

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