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El silencio, tu peor enemigo

[Las mujeres que han guardado sentimientos de frustración y cólera padecen enfermedades como gastritis, bruxismo y artritis, todas como resultado de no expresar sus sentimientos.]

Un buen número de mujeres que viven una relación amorosa prefieren callar todo lo que les molesta, para no provocar una batalla campal. Sin embargo, los especialistas afirman que esa modalidad es como una olla de presión que en cualquier momento estallará y generará mayores daños en la convivencia.

 

 

Guardar silencio a todo lo que te molesta para mantener la armonía en el hogar, es una modalidad propia de los parámetros de educación inculcados desde la infancia en las jóvenes, afirma Ricardo Imeri, psicólogo clínico y orientador familiar. ‘Por ejemplo, las niñas juegan a ser madres, cocinar y sueñan que algún día llegará el príncipe azul a llenar su vida con un final feliz. A diferencia de los niños, a quienes les enseñan a ser toscos, groseros, mandones y, sobre todo, a no llorar ni expresar sus sentimientos’, indica el profesional. Esto ocurre porque en la sociedades latinoamericanas impera el machismo y a las mujeres desde pequeñas se les enseña a ser complacientes. Y aunque ellas sean independientes económicamente, trabajen y sostengan un hogar, su educación de infancia las lleva a cometer el error de anteponer las necesidades de su esposo y las de sus hijos, a las suyas.

Sin embargo, para entender mejor este tipo de comportamiento en las mujeres a nivel psicológico, según la escuela del análisis transaccional -encargada del estudio de la personalidad y relaciones humanas- existen siete emociones auténticas en el ser humano, cuatro de ellas son agradables y tres desagradables. En las positivas se encuentra el amor, afecto, alegría y placer; y las tres negativas son el miedo, la tristeza y el enojo.

El problema radica que debido al machismo que impera en nuestra sociedad en la educación de un hombre predominan dos de estas emociones desagradables, por ejemplo: no debe mostrar miedo ni tristeza, pero sí enojo. Pero las mujeres deben manifestar miedo y tristeza, pero nunca enojo. Entonces ellas crecen bajo esos patrones y en la adultez, al formar su hogar, cometen el error de guardar silencio a todo lo que les molesta, agrega Imeri.

Gabriela Morales, psicóloga clínica, considera que en la mayoría de los casos también se suma el miedo a ser rechazadas o incomprendidas. Los sentimientos que con mayor frecuencia se ocultan son aquellos donde la otra persona se ve herida. Por ello prefieren callar y guardar todas las inconformidades para evitar así futuros problemas. ‘Sin embargo, a la larga puede volverse una bomba de tiempo, que en cualquier momento explotará’, agrega la profesional.

El peligro que acecha la relación

A algunas mujeres les cuesta trabajo decir que no, y si lo hacen se sienten culpables. Consideran que anteponer sus necesidades es una forma egoísta de actuar. Asimismo, gastan todas sus energías en fingir que todo va bien. Morales considera que este tipo de actitud a la larga deteriora la relación, hasta llegar a un punto en el cual por una acción insignificante estalla y todo aquello que se ha guardado sale a la luz.

El problema no radica en expresar todo lo que sientes, sino la forma como lo haces. Imeri comenta que cuando el reclamo va acompañado de críticas y comentarios negativos, la pareja lo toma como un ataque. Por ello ten en cuenta que a ninguna persona le gusta ser criticada y cuando una mujer utiliza esta modalidad, en la mayoría de los casos, los hombres niegan las acusaciones o se justifican con muchas excusas.

Por esa razón, es importante que al momento de enfrentar el problema evites que la comunicación deje de ser fluida, esto suele suceder cuando tu pareja se siente agredida y se molesta. Al respecto, es necesario que tanto hombres como mujeres aprendan a comunicarse en primera persona, por ejemplo: una forma errónea de reclamar es ‘eres muy machista’ o ‘controlador’, pues aunque sea una crítica cierta el hombre la tomará de manera negativa. Pero si lo dices en primera persona, como: ‘a veces percibo que tu forma de ser resulta machista’, ‘he observado que en ocasiones te comportas de manera dominante’. ‘A partir de aquí ya no es una acusación, de manera que él lo tomará de forma más positiva’, agrega el profesional.

Otro factor vital es que aprendas a liberar los sentimientos, decir las cosas con calma, luego de que pase el enojo y dialogar. ‘Además debes aprender a enfrentar los problemas y no arrastrarlos con una serie de cosas pasadas de las cuales seguramente tu pareja ya ni se recuerda’, puntualiza Morales.

Yi1123275164155El cuerpo grita lo que la boca calla

‘Cuando reprimes tus emociones el cuerpo empieza a sufrir las consecuencias. A las mujeres les han enseñado a que enojarse es malo, pero este sentimiento tiene como propósito liberar la frustración y aprender a establecer límites, defenderse y protegerse’, indica Imeri. El problema es que si una emoción no sale en el momento preciso puede transformarse en ira. A través de la historia se han cometido barbaridades en nombre del amor, pero detrás de la sombra del romanticismo, tal y como lo entendemos, está el fantasma de la frustración. Muchos crímenes cometidos por mujeres no son más que de quienes han aguantado por años abusos físicos y verbales, asegura el profesional

A lo anterior se suma el tema de las enfermedades psicosomáticas, las cuales son el resultado de un conflicto psicológico que se expresa a través de un síntoma físico. Según explica Imeri, esto sucede ya que la mente, cuerpo y espíritu se manifiestan como unidad en diversas formas, y si algo afecta a uno de estos componentes perturba a los otros dos. En otras palabras, las mujeres que han guardado sentimientos de frustración y cólera padecen enfermedades como gastritis, bruxismo y artritis, todas como resultado de no expresar sus sentimientos.

¡Cuidado! nadie lee la mente

Según David Niven, en su libro Los 100 secretos de las parejas felices, un grupo de investigadores descubrió que cuando las personas son directas al buscar el apoyo de su pareja tienen un 61 por ciento más de posibilidades de sentir una respuesta satisfactoria, a diferencia de las poco expresivas de sus necesidades. Para que una relación se desempeñe de manera saludable es necesario aprender a comunicar lo deseos de forma clara y precisa.

Es complicado para la pareja adivinar tus necesidades y deseos. Una relación demanda de la asertividad y eso no es más que expresar tus puntos de vista equilibrada y razonablemente, sin caer en extremos. Es común, cuando se presenta una crisis de pareja, considerar que él tiene la obligación de habituarse a tu forma de ser. Sin embargo, esa es una idea errónea que alberga frustración por querer transformar a tu ser amado.

Según los especialistas, otro punto importante en la relación es que muchas mujeres tienen tendencia a decir las cosas de manera indirecta con la esperanza de un cambio en la pareja, pero lo correcto es pedirlo de forma clara y concisa. Sin embargo, muchas veces los padres pasan por alto en la educación la asertividad. Pero tú tienes la oportunidad de aprender a hacer uso de ella por medio de libros de autoayuda, talleres o terapia psicológica. ‘Al practicarla te liberas y adquieres independencia e inteligencia emocional’, puntualiza Imeri.

Consejos prácticos

• Deja el monólogo y aprende a comunicarte. Comunicarse es compartir ideas. En otras palabras, se trata de un diálogo en el cual interactúan dos personas. Por ello, ten en cuenta que la comunicación es más que un eco de tu propia opinión.

• No idealices. La idealización es un mecanismo que consiste en enmascarar la realidad. Cuando idealizamos a una persona no la vemos con objetividad, por el contrario, solo como nos gustaría que fuera.

• Todo con claridad. Verifica lo que dirás y luego pregúntale si él comprende tus deseos, así evitarás malos entendidos.

• Tú eres el reflejo de tu relación. Para tener una relación asertiva es necesario dejar de criticar a tu pareja y aprender a observar de forma minuciosa cómo puedes contribuir tú a mejorar la relación.

Por Brenda Enríquez

Ilustración: Gerber Sarazúa

Fuentes: Ricardo Imeri Velásquez, psicólogo y orientador familiar. Gabriela Morales, psicóloga clínica del Centro Integral Lirios. Libro Los 100 secretos de las parejas felices, de David Niven, Ph. D. Grupo Editorial Norma. Lo que toda mujer desea de un hombre, de Diana Castro Hagee. Editorial Casa Creación.

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