Escucha tus latidos

En esta época, cuando se habla del amor y de los asuntos del corazón, ¿por qué no darle un vistazo a uno de los órganos más importantes del cuerpo en el que, se dice, se encierran las emociones? Sus latidos representan la vida y para que se mantenga bien requiere de ciertos cuidados, que los expertos nos explican en esta edición.

Como parte de una rutina sana para tu corazón, es recomendable realizar anualmente una batería de exámenes que te indiquen cómo se encuentra. Conocer los niveles de colesterol y presión arterial es indispensable para darle un monitoreo constante y reconocer cualquier anomalía que requiera apoyo médico.

Según datos de la Plataforma de Mortalidad del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, de 2001 a 2009, las enfermedades cardiovasculares ocuparon el primer lugar de causas de muerte en nuestro país. Le siguen muy de cerca el cáncer, la diabetes, la enfermedad renovascular (hipertensión arterial), afecciones cerebrovasculares y senilidad.

Sin duda, la mejor aliada para la salud cardíaca es la alimentación. La nutricionista Carolina Perdomo motiva a tener una dieta balanceada que incluya proteínas, grasas, carbohidratos, así como cantidades abundantes de vegetales y frutas. Entre las sugerencias de la experta se encuentran además el consumo de soya, los alimentos ricos en omega 3, el ajo y beber vino tinto en forma controlada.

Es recomendable además, disminuir los alimentos ricos en grasas saturadas, controlar las cantidades de los de origen animal y los procesados, así como del consumo de sal y azúcar. Karol Sanchinelli, nutricionista, agrega: “cuando existen condiciones propicias a padecer enfermedades cardíacas, es indispensable visitar a un especialista en alimentación, porque una dieta desequilibrada podría ser la diferencia entre el bienestar del paciente y la enfermedad”.

¡El movimiento ayuda!

Cuando surge una enfermedad cardiovascular, el ejercicio regular puede ayudar a prevenir un ataque cardíaco, pues reduce la presión sobre las arterias dañadas y disminuye la formación de depósitos de colesterol (placas).

La actividad física diaria disminuye también la concentración de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) o colesterol malo, e incrementa la concentración de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL) o colesterol bueno. La actividad física también ayuda a combatir otros factores de riesgo para enfermedad de arteria coronaria, como obesidad e hipertensión arterial.

Al padecer alguna enfermedad cardíaca, es probable que cualquier actividad aeróbica sea benéfica. El objetivo es mantener o incrementar gradualmente la fuerza o resistencia del corazón y otros músculos. Entre los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, el estilo de vida inactivo ocupa un lugar elevado.

Un estudio de Mayo Clinic reveló que la inactividad es el indicador de muerte más importante, sobre cualquier otro factor de riesgo significativo para enfermedad cardiovascular. En este estudio personas con baja condición física mostraron probabilidad, de casi el doble, de morir por enfermedad cardiovascular.

El mal estado físico de las personas fue un factor de riesgo, incluso mayor que la hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad y los antecedentes familiares. También se demostró que una buena condición contrarresta los efectos negativos de otros factores de riesgo. Por ejemplo, los fumadores con acondicionamiento físico moderadamente bueno y colesterol alto, viven mayor tiempo que los no fumadores saludables sedentarios.

Latidos sanos

El corazón es un órgano muscular con cuatro cavidades, diseñadas para trabajar de manera eficiente durante toda la vida. El diagnóstico de una cardiopatía se logra a partir de la historia clínica y los exámenes físicos y, en ocasiones, se requiere de pruebas adicionales para determinar la gravedad o consecuencias de esas cardiopatías.

A continuación, te presentamos algunas de las enfermedades más frecuentes del sistema cardiovascular, compuesto por el corazón y una red de arterias, venas y capilares, que transportan la sangre por todo el cuerpo. Si experimentas algunos de los síntomas descritos, es importante que busques ayuda profesional.

Enfermedad vascular periférica

Es un trastorno en el cual los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores son bloqueados por placas de colesterol, reduciendo así el flujo de sangre. Esta entidad suele causar dolor en las pantorrillas o muslos durante la marcha, síntoma llamado claudicación, que a veces se alivia con unos minutos de reposo. En algunos pacientes esto no funciona, porque se trata de una isquemia grave. Ambas deterioran la capacidad para caminar y afectan significativamente la actividad física diaria y se acompañan de enfermedad cardiovascular, ataque cardíaco y accidente vascular cerebral.

Hipertensión arterial

Consiste en la presión arterial elevada, llamada hipertensión, se mide por medio de dos cifras. Es normal que se encuentre como 120 sobre 80 (escrito como 120/80 mmHg). Si estos números aumentan, se considera un factor de riesgo mayor para una enfermedad cardiovascular y accidente vascular cerebral. Se puede disminuir la presión arterial mediante ejercicio regular de intensidad moderada.

Accidente vascular cerebral

Tiene lugar cuando la irrigación sanguínea al cerebro se interrumpe súbitamente y se priva al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes. Igual que en la enfermedad cardiovascular, los principales factores de riesgo son la hipertensión arterial y la concentración anormal de colesterol en la sangre.

Insuficiencia cardíaca congestiva

Es una condición en la cual el corazón muestra debilitamiento causado por enfermedad de arteria coronaria, hipertensión arterial u otras enfermedades y presenta problemas para bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.