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Hablemos de lunares

Los lunares son pequeños crecimientos cutáneos, generalmente oscuros, que se desarrollan a partir de las células producto del pigmento de la piel.

Los lunares son pequeños crecimientos cutáneos, generalmente oscuros, que se desarrollan a partir de las células producto del pigmento de la piel.

Por Brenda Enríquez

En general todas las personas tienen lunares en el cuerpo y unas más que otras. Suelen aparecer en la niñez, sin embargo, continúan saliendo a lo largo de la vida. Según Paola Reyes, especialista en medicina antiedad, estos lunares pueden ser de distintas formas, tamaños, y tonalidades que van desde marrón claro hasta negro intenso. No obstante, las personas de tez clara que se exponen con regularidad al sol generan mayor producción de melanina y como resultado les aparecen más lunares.

Los lunares varían en cuanto a su tamaño, de pequeños a otros con más de 2.5 centímetros de diámetro. Pueden ser planos o abultados y en algunos crece vello, haciéndolos ver antiestéticos y por lo mismo, son más frecuentes de quitar. Es importante comprender que los lunares aparecen en la piel debido a un crecimiento celular. La melanina es la encargada de crear melanocitos los cuales comienzan a alargarse para crear la típica mancha conocida como lunar. Estos, por lo general, se pueden reconocer fácilmente debido a su aspecto típico. No pican ni duelen y tampoco son una forma de cáncer. Sin embargo, a veces los lunares pueden convertirse o parecerse a un melanoma maligno, un tumor canceroso de melanocitos. De hecho, casi la mitad de los melanomas malignos comienzan como lunares, así que cualquiera que tenga aspecto sospechoso debe ser extirpado y examinado con microscopio.
Los cambios en un lunar como aumento de tamaño, bordes irregulares, picazón, oscurecimiento, inflamación, hemorragia, erupción y dolor son indicadores de melanoma maligno, afirma Reyes.

Aunque los lunares normales o manchas de sol no deben confundirse con melanomas malignos ya que son inofensivos para la salud y no requieren extirpación, las personas con antecedentes de familiares con lunares atípicos deben realizarse exámenes anuales para descartar cualquier anomalía, afirma Sofía Del Cid Fratti, dermatóloga.

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¿Se debe retirar?

Algunas personas deciden quitarse los lunares, ya sea por estética o por existencia de melanomas. Para lunares malignos es necesario realizar una biopsia de piel previo a extirparlo, según indique el médico especialista. Se debe estudiar para ver si hay displasia. En este sentido, es importante comprender que cuando existe un lunar atípico, la luz solar acelera el desarrollo de los mismos, así como sus cambios. Incluso la exposición moderada en la infancia puede ser perjudicial y aumentar el riesgo de desarrollar un melanoma en la adultez. Es por ello que se debe evitar la exposición al sol sin protección solar, afirma Del Cid Fratti.

Para retirar un lunar, el cirujano usa un bisturí y deja un punto de sutura mientras cierra la herida. Otra alternativa es quitarlo por electrocauterio o quemándolo, esto es posible si es abultado y la base del lunar es delgada. Cuando son varios lunares pequeños, el procedimiento se puede hacer con nitrógeno aplicado, lo que provoca su desprendimiento. Sin embargo, antes de aplicar cualquiera de estas técnicas, se tendrá que descartar metástasis, afirma la médica Reyes.

De acuerdo a Del Cid Fratti, para descartar un lunar canceroso es necesaria la visita periódica a un dermatólogo para llevar un estricto control.

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Fuentes: médica especialista en medicina antiedad, Paola Reyes, stetmeddrrey@outlook.com;   Sofía Del Cid Fratti, de Dermomedik, teléfono 2361-7141; www.larocheposay.com

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