Estás enfocada en cambiar tus hábitos alimentarios y has eliminado comidas rápidas, dulces y frituras, pero por alguna razón no has logrado ver los resultados que desearías. No te desanimes, es algo que nos ha pasado a muchas. Descubre aquí cuáles son las razones.
No estás cuidando adecuadamente las calorías
Puede ser que estés consumiendo alimentos o productos que tengan más calorías de las que piensas. Por ejemplo, los jugos, los cafés preparados y las bebidas energéticas pueden alcanzar hasta 600 calorías, equivalente a una comida completa, por lo que es importante que realmente te informes sobre las calorías que contienen.
Omites el desayuno
Esta comida es la más importante del día, ya que una buena alimentación en el desayuno puede ayudarte a sentir más saciedad durante el almuerzo. En cambio, si comes con demasiada hambre puede que sientas que no te llenas y comiences a comer de más.
Las dietas rápidas
Perder peso no sucede de la noche a la mañana y realizar dietas extremas o que no sean adecuadas ni prescritas por un especialista pueden tener un efecto contrario, ya que comienzas a frustrarte y a perder la falta de voluntad, terminando en el famoso rebote.
La comida envasada no es la mejor
Con una vida ajetreada y siempre con prisas, las personas suponen que al comprar comida ya preparada y con etiquetado de saludable es la más adecuada para su estilo de vida. Lo que no te dicen es que muchos de estos alimentos pueden contener muchos azúcares o calorías extra, como los zumos de frutas, algunos cereales o ensaladas con mucho aderezo o salsas.
Horarios irregulares
El cuerpo es como un reloj, cada cierto tiempo marca la necesidad de consumir alimentos para sentirse bien, con energía y satisfecho; por lo que comer a deshoras altera esta sincronización afectando el metabolismo y por lo tanto favorece a la obesidad y otros trastornos de salud. Entonces, por más que estés comiendo bien, si no tienes horarios consistentes puede que no sirva en el grado que estás esperando.
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