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Los mitos y verdades de la toxina botulímica

El constante bombardeo de la televisión con imágenes que muestran a las famosas luciendo como si el tiempo no pasara por su piel, resulta una buena motivación para buscar la fuente de la juventud. Una de las alternativas de mayor difusión en el mercado de la belleza es el uso de la toxina botulínica, que propone un cutis tan terso como si tuvieras diez años menos. Veremos de qué se trata.

Solo el profesional calcula las dosis de toxina necesarias para la relajación muscular -dosis que se miden en unidades- de tal manera que cada punto de inyección debe tener unidades mínimas para que el tratamiento sea efectivo.

El paso del tiempo no perdona y deja sus huellas sobre el rostro dando lugar a una piel sin lozanía y con marcadas líneas de expresión. Para ponerle freno a este proceso natural, se ha utilizado el tratamiento a base de toxina botulínica.

Esta fórmula especial de rejuvenecimiento se inyecta en los puntos básicos donde la piel muestra arrugas. Con ello se pretende detener la contracción de los músculos faciales, principalmente en las zonas de la frente, entrecejo, contorno ocular, perímetro de la boca y el cuello.

Los resultados se notan a corto plazo y van desde lograr un cutis terso, hasta un refinamiento de las facciones.

Si te sientes atraída por probar el tratamiento, para estar más segura entérate de los mitos creados por la falta de información y cómo son desmentidos por los expertos de la medicina estética y antiedad.

Aspecto de muñeca
El temor a tener facciones paralizadas y un aspecto facial similar al de una muñeca de porcelana resulta el freno más común para el tratamiento. Ingrid Spiegeler, médica y especialista en medicina antiedad, explica que los músculos de la cara pierden la sensibilidad por diversas razones: porque se utilizan dosis mayores a lo necesario o como consecuencia de una reaplicación anticipada al tiempo de reabsorción de la toxina, por ende su función se potencia inapropiadamente.

Menos es más
La dosis de la aplicación siempre dependerá de las necesidades de cada persona. No obstante, hacer uso de concentraciones excesivas puede provocar parálisis facial. Por ello es necesario que el experto prescriba el número exacto de unidades a inyectar, así se evita que las facciones se paralicen o congelen y entonces el aspecto del rostro ya no luzca natural, según explica Luisa Cárdenas, médica y experta en medicina estética y antiedad.

Contra el reloj
La ilusión de percibir los cambios provoca la ansiedad de notarlos inmediatamente después del tratamiento. La doctora Spiegeler menciona que las variaciones del aspecto de la piel aparecen, en algunos casos, desde las 48 horas posteriores a la aplicación, mientras en otros tarda hasta siete días para hacer notorios los resultados. Sin embargo, todo dependerá del metabolismo del paciente.

No en manos de cualquiera
Las ofertas disponibles en salas de belleza u otros sitios de esteticismo y cosmetología resultan atractivos para quienes no están bien informadas. Carlos Rosales, médico y experto en medicina estética antiedad, explica que en vista de tratarse de un procedimiento que requiere un manejo apropiado de agujas y dosis específicas de la fórmula, debe ser administrado por médicos expertos y dermatólogos. Ellos hacen diversas evaluaciones para mantener la simetría facial. Por lo general aplican la toxina en puntos exactos, siguiendo la proporción de DaVinci: de donde nace el cabello hacia la base de la nariz y después a la punta del mentón. En general el procedimiento se usa en el tercio superior del rostro para borrar las “patas de gallo”, arrugas en la nariz, en el entrecejo y la frente.

Unos dos o tres días antes evita ingerir fármacos, alimentos con vitamina E -espinacas, frutos secos, tomate, soya- y alcohol porque impiden que la toxina penetre adecuadamente en los tejidos.
Si se descontinúa
Comúnmente se piensa que al acabarse el efecto las arrugas que se trataron de ocultar van a resurgir peor que antes. “Eso es imposible, porque la función de la toxina es paralizar la musculatura y cuando es reabsorbida vuelve a lo que era antes, incluso a un estado mejorado, porque estuvo varios meses sin moverse”, indica la doctora Cárdenas.
Sin embargo, la doctora Spiegeler menciona que lo recomendable es aplicarla nuevamente al cumplirse el plazo de absorción, pero sin dejar pasar más de siete días, porque entonces el músculo retomará su movimiento natural y las líneas en la piel volverán a marcarse como antes.

¿Duele?
Se piensa que los pinchazos son incómodos y causan mucho dolor. Los especialistas afirman que al aplicar el tratamiento se utilizan agujas muy pequeñas fáciles de tolerar. En algunos casos se reduce la posible molestia al aplicar antes hielo sobre la piel.

Sin moretones
¿Habrá magulladuras provocadas por la aguja? Esto podría darse en raras ocasiones. Es más probable un pequeño moretón en el área donde se ha aplicado la toxina, pero eso se desvanece en pocos días, indica la doctora Cárdenas.

Su efecto contra el tiempo
Sus beneficios no son eternos, varían de persona a persona. Según el doctor Rosales, la razón es que la toxina actúa en la unión de la neurona con el músculo y esa parálisis dura el tiempo cuando por proceso natural del cuerpo se regeneran nuevas terminales nerviosas hacia el músculo, para así volver a ponerlo en movimiento. Este fenómeno comienza alrededor de tres meses después de la aplicación, por ello ese sería el tiempo mínimo por el cual permanecen los efectos, hasta un máximo aproximado de entre seis y nueve meses.

Tantas veces como sea posible
El tratamiento puede utilizarse de manera reiterada y en el mismo lugar. La clave es que sea con una frecuencia mayor a los tres meses, de lo contrario si se hace antes se genera resistencia al producto. Entonces los expertos recomiendan, en general, un promedio de tiempo entre cuatro, seis o hasta los 12 meses para hacerse una reaplicación.

El verdadero uso
Se cree que la toxina botulímica sirve para rellenar los surcos derivados de las líneas de expresión. No obstante, el doctor Rosales menciona que en realidad el tratamiento no es un relleno, sino más bien busca suspender el movimiento y la fricción que desencadenan la formación de la arruga.

Su efecto borrador
Se tiene la creencia de que borra las líneas más profundas. En realidad para lograrlo se combina la toxina para paralizar el músculo y, posteriormente, en la hendidura se coloca un relleno de ácido hialurónico, que también se va reabsorber por el cuerpo entre cuatro a siete meses. A veces el relleno dura un poco más, o bien el efecto paralizante permanece más tiempo, ese proceso depende de cada paciente.


Efectos secundarios

Ocasionalmente surgen las siguientes molestias:

  • Inflamaciones leves seguidas de hematomas en las zonas donde se inyectó. Estos pueden ocultarse con maquillaje.
  • Reacción alérgica a la toxina.
  • Hormigueo y entumecimiento en la zona en la que se aplicaron las inyecciones.
  • Zona de las cejas y párpados caídos -estos efectos desaparecen a las 2 o 3 semanas-.
  • Paralización de algún músculo cercano a la zona inyectada -como consecuencia de una mala aplicación-.
  • Pérdida de expresión facial. Si se provoca este efecto podría durar de cinco a seis meses, que es el tiempo del efecto.

Por Yeni Leiva

Fuentes: Carlos Rosales, médico especialista en medicina estética y antiedad. Luisa Cárdenas, médica y especialista en medicina estética y antiedad, de Wellness Center, teléfono (502) 2278-3186. Ingrid Spiegeler, médica especialista en medicina estética y antiedad, de BeautyPlus, medical spa, teléfono (502) 2365-6555.

 

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