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Cuida tus hábitos de belleza

La belleza es un lujo que la naturaleza nos comparte, pero no te confíes pues no todo depende de ella. ¿Has revisado últimamente tu rutina de embellecimiento? Toma algunos minutos para analizar los cuidados que te brindas y modifica aquellos de los cuales no obtienes los resultados esperados.

La siguiente es una lista sugerida de algunos hábitos negativos y si coincides con alguno aplica a tu rutina diaria la solución, con el soporte de un especialista. Con nuevas prácticas y constancia verás pronto los resultados.

1. Irte a dormir sin remover el maquillaje

El resultado es una piel apagada y propensa a imperfecciones. Dejarte el maquillaje en los ojos podría provoca irritación y romper las pestañas. Lávate la cara con agua purificada todas las noches especialmente si has sudado mucho. Recuerda que al dejar estos productos en tu rostro se bloquean los poros impidiendo que se eliminen las secreciones naturales. Si están obstruidos no se abren y causan espinillas, barros o puntos negros.

Solución: usa jabón astringente, según tu tipo de piel o toallas húmedas, según recomiende tu dermatólogo o esteticista. En piel seca lo ideal es usar una espuma que limpia e hidrata la cara. Si es grasa emplea espuma, jabón astringente y nivelador de grasa, indica Paola de Chang, esteticista de Nefertiti Beauty Center & SPA.

2. Abusar de los exfoliantes

Si bien ayudan a eliminar células muertas de la superficie de la piel, hacerlo con mucha frecuencia deja la piel enrojecida e irritada. Si tienes acné, abusar de la exfoliación empeora el problema al reventarse las glándulas sebáceas tapadas que liberan un sebo irritante debajo de la piel.

Solución: evita los exfoliantes arenosos, sobre todo si padeces de acné. Limítate a usarlos dos veces a la semana o menos si el tejido luce reseco. Si notas irritación úsalos con menor frecuencia o elige una concentración menor.

3. Pellizcarte la cara

Al hacerlo constantemente para extraer barros o puntos negros promueves infecciones y cicatrices. Provoca además un efecto catarata, es decir, los granos se propagan con más facilidad.

Solución: aplícate una crema limpiadora, después un tónico astringente y exfóliate. Cuando hay problemas de acné evita tocar el área afectada y acude a un lugar especializado para hacer el tratamiento.

4. Confiar demasiado en las bases de maquillaje con FPS como protección solar

Los niveles de factor de protección solar (FPS) en las bases de maquillaje suelen ser más bajos que en la mayoría de los filtros. Y los usas de forma distinta a un filtro solar.

Solución: primero usa en el rostro un filtro solar o un hidratante facial que contenga FPS, según lo recomiende tu dermatólogo. Deja que pasen unos minutos para que se absorba y aplícate la base. Los expertos recomiendan si aplicaste la base de maquillaje retocarla tres veces al día para estar bien protegida.

5. Desmaquillarte con fuerza

A veces con el estrés diario llegas cansada y sin ánimo de remover el maquillaje y en tu desesperación de dormirte pronto lo haces de forma equivocada hacia abajo y con mucha fuerza. Ten cuidado de no maltratar tu piel.

Solución: lo correcto es que te desmaquilles con cuidado, suave y siempre con movimientos hacia arriba. Utiliza los accesorios adecuados. Es más apropiado utilizar una gasa porque el algodón suelta mota y lastima, expresa De Chang.

6. Las admiradas pestañas

Es común que no les des la importancia que requieren, por lo que se ven debilitadas y opacas.

Solución: desmaquillarlas con cuidado y nutrirlas. Si son delicadas evita el rímel con brochas gruesas. Prueba una marca que tenga una peinilla o brocha pequeña porque tus pestañas se verán más espesas. Un truco casero es aplicar a diario aceite de ricino o vaselina.

7. No te comas los labios

Si te pasas la lengua sobre los labios para humedecerlos los resecarás y se volverán escamosos. Este hábito incluso cambia la forma de los labios.

Solución: hidrátalos con un labial humectante y deja de humedecerlos.

8. Descuidar los implementos de belleza

Antes de emplear cualquier producto cosmético lávate las manos y evita compartirlos o prestarlos, porque se convierten en el medio ideal para transmitir bacterias.

Solución: lava regularmente con agua tibia y un poco de jabón suave las brochas, esponjas, rizador de pestaña y demás aplicadores y déjalos secar al aire libre.

9. Uso equivocado del rímel

No introduzcas y extraigas el aplicador del rímel varias veces del envase porque introduces aire a la fórmula, esto seca la emulsión y al aplicarlo queda disparejo. Además, promueves la formación de grumos y aumenta el peligro de que ingresen bacterias, que luego dan como resultado infecciones en tus ojos.

Solución: Limpia el cepillo del rímel con un pañuelo desechable para quitar cualquier producto seco que forme grumos en las pestañas. Luego introduce el aplicador una vez en el envase.

10. Uñas descuidadas

Recuerda que son una extensión de la piel y también requieren atención. Si las muerdes provocas que se deformen o se levanten capas de piel conocidas como padrastros. Al romper la piel permites que entren bacterias en las uñas y esto ocasiona infecciones dolorosas y antiestéticas.

Solución: aplica brillo con olor o sabor desagradable para no comértelas. Empuja suavemente las cutículas con un trapo o palito de naranjo cuando estén suaves o después de bañarte.

11. Olvidarte de la piel de tu cuerpo

Si la sientes reseca, escamosa y casi intocable es hora de poner manos a la obra y empezar a hidratarla.

Solución: métete en la ducha y emplea un exfoliante de cuerpo para eliminar las células muertas. Si no tienes un exfoliador toma un puñado de harina de arroz, avena o bicarbonato de soda de la cocina, ponlo en una toalla humedecida, frota suavemente de forma circular, enjuaga y sécate dándote golpecitos delicados con la toalla. Luego aplica una crema humectante.

El estropajo tiene hebras microscópicas que al pasar reducen los efectos de la celulitis, así como el tono oscuro que aparece en las axilas.

12. Tus codos y rodillas piden atención

Estas áreas son partes visibles e importantes del cuerpo que sueles dejar de lado.

Solución: exfólialos dos veces por semana. Aplica manteca de cacao o algún producto con protectores solares y filtro.

13. Descuidar el cuero cabelludo

En un cuero cabelludo sano crece una melena fabulosa. Por lo general el cabello suele necesitar nutrición de medias a puntas con mayor énfasis en las puntas. Si hay presencia de caspa, grasa, caída o sensibilidad entonces es vital darle prioridad al problema. Por ello déjate asesorar por un profesional para adquirir el producto indicado, refiere Anabella Figueroa, técnica capilar.

Solución: para el cuero cabelludo graso funciona bien un champú sin acondicionador, si es seco aplica algo que nutra la raíz y la humecte. Procura hacerte un tratamiento a la semana para darle más balance.

14. Sujetar el cabello húmedo con una cola

A veces por exceso de volumen se recoge usando un moño o cola, pero se comete el error de no secarlo. Esto forma hongos en el cuero cabelludo y el cabello empieza a notarse seco, sensibilizado y sin brillo.

Solución: usa un tratamiento adecuado que te ayude a reducir el exceso de volumen y que relaje tu cabello para que no se esponje. Procura secarlo bien antes de sujetarlo.

Pasos básicos de limpieza facial

  • Desmaquilla con crema limpiadora, luego con agua pura y jabón específico para tu tipo de piel.
  • Aplica tónico con un algodón y pequeños golpes para refrescar tu tez.
  • Para terminar usa crema hidratante o reguladora, según las necesidades de tu cutis.

Por Narcy Vásquez

Fuentes: Manuel del Cid, esteticista del Salón Quente Shic. Paola de Chang, esteticista, Nefertiti Beauty Center & Spa. Anabella Figueroa, técnica Kérastase de L’Oréal. Libro El ABC de la belleza femenina, de Rosa González, Editorial Ediciones Temas de Hoy, S.A. Belleza al minuto -1,000 arreglos rápidos-, de Rona Berg, Grupo Nelson.

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