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Entre boquitas, bebidas y buenos deseos

Uno de los puntos del protocolo que más se disfruta con los nuevos contrayentes es el momento del brindis, pues da la pauta para disfrutar de los deliciosos bocadillos y bebidas llenas de color, sabor y buen gusto.

Queda bien con tus invitados y satisface sus gustos predilectos, pero todo con medida y etiqueta.  Los expertos te sugieren algunas opciones para brindar y degustar los bocadillos previo al banquete.

La chef Hiliana de Ramírez, de la Escuela Técnica de Hotelería Zunil, explica que las boquitas son las entradas que nunca deben faltar en una boda, lo importante es estar preparados para atender a los invitados.  Usualmente en Guatemala es muy tradicional brindar con champagne acompañado de boquitas dulces, pero también se utilizan vinos espumosos o sidras.

Según la chef Georgina Palacios, gerente de Sertecpro, los tentempiés, al igual que los aperitivos, tienen como propósito disponer favorablemente a los comensales para disfrutar de la comida.  Existen innumerables clases de boquitas que además de su exquisitez tienen una presencia creativa.

Hay boquitas con base en vegetales, como los palitos de zanahoria o de apio que sirven para comerse con dips; boquitas horneadas y rellenas, como los profiteroles o mini; bolas de tres quesos rebozadas de nuez o hierbas aromáticas y que se presentan en un platón con galletitas o petit toast son una opción con la que pueden quedar muy bien con los invitados, recomienda Palacios.

Un dulce sabor para el brindis

Actualmente se le está dando importancia a pinchos de quesos y jamones, bases con frutas: fresas, uvas o cerezas.  De hecho estas miniaturas bañadas en chocolate derretido, así como los dulces típicos y espumillas suelen ser las acompañantes del champán, añade De Ramírez.

Opciones de antipastos

El antipasto se sirve antes de la comida, son platos para preparar al paladar y estimular el apetito.  Uno de los más apetecibles es el carpaccio, de origen italiano, elaborado con lonjas muy delgadas de carnes curadas: lomito de res o cerdo, rodajas muy delgadas de salmón bañadas con un aderezo de limón, aceite de oliva, mostaza, cebolla o puerro y perejil picado, acompañado de alcaparras baby, con abundante queso parmesano, servido con rodajitas de pan tostado.

Dependiendo del presupuesto de la boda pueden planificarse otras boquitas internacionales como tapas españolas: rebanadas delgadas de jamón serrano enrolladas sobre trocitos de  melón, uvas o salmón; variedades de quesos como el Brie y ahumados, aceitunas, camarones o pequeñas croquetas de pescado.

Se podrían planificar los clásicos entremeses estilo francés, que son boquitas en miniatura de pasta de hojaldre con distintos rellenos, así como quiches: tartas también con diferentes rellenos, patés y caviar, añade De Ramírez.

Actualmente está sobresaliendo el gusto por el sushi y podría ser una alternativa muy saludable para ofrecerlo en miniatura.  El ingrediente principal en esta preparación es el arroz, que en el sushi tiene un característico sabor dulzón a causa del vinagre y el azúcar añadido a su cocción.  Esta preparación sirve de soporte a ingredientes como el salmón, atún, cangrejo, queso o pepino.

Con un toque de licor

Las bebidas que se sirven antes del banquete se llaman aperitivos, puesto que tienen como propósito abrir el apetito de los comensales y prepararlos para el banquete.  Estos deben ser de la mejor calidad, según su presupuesto.  De preferencia secos y de baja graduación alcohólica.

Pueden colocar antes de la llegada de los invitados en cada mesa una botella de una o dos variedades del licor de su elección -como whisky, vodka o ron- con una jarra de agua pura, una o dos botellas de agua mineral y otros mezcladores apropiados -como sodas o jugo de naranja-, una hielera, vasos y servilletas para que los mismos invitados cuenten con un pequeño bar y se preparen los tragos a su gusto.  Esta manera es especialmente útil cuando hay numerosos invitados.

Si es una reunión con un mediano número de invitados, tenga un bar con un cantinero o bartender y uno o dos auxiliares para que preparen los tragos para los invitados y algunos meseros para que los sirvan.  Previamente deben elegirse los tragos a servir para tener los licores, hielo y mezcladores, así como la cristalería en cantidad suficiente.

Los tragos largos como el high ball, la cuba libre y el screw driver son los que se acostumbran, pues son fáciles de preparar y servir, asegura Palacios.

Entre los tragos cortos (los que se sirven en cantidades pequeñas, en copa) tenemos el martini, la margarita y el daikirí, los cuales prepara el bartender o cantinero, por lo que este tipo de cocteles se sirven cuando se cuenta con este servicio.  También el vermouth se sirve como un aperitivo.  Este tipo de cocteles se sirven antes o después del banquete por ser cocteles de ocasión.

Bebidas sin licor

Para los que no beben licor pueden degustar de bebidas refrescantes como las sodas, jugos de fruta, o cócteles vírgenes, los que se hacen mezclando jugos de diferentes frutas.

En una mesa debe disponerse de bebidas refrescantes, a base de jugos de fruta, hielo y agua mineral; jarras de agua pura, botellas de agua mineral, jugos de frutas o de tomate, y soda.

Si la pareja decidió no ofrecer licor en la recepción podría optar por servir los vinos que hagan un buen maridaje con el menú que ofrecerán a los invitados.  Aunque ya no hay reglas estrictas en cuanto a qué vinos deben servirse con la carne roja o con la blanca, no está de más seguir la regla de vino tinto con carne roja y vino blanco con carne blanca, añade Palacios.

Después de los postres se sirve el café y los digestivos, que son licores con alta concentración de azúcar y de alcohol y que provocan la sensación de saciedad, como el cointreau, el amaretto, licores de café, de cereza, sin olvidar el cognac o brandy.

Sylvia De La Cerda, de Rubber Duckie, explica que para elaborar cocteles vírgenes, pero chispeantes y llenos de sabor, se utilizan nieves de sabores frutales y bebidas carbonatadas claras, y lucen bien en copas tipo flauta, decoradas con una rodaja de limón.  También se preparan con licor si se desea, funciona bien con champán.

Despertando el apetito

En una boda, compartir las mejores bebidas, con licor o sin licor, es una de los deseos de las parejas y momentos deseados por los invitados.  Decidir si se sirve o no licor en la recepción depende de los novios, quienes deberán llegar a un acuerdo basado en sus creencias religiosas por un lado y en su presupuesto por el otro, afirma la chef Georgina Palacios.

Bebidas con etiqueta

Para las bodas ya sea de día o de noche, por lo regular se sugieren de dos a tres botellas por mesa.  Lo más común es servir ron, tequila, vinos y whisky.

Si la boda es de día, es muy conveniente dar vinos blancos, tintos o rosados, también dependerá del tipo de carnes con las que se acompañará.

Las carnes blancas se acompañan con vinos blancos, las carnes rojas saben bien con los tintos, aunque en la actualidad no se tiene una regla estricta para hacerlo de esta manera.

Debe calcularse de cuatro a cinco bebidas por persona, y hay que disponer de suficientes aguas gaseosas, sodas y principalmente jarras con agua muy fría, añade la chef Hiliana de Ramírez.

Por Margarita Pacay

Fuentes: Hiliana Cifuentes Paúl de Ramírez, teléfono (502) 5417-3314.  Gloria Georgina Palacios Castañeda, gerente general de Sertecpro, teléfonos (502) 2366-7187 y (502) 5500-3671.

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