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El polémico Brad Pitt

Lejos de sus seis hijos y Angelina Jolie, encuentro a un polémico Brad Pitt dispuesto a debatir sobre la política de Estados Unidos o la violencia dentro del negocio del cine de Hollywood, principalmente por el estreno de la cruda cinta Kiling them softly, basada en un asesino y la mafia en medio de la última crisis económica de Estados Unidos.

¿Alguna vez piensas volver a trabajar con Angelina Jolie?
Nos encantaría trabajar juntos de nuevo.  De momento ella prepara otra película que está por empezar a grabar en cualquier momento.

¿Es cierto que finalmente van a casarse durante las elecciones de Estados Unidos?
Todavía no hemos decidido acerca de la fecha.  Este tema es absolutamente un rumor, aunque casarnos nos hace sentido.  En mi caso sigo esperando que en Estados Unidos se arregle el tema de la igualdad del matrimonio gay antes de casarme otra vez.

¿A tu parecer Hollywood dejó de ser una cultura para convertirse en un completo negocio?
Siempre va a existir la vieja batalla entre el cine artístico y el comercial.  A mí realmente no me gusta pelear contra ninguno de los dos.  No suelen llevarse para nada bien, pero ambos se necesitan.  Es una relación simbiótica y así será por mucho tiempo.  Considero que hay algo noble en hacer una película que diga algo o dé a conocer un tema importante y hacerlo dentro de un sistema que permita cierta ganancia, de lo contrario nadie la haría.  La relación es bastante interesante y a la vez contradictoria.

¿Consideras que la crisis económica afecta el lado artístico del cine? ¿La política en plena época de las elecciones también influye en el cine?
En Estados Unidos vivimos un momento de gran división.  Y, por supuesto, hay muchas facetas en este país, ya que es una nación increíble y a la vez muy compleja.  Creo que vivimos un momento maravilloso.  Pero la faceta que más me importa es la idea de innovar con integridad y justicia.  Esos ideales deben protegerse principalmente al tratarse de un país tan poderoso como Estados Unidos.

¿Es pura coincidencia estrenar una película con un tema político en un año electoral en Estados Unidos?
Me parece una buena idea aprovechar la época, pero tampoco lo habíamos pensado así.  Nuestro interés original hacia el libro era tratar la crisis de las hipotecas al mostrar los problemas por los cuales la gente ya no pudo pagar las cuotas de sus casas.  Esa era la entrada principal, pero no fue nada deliberado.

¿Cómo recuerdas las elecciones anteriores cuando ganó Obama?
Yo estaba en Chicago la noche que ganó Obama.  Fue increíble.  La gente salió a la calle todos estaban muy contentos.  Fue un evento eléctrico.

¿Y qué esperas de estas nuevas elecciones, más allá del cine?
Te lo explico apoyándome en la trama de la cinta.  Al final de Killing them softly hay un mensaje que expresa esperanza.  Además se menciona nuestra división y muestras que solo importa que gane un partido político determinado, en vez de las soluciones que plantean.  Es un problema muy serio.  En este año de elecciones se observa mucha más publicidad negativa que nunca, y mi intención no es que el cine se vea también así, como pasó con los Superpacs, grupo anónimo que recaudó millones de dólares solo para hacer una campaña para desacreditar a Obama.

¿Qué es lo que más te gusta del asesino que interpretas en el filme?
Jackie Cogan solo quiere hacer su trabajo y procura que la gente sufra lo menos posible y en eso hay cierta humanidad (ríe).  Procura que la persona que está por irse se sienta cómoda.   Es un lado desafortunado.  A veces algunos hacen malas apuestas y metafóricamente nos matan a los demás.

¿Cuál consideras que es la importancia de esta cinta como actor y productor?
Para empezar busco el estilo de películas que sean difíciles de hacer y lucho porque lleguen al cine.  Luego trato de estar detrás de directores como Andrew Dominik a quien admiro tanto.  Ese es mi primer ímpetu, pero siempre busco historias que digan algo sobre el momento que vivimos.  Cuando leí el libro sentí que había cierto mensaje y en ese entonces los norteamericanos estaban atravesando por la peor crisis de los préstamos de hipotecas donde la gente perdió su hogar.  Era algo que figuraba todos los días en las páginas de los principales diarios y la economía sigue mal.  Aunque toca ese tema actual al verla parece que la historia es de un gánster del mundo en general.

¿Cómo productor de cine tratas de evitar las superproducciones de acción o las típicas locas comedias de cine?
Sí.  Me gustan las cintas con algún mensaje subliminal que no te lo muestra tan directamente.  Y esta vez me pareció una buena forma de mirar la crisis financiera, en vez de mostrarla directamente.  Además estoy muy orgulloso del equipo de actores que conseguimos.  Cada uno agregó algo específico a la historia.  Siento mucho respeto por el elenco.

¿En lo personal tienes preferencias políticas demócratas o republicanas?
Me gusta la idea de que alguien haga un documental que muestre las diferencias entre los demócratas y republicanos en Estados Unidos, para que la gente entienda bien como desarrollar sus puntos de vista.  Amo la democracia especialmente en el cine.

Aunque la película Killing them softly se estrena en la misma época que las elecciones de Estados Unidos, en realidad transcurre durante la campaña presidencial de 2008.  Sin nombrar ninguna ciudad, muestra el problema económico y las familias que no pueden pagar las hipotecas de sus casas.  Y con el mensaje “América no es un país, es un negocio”, en paralelo sucede la historia del personaje de Brad Pitt, Cogan, un asesino decidido a matar a ciertos ladrones armados que organizan un juego de póquer repleto de mafiosos.

Por Fabián W. Waintal
© Copyright 2012
Fotografías Disponibles Bajo Derechos Reservados de Plan B.

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