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Emociones Inteligentes

Aristóteles, en su obra “Ética a Nicómaco” escrita en el siglo IV a.C., afirmó: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.  Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.  Más recientemente, Daniel Goleman en su libro “Inteligencia Emocional”, aborda aspectos colaterales al coeficiente intelectual, CI, entre los que destacan la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los impulsos, y de evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales. Estas capacidades son igual o más importantes que el CI, para el éxito y la felicidad, afirma el autor.  Para dominar estas capacidades sugiere cinco competencias:

• El conocimiento de las propias emociones.  Es la capacidad de reconocer un sentimiento en el momento en que aparece. 

•  Controlar las emociones.  La conciencia de uno mismo nos permite controlar nuestros sentimientos y manejarlos apropiadamente.

 •  La capacidad de motivarse uno mismo.  Controlar las emociones resulta esencial para mantener la atención, la motivación, la creatividad, y lograr resultados sobresalientes. 

•  Reconocimiento de las emociones ajenas.  La empatía es una habilidad fundamental.  Las personas empáticas sintonizan con lo que necesitan o quieren los demás, y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de labores tales como la medicina, la docencia, las ventas, o la gerencia de empresas.

•  El control de las relaciones.  Es la habilidad para corresponder adecuadamente con las emociones ajenas.  

Estas son las habilidades que subyacen a la popularidad y al liderazgo. 

No todas las personas tienen el mismo grado de pericia en cada una de estas competencias.  Hay quienes son muy capaces de manejar su propia ansiedad, pero en cambio, no son tan buenos cuando se trata de manejar las emociones ajenas.  Las limitaciones en estas habilidades emocionales pueden corregirse y, en general, cada aspecto representa un conjunto de hábitos y de reacciones que, con el esfuerzo adecuado llegan a mejorarse. 

Y tú ¿cómo eres manejando tus emociones?

Dr. Carlos Luna Rivara, consultor de consejos de administración
luna.rivara@gmail.com
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