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En tránsito

Diana de Solares se adentró en el proceso creativo fundamentada en la filosofía de Martin Heidegger (1889-1976) para crear las construcciones, como ella llama a sus piezas, que conforman esta muestra en la que se nota su pasión por la matemática y su afinidad con el antimonumentalismo.  Su material es el MDF, cuidadosamente intervenido con cromos aplicados con minucioso esmero.

El elemento esencial de mi obra es el espacio, las construcciones casi no son objetos, realmente se trata de líneas que lo están dibujando y activando, que se interrelacionan con otras líneas y objetos en la exhibición: ya con el suelo, el muro o el cielo.

Su vocación no es existir por sí solas, sino es entrar en esta interacción con lo que tienen alrededor.  Mi obra es deliberadamente abstracta, no porque me haya quedado en el modernismo, sino porque la abstracción tiene una característica fascinante: es el lenguaje más libre, más poético, y exige una ralentización al espectador, quien se tiene que detener necesariamente ante la obra.  Y aunque no se trata de móviles, su otra vocación es cinética”.

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Diana de Solares estudió con el maestro Juan de Dios González.  Pero también se licenció en Economía en la Universidad Francisco Marroquín, por cuyo medio se supo adicta a la filosofía y la matemática.  Por eso, fue catedrática allí de filosofía de la economía.

Desde mediados de los años de 1990, Diana expone cada dos años.  Ha participado en la VII Bienal de La Habana y en la V Bienal de Pintura de Cuenca.

El arte es mi vida.  Exponer la obra es desnudarme, como decía Heidegger: ‘El arte es el desocultamiento de la verdad’”. -Diana de Solares, sobre En Tránsito.

 

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Por León Aguilera Radford
Fotos: Julieta Ordóñez

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