Isla de San Andrés, un paraíso en Colombia

Una superficie total de 26 kilómetros cuadrados es más que suficiente para convertirse en un destino perfecto, donde se puede disfrutar de aguas coloridas, playas, practicar deportes náuticos, bucear, hacer ecoturismo, comer bien y muchas otras cosas.  En resumen, eso es la Isla de San Andrés, un verdadero paraíso en Colombia.

Por Jeovany Ibañez
Fotos: Natalia Gómez y Carlos Sueskún

Cuenta la historia que fue la belleza natural de la isla de San Andrés la que deslumbró al Pirata Morgan para hacer de este paraíso, el comando central de sus actividades en el mar Caribe.  Sin embargo, hoy, cientos de años después, sigue deslumbrando y atrayendo a quienes posan sus pies en esta pequeña porción de tierra colombiana.

El reggae, la amabilidad y hospitalidad de los “sanandresanos”  le da la certeza a los visitantes de estar en uno de los destinos turísticos predilectos de todo el Caribe.  La isla es fiel depositaria de playas blancas rodeadas por uno de los mares que ha sido denominado dignamente como el Mar de los Siete Colores.
Pero, ¿qué hacer y a dónde ir?  Las oportu-nidades para divertirse en la isla son muchas.  Estas pueden ir desde saborear platos preparados con lo mejor del Caribe: langosta, pargo, cangrejo, caracol y mucho más, hasta realizar un tour por el centro histórico para ir de compras.

¡Sol y playa!

Si lo tuyo es la aventura en el mar, se recomienda iniciar un recorrido por la pequeña isla de Johnny Cay, la cual está a 15 minutos abordo de una lancha que levita sobre las aguas tranquilas del mar de San Andrés.  Este paradisíaco lugar es ideal para darse un chapuzón por las playas de arena blanca, caminar bajo las palmeras con su sombra fresca, hasta darle la vuelta a la isla.  En algunas áreas sobresalen exóticas formaciones coralinas que hacen unos hermosos pozos de agua.  Es posible degustar exquisitas mojarras o peces pargo rojo fritos con plátano y deliciosos cócteles como el Coco Loco, Coco Fresa y Margaritas.

Luego puedes nadar a la par de mantarrayas y darles de comer, lo cual es una experiencia que no olvidarás nunca. Si eres amante de las actividades acuáticas, también puedes practicar snorkel y divertirte con otras como kitesurf, windsurf y jetski, y por supuesto, ¡bucear en arrecifes de coral que permiten una visibilidad que supera los 30 metros!

Un recorrido por la isla

Otra opción es realizar un recorrido completo por la isla para conocer las múltiples atracciones turísticas.  El primer punto de interés es la Cueva del Pirata Morgan, una pequeña guarida convertida en museo donde, según cuenta la leyenda, el pirata más conocido y temido de la zona escondía sus tesoros.

Más adelante, se llega a la Piscinita, una pequeña piscina natural rodeada por una pared de roca coralina, donde por un dólar se puede bajar a practicar snorkel y darle de comer a la variedad de peces tropicales que diariamente se reúnen en ese lugar.

Otro de los espectáculos es el “Hoyo Soplador”, un peculiar fenómeno natural en el que el oleaje del mar hace que el aire resople a través de un pequeño géiser natural. Disfrutar de este fenómeno es totalmente gratuito.

Por si te parece poco, La Loma, el sector más alto de la isla, de casi 120 metros sobre el nivel del mar, también vale la pena visitar.  Aquí se ubica la primera iglesia bautista construida en 1847, considerada como la más antigua de América en su género. Se edificó con madera de pino traída desde el Estado de Alabama, Estados Unidos de América.

Para los amantes del turismo ecológico está el Mangles, un lugar donde se puede apreciar la fauna y flora, practicar avistamiento de aves, ver lagartijas e iguanas, y presenciar la interacción que se desarrolla en este hábitat.

En fin, la lista de actividades y lugares que se pueden disfrutar en la isla son innumerables.  Si te decidís a pasar unas vacaciones aquí, es casi seguro que corras el riesgo de quererte quedar.

Viaje realizado con la ayuda de Procolombia.