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La dorada Calistoga

En lo primero que se piensa cuando se pone un pie en Calistoga es en la ciudad de Radiador Springs, el escenario de la película Cars.

Si bien no se encuentra en la mítica Ruta 66 y tiene bastante vida, sí conserva ese aura de pueblito detenido en el tiempo atravesado por el río Napa.

Su calle principal, Lincoln Avenue, atraviesa los poco más de ocho kilómetros de extensión en donde se encuentran hoteles, cafés y tiendas de distintos tipos.

Todo esto, guardando en su arquitectura el diseño original que imprimieron sus fundadores.

Cuando México se independiza de España, esta región pertenece a la misión de San Francisco de Solano, ahora Sonoma, y los territorios se dividen en ranchos, provoca que todo el territorio se fraccione.

Es hacia 1862 cuando el primer millonario californiano Samuel Brannan, atraído por sus aguas termales, compra cerca de ocho kilómetros de extensión para desarrollar un spa que fuera similar al de Saratoga Springs, en Nueva York. Es Brannan quien le da su nombre actual. Con la llegada del ferrocarril hacia 1868, se convierte en un destino de visita y de paso para seguir al norte del Estado de California. De esta forma su economía se ve beneficiada porque se abren minas de plata y mercurio, se fomentan los viñedos y el turismo. El 6 de enero de 1886 fue incorporada oficialmente al condado de Napa como una ciudad, de allí que este año celebren sus 125 años de fundación.

Cuando llegues a Calistoga te asombrarás de todo lo que hay que hacer. Para adentrarte en su historia no dejes de darte una vuelta por el Museo Sharpsteen en la Washington Street. En este lugar encontrarás dioramas que te ilustrarán cómo era la vida en este valle desde sus primeros habitantes, los indios Wappo, así como las historias del salvaje Oeste. También encontrarás fotos de los primeros años del Valle de Napa y todas las transiciones que ha tenido la ciudad. El museo se debe a la iniciativa del animador de Disney y ganador del Oscar, Ben Sharpsteen, dueño de un rancho en las cercanías de la ciudad. Si coincides con el día del Farmers Market al salir de aquí podrás adquirir frutas y verduras o artesanías locales.

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Al caminar por sus calles de pronto te sorprenderá un callejón lleno de frescos del artista italiano Carlo Marchiori, quien ha hecho de este pueblo su hogar. La Calle de Carlo está repleta de escenas tradicionales del área y a pocas cuadras de ella se encuentra su galería Ca’Toga, donde podrás conocer de cerca su obra escultórica, pictórica y artesanal. Incluso si tienes suerte conocerás en persona al artista, quien habla un fluido español. Marchiori llega a California en 1976 y es en 1998 cuando abre su galería, la cual ha tenido mucho éxito.

Imposible pensar en irte sin haber disfrutado de la especialidad del lugar, los famosos tratamientos de belleza. El Hotel Indian Springs es histórico puesto que en él nace el primer spa del lugar. Su amplio terreno, su piscina de aguas termales y sus acogedoras habitaciones, contribuyen a liberarte del estrés. O puedes elegir entre la amplia oferta que encontrarás respecto a este tipo de servicios.

Ya sea para alejarte de la rutina, para degustar sus vinos o vivir su ambiente cultural, Calistoga es una ciudad vital llena de gratas sorpresas.

Yi111927411237¿Cómo llegar?
Puedes llegar a los aeropuertos de San Francisco, Oakland y Sacramento. Desde allí el camino en carretera no te toma más de dos horas hacia el norte del Valle de Napa.

¿Dónde dormir?
The Lodge at Calistoga,
Clarion Collection – www.thelodgeatcalistoga.com
Mountview Hotel & Spa – www.mountviewhotel.com
Indian Springs Resort & Spa – www.IndianSpringsCalistoga.com

Texto y fotos: Silvia Lanuza

Este viaje se realizó gracias a American Airlines www.aa.com

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