La multifacética San Francisco

Resurgida de los escombros y las cenizas, la ciudad de San Francisco California es una de las urbes más famosas del mundo inmortalizada en canciones, películas y series de televisión.

Al igual que la eterna Roma, la ciudad fue construida sobre siete colinas. Pero la necesidad de albergar a tantos habitantes, tomando en cuenta que es la ciudad de los Estados Unidos número 12 en densidad poblacional, ha hecho que las construcciones se extiendan a más de 50 colinas repartidas en cerca de 121 kilómetros cuadrados.

Como solo una cuarta parte de la bahía está conectada a tierra firme y las otras tres al Océano Pacífico en el oeste, así como a la famosa Bahía de San Francisco en el norte y el este, el clima va de templado a frío aderezado con el viento y la niebla casi permanentes a causa de la brisa marina. No sería de extrañar que el negocio de suéteres, chumpas y abrigos sea floreciente, debido a los ingenuos turistas que piensan que encontrarán un clima caluroso como en otras partes del Estado del Sol.

San Francisco es una ciudad peatonal por excelencia, cuenta con un transporte público muy eficiente, el cual incluye metro, buses convencionales, buses eléctricos y el famoso trolley, tranvía con cable, que se ha convertido en un ícono de la ciudad desde hace más de 135 años. También hay otras formas novedosas de recorrerla como los segway o los go karts, los cuales se alquilan cerca de la bahía.

Un punto obligado de visita es el famoso puente Golden Gate, localizado en el estrecho del mismo nombre, el cual el 27 y 28 de mayo cumple 75 años de haberse inaugurado. Con 1,280 metros de extensión, fue construido entre 1933 y 1937 con un costo de US$ 35 millones de la época. Esta edificación, considerada una de las Siete Maravillas de la arquitectura estadounidense, tiene un apartado peatonal donde podrás caminar hasta donde las fuerzas te den. O si lo deseas, al pie del puente puedes alquilar una bicicleta para recorrerlo sobre dos ruedas o aventurarte en alguno de los carriles dedicados a los autos. Aunque no es el principal puente de la ciudad, es el más prominente debido a la tecnología que se usó para su construcción.

Infaltable es la visita a la Isla de los Alcatraces como se conoció originalmente por los españoles y que en la actualidad se le conoce como Alcatraz o La Roca. En este lugar se estableció en 1847 un faro el cual pertenecía a una familia, pero fue hacia 1853 cuando se comenzó a cercar la isla para ser utilizada como fuerte y prisión militar durante la Guerra Civil estadounidense. En 1933 la isla fue adquirida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos para convertirla en prisión federal, la cual durante los 29 años que funcionó como tal se caracterizó por su rígida disciplina. La visita a este lugar te mostrará la forma en que pasaban los días los presos y sus custodios, así como la tecnología que contaban las cárceles para ser de esa época. Como cárcel dejó de funcionar en 1963 y tras años de conflicto por su posesión, en 1976 fue convertida en un parque natural.

En el regreso de Alcatraz no dejes de visitar el área de Fisherman’s Wharf en donde encontrarás mercados al aire libre, y las famosas Ghirardelli Square y Pier 39. También en esta área está el Parque Marítimo Histórico Nacional de San Francisco, el Centro Comercial Cannery, un museo de Ripley, el Musée Mécanique, el Museo de Cera, Forbes Island y varios restaurantes y puestos que ofrecen marisco fresco.

También desde este lugar puedes tomar un bus eléctrico o trolley que te regrese al centro de la ciudad, cerca de la conocida Union Square, en donde encontrarás una serie de tiendas de alto renombre, galerías de arte y actividades al aire libre. Muy cerca de este lugar se encuentra el área de Yerba Buena con sus bien cuidados jardines llamados Esplanade, los cuales son utilizados por los lugareños para tomarse unos momentos de relajación. Es en esta área en donde se encuentran muchos de los museos más importantes de la ciudad, como el Judío de Arte Moderno, el de la Caricatura, el de Arte Moderno y la iglesia de Saint Patrick, la más antigua de la ciudad.

Ahora si lo que quieres es conocer cómo los inmigrantes trasladaron sus costumbres y las fusionaron con su nueva forma de vivir puedes visitar, por ejemplo, el barrio Ruso o Russian Hill donde encontrarás la calle Lombard, la más sinuosa de la Unión Americana, cuya concepción se hizo en 1922 con el objetivo de reducir la pendiente de 27 grados para ser transitada por automóviles. En el barrio Chino o Chinatown encontrarás una manifestación de la cultura china desde sus construcciones hasta diferente tipo de negocios que abarcan ropa, accesorios y comida. No olvides darte una vuelta por el barrio Italiano o Little Italia en donde encontrarás una amplia muestra de la cocina de ese país.

A pesar de su corta extensión San Francisco está llena de historia y cultura. Toda una amplia gama de opciones que no se termina de ver en una primera visita. Su encanto te fascinará tanto que seguramente al abandonar la ciudad, sentirás la necesidad de cantar ‘I left my heart in San Francisco’, (‘Dejé mi corazón en San Francisco’) con la añoranza del que abandona un lugar querido.

Con raíces ancestrales

Su historia se puede rastrear hacia los años 3000 a.C., según los restos arqueológicos que se han encontrado en ella, aunque es en el siglo VI cuando los nativos Ohlone ocupan esta parte de la bahía y permanecen allí hasta la llegada de los españoles en 1776. Ese año construyeron el Presidio Real de San Francisco y la misión de San Francisco de Asis, hoy Misión de Dolores, las cuales estuvieron bajo el dominio real hasta 1821 cuando pasaron a ser parte de México. Fue en 1835 cuando se construyó la primera residencia privada y se comenzó el primer trazado formal de la entonces ciudad de Yerba Buena, que traía a muchos colonos estadounidenses. Fue hacia 1846 cuando pasó a formar parte de Estados Unidos y al año siguiente fue nombrada San Francisco.

Hacia 1846 se convirtió en una de las ciudades más apetecidas por los buscadores de oro, quienes en un año multiplicaron la población de mil a 25 mil habitantes. A partir de ese momento, el destino de esta bahía cambió y se fue desarrollando de tal forma que se convirtió en una floreciente metrópoli tanto comercial como artística. En abril de 1906 una gran parte de la ciudad fue destruida por un terremoto de 7.8 grados Richter y un incendio posterior. Lo que hizo que la cara de la ciudad cambiara un poco, aunque sus habitantes trataron de mantener el trazado original. Fue hacia 1915 cuando la ciudad se mostró ya recuperada para la Exposición Universal de San Francisco.

Texto y fotos: Silvia Lanuza

Este viaje se realizó gracias a la colaboración de American Airlines, www.aa.com