Lo que el cuerpo nos dice

Lo que el cuerpo nos dice

Cuando hablamos con alguien solo una pequeña parte de la información que obtenemos de esa persona procede de sus palabras o lenguaje verbal.  Los investigadores han estimado que casi un 70 por ciento de lo que comunicamos lo hacemos mediante el lenguaje no verbal, es decir, gestos, apariencia, postura, mirada y expresión.  Como dice el refrán: “El lenguaje no verbal habla más fuerte que las palabras”.  Los últimos estudios sobre imagen personal han revelado que la primera impresión se forma en tan solo 20 segundos.

La postura: debemos tratar de alinear nuestros hombros y buscar un balance justo de la columna, tratando de sumir el estómago.  Una persona encorvada revela timidez e inseguridad, mientras alguien erguido refleja liderazgo y poder.

La sonrisa: esta acción tiene un gran poder sobre los demás cuando es sincera y nace del alma.  Podemos abrir muchas puertas con ella, si es apropiada a la situación.  La sonrisa no solo expresa alegría, sino apertura y buena disposición.

La mirada:  influye dentro de la imagen integral, porque podemos hablar con una mirada.  Las hay burlonas, de odio, amor, compasión y sorpresa.  No olvides mirar a tu interlocutor directamente a los ojos para demostrarle atención y seguridad.

Las manos: son un elemento indispensable para reforzar lo que se dice.  Trata de mantenerlas siempre bien cuidadas porque son una parte importante de tu imagen.

¿Estás lista para recibir?

La experiencia nos dice que a veces no estamos aún listos para recibir y en consecuencia debemos esperar para que llegue ese momento, el cual tú lo debes definir.

Hoy estoy dispuesto a recibir lo que antes desprecié.  Tuve que pasar algunos altibajos en la vida para entenderlo, pero no debe ser esa la norma para la humanidad.  No necesariamente para aprender debemos pasarla mal o sufrir.  Ahora consumo verduras que antes no estaba listo para recibir, ahora dejo que me amen y me expresen cariño que antes no estaba listo a recibir. todo ello gracias a entender las señales de advertencia que la vida trae.

Anímese a recibir ese abrazo de su hijo o hija que enternece el atardecer al regresar del colegio, a recibir la sonrisa de su empleada de casa que le hace la vida fácil, el saludo de quien va por la calle o se encuentra en el gimnasio, el llamado de atención que hace el jefe para expresar que no hiciste algo bien, la solicitud de tu pareja que desea un cariñito a apapacho para salir con energía y vitalidad a emprender la jornada, la llamada de la persona a la que debes cumplirle una promesa hecha y a la que le vienes huyendo.  En fin, alístense para recibir sin tener que decir algún día: “Hasta que no me pasó (dolor, tragedia) no aprendí”.

¿Estás lista para recibir?

La experiencia nos dice que a veces no estamos aún listos para recibir y en consecuencia debemos esperar para que llegue ese momento, el cual tú lo debes definir.

Hoy estoy dispuesto a recibir lo que antes desprecié.  Tuve que pasar algunos altibajos en la vida para entenderlo, pero no debe ser esa la norma para la humanidad.  No necesariamente para aprender debemos pasarla mal o sufrir.  Ahora consumo verduras que antes no estaba listo para recibir, ahora dejo que me amen y me expresen cariño que antes no estaba listo a recibir. todo ello gracias a entender las señales de advertencia que la vida trae.

Anímese a recibir ese abrazo de su hijo o hija que enternece el atardecer al regresar del colegio, a recibir la sonrisa de su empleada de casa que le hace la vida fácil, el saludo de quien va por la calle o se encuentra en el gimnasio, el llamado de atención que hace el jefe para expresar que no hiciste algo bien, la solicitud de tu pareja que desea un cariñito a apapacho para salir con energía y vitalidad a emprender la jornada, la llamada de la persona a la que debes cumplirle una promesa hecha y a la que le vienes huyendo.  En fin, alístense para recibir sin tener que decir algún día: “Hasta que no me pasó (dolor, tragedia) no aprendí”.