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Padres después del divorcio

Después que los padres se separan los hijos experimentan un sentimiento de abandono. La gran tarea de la expareja es demostrar que sigue presente en la vida de sus niños y adolescentes y orientarlos para recuperarse de las heridas del divorcio.

‘Mamá, no es sencillo ser hijo de divorciados, pero después que te separaste de papá hiciste un buen trabajo, soy feliz de tenerlos a los dos’, este comentario espontáneo es de Javier, hijo de Karina. Para ella estas palabras representan el reconocimiento de un duro camino y saber que sus decisiones hace 15 años resultaron acertadas.

Karina comparte que no sabía nada de psicología y divorcios, pero decidió no hablar mal del padre de sus niños y enseñarles respeto por él. Sin saberlo puso en práctica dos de los consejos más importantes para que los hijos logren sobreponerse al divorcio. Pero además se requiere de otra serie de detalles y estrategias, y en este artículo conocedores en la materia explican paso a paso, acerca de lo que sucede durante y después de la separación, exponen algunas ideas y explican errores que deben evitarse.

No al crimen emocional

Durante el divorcio el círculo familiar se desintegra y los miembros tienen que sobrevivir ante los cambios que se producen. La vida da un giro, las actividades no son las mismas, las relaciones se rompen y los sentimientos se transforman, dice Lorena de Contreras, psicóloga clínica y asesora familiar.

Para el hombre y la mujer que deciden no seguir con su vida sentimental existen dificultades para marcar los límites y aparece una etapa de confusión en los roles que deben desarrollar de ahora en adelante. Lo ideal es que los dos traten de solucionar sus diferencias como adultos maduros, que cada uno busque ayuda profesional para el manejo emocional de esta ruptura y en ese marco piensen cómo organizarse para cumplir como padres.

Claudia Cuyún, psicóloga clínica y asesora educativa familiar, en su experiencia orienta a los papás a tener humildad para aceptar la coparentalidad o responsabilidad compartida y así que ninguno pierda la experiencia de ver el crecimiento y desarrollo de sus hijos. Una base es establecer reglas, mensualmente se recomienda dar propuestas para organizarse con los horarios y responsabilidades. Lo mejor es que este plan de acción quede por escrito para que los dos tengan claras las obligaciones.

Al compartir con los niños, una regla es jamás hablar mal del padre o madre ausente y que se desarrolle un síndrome de alineación parental. El mismo se da cuando uno de los progenitores quiere tener a sus hijos de aliados y se les llena de ideas negativas, lo cual causa daños emocionales permanentes en los pequeños, agrega Cuyún.

Otro error es cuando uno de los padres no desea que el otro se relacione con sus hijos, o bien condiciona dicha relación, y el padre sin la patria potestad tiene que cumplir ciertas obligaciones a cambio de ejercer el derecho de relacionarse con sus hijos.

Sin embargo, los padres tienen que hacerse cargo de sus responsabilidades y resolver los problemas entre ellos, sin involucrar a los pequeños. Los niños no poseen las herramientas adecuadas para entender los problemas socioeconómicos y otros asuntos que confronta el divorcio. Ellos únicamente observan, escuchan y sienten la tensión emocional que se vive en casa.
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[ Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a ser criado y educado en el seno de su familia y excepcionalmente, en familia sustituta, asegurándole la convivencia familiar y comunitaria. Artículo 18, de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia. ]

La pareja en el juzgado

La diferencia esencial entre un divorcio por mutuo consentimiento o voluntario y el ordinario, donde solo una de las partes pide el divorcio, es que en el primero la expareja se pone de acuerdo en quién se confían los hijos, el gasto de los alimentos, la educación y la responsabilidad de ambos. Se determina la pensión que se pagará y qué garantía se presta para el cumplimiento de estas obligaciones.

En el artículo 166 del Código Civil se explica que los padres podrán convenir a quién de ellos se confían los hijos, pero el juez, por causas graves o motivadas, puede resolver en forma distinta, tomando en cuenta el bienestar de los mismos. Podrá también el juez resolver sobre la custodia y cuidado de los menores, con base en estudios o informes de trabajadores sociales o de organismos especializados en la protección de menores. En todo caso cuidará de que los padres puedan comunicarse libremente con ellos.

En el artículo 252 de la citada ley se establece la patria potestad o la representación de los hijos, la cual se ejerce sobre los niños, niñas y adolescentes menores, conjuntamente por el padre y la madre en el matrimonio y en la unión de hecho, y por el padre o la madre, en cuyo poder esté el hijo, en cualquier otro caso.

En Guatemala, no está contemplada en la ley la custodia compartida, que ha probado ser la forma más humana de sobrellevar la relación de los padres con los hijos. Cuando se da dicha salvaguardia en nuestro medio, es porque los padres, de común acuerdo aceptan llevarla así.

En asuntos de separación y divorcio existen problemas difíciles de resolver y a veces los procesos llevan un tiempo largo en resolverse, comenta Ibeth Chinchilla, licenciada en derecho civil y procesal civil.

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Un cambio en cada edad

El divorcio representa en cada edad problemas distintos y para resolverlos es indispensable no solo el apoyo de sus padres, sino una orientación profesional.

Los preescolares
Es posible que el divorcio provoque un retardo en el lenguaje, que existan conductas regresivas como orinarse en la cama. Probablemente se presente enojo y se apoyan en fantasías en que creen que sus padres se volverán a unir.

Escolares
Sienten miedo y desconcierto. A veces los niños no quieren ir a estudiar, bajan las calificaciones y sus sentimientos parecen estar en una montaña rusa, están felices si ven al padre ausente, pero de lo contrario se sienten tristes.

También creen que sus papás son egoístas por no haber conservado su familia y algunos anhelan que se unan nuevamente.

Adolescentes y jóvenes

A algunos aparentemente no les importa lo que está sucediendo. Sin embargo, en su interior empiezan a tener ideas como el no querer nunca formar una familia y menos tener hijos. Desvalorizan el papel de la familia, tienen cólera o ira porque sus padres no cumplieron con estar juntos. Las niñas podrían buscar un novio de mayor edad porque necesitan una figura paterna presente.

La separación de los padres les causará problemas éticos y provocará conflictos entre apoyar a la madre o al padre. Generalmente, las reacciones más comunes en esta etapa son por un lado una madurez acelerada, es decir, el adolescente adopta el papel del progenitor ausente, aceptando sus responsabilidades y, por el otro, una conducta antisocial: no acata ni acepta las normas, desobedece, consume alcohol, drogas, es rebelde y desafiante.

¿Para ellos que significa?

De Contreras explica que el impacto de la ruptura marital genera consecuencias desfavorables en los hijos y estas pueden ir de moderadas a graves, así como de transitorias a permanentes. Los niños y adolescentes perciben la traición afectiva de sus padres, se sienten impotentes porque no tienen ningún control sobre la situación, se aíslan y sienten que nadie puede entender plenamente su dolor.

Ellos están en medio de un torbellino, su familia agoniza y en un primer momento se sienten abandonados, creen que tienen la culpa de lo sucedido. Cuando estos temores se presentan los padres tienen que actuar de inmediato, comentarles que ellos no son responsables de esta decisión y asegurarles que su relación con ellos no se perderá.

Se sugiere propiciar la comunicación con los hijos, hablarles con honestidad, pero sin detalles que hagan más profunda la herida en su corazón. Recuerda que ellos quieren a su papá y al hablarle negativamente sus sentimientos se confunden.

Es importante compartir con ellos la mayor parte de sus actividades e inquietudes, llamarles por teléfono, escribirles y lograr que se sientan apoyados por ambos padres. Mientras los dos estén presentes el niño se sentirá más seguro y sanará las heridas que le causen la ruptura de sus padres.

Los padres tienen que trabajar en recuperar el buen funcionamiento familiar y con esfuerzo deberán actuar de manera responsable, mejorando así la formación y educación de los hijos. La finalidad de una coparentalidad sana es que no existan más niños heridos y que tengan un futuro en el que quieran llevar una vida plena, sin temor de las relaciones sentimentales.

Papelería mínima

Si quieres abrir un proceso o tu expareja quien no está cumpliendo con sus obligaciones acércate a un abogado privado, o bien a instituciones que trabajan en la orientación de este tema. Fundación Sobrevivientes comparte la información acerca de los requisitos mínimos para comenzar los procesos:

Pensión alimenticia
Necesitas tu dirección y la del demandado, así como la partida de nacimiento original y reciente de los hijos.

Aumento de la pensión alimenticia
Tu dirección y la del demandado, partida de nacimiento original y certificación donde consta que ya fue fijada una pensión alimenticia.

Si incumple con el pago de la pensión
Es indispensable la certificación del convenio o sentencia donde consta que fue fijada la pensión alimenticia, partida de nacimiento de los hijos menores y la tuya, si también te fue fijada una pensión. Es necesario informar sobre los datos exactos de los meses y la cantidad que no ha pagado.

Relaciones familiares
Si estás demandada por parte del padre de los hijos y quieres verlos debes llevar lo antes posible la notificación de la demanda que te hizo el juzgado. El abogado solicitará la información pertinente que necesita para contestar la demanda. Si tú vas a demandar se requiere la certificación en original de los hijos menores, la dirección del demandado y los días y horas en que desea ver a sus hijos.

Por Ingrid Reyes

Fuentes: Claudia Cuyún, psicóloga clínica y asesora educativa familiar. Lorena de Contreras, psicóloga clínica y asesora familiar de la Clínica Interself. Licenciada Ibeth Chinchilla, licenciada en derecho civil y procesal civil. ch.asesoresjuridicos@hotmail.com

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