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Pelea entre parientes, ¡rompe el círculo!

No todos tienen la suerte de convivir en armonía con la familia extendida. Ciertas parejas necesitan estrategias para salir emocionalmente ilesas de un campo de batalla en el que reinan la falta de respeto y la poca tolerancia. Si estás en una situación parecida, los siguientes consejos te ayudarán.

Cuando te unes a tu pareja, tanto él como tú tienen diferencias en la forma como fueron criados, los valores y los hábitos que adquirieron, pues por muy parecidos que sean sus historias, no son las mismas. Y, por supuesto, el círculo familiar en el cual crecieron y se desarrollaron es totalmente distinto. Estas diferencias componen la esencia de cada uno y el respeto a ello es primordial.

Pero en ocasiones la falta de madurez, el apego de alguno de los dos a sus padres, los problemas de actitud, las mismas costumbres y las formas de pensar son el detonante para encender la mecha de conflictos entre la pareja y los familiares. Comentarios desagradables, chismes, manipulaciones, insultos y hasta golpes son acciones que no hacen falta en este tipo de situaciones enfermizas, pero la buena noticia es que con esfuerzo es posible mejorar y vivir paz.

Es responsabilidad de la pareja establecer sus propios límites, tener un sentido de equilibrio y en especial una buena comunicación. Lo ideal es que los problemas de la pareja no lleguen a terrenos que no corresponden, es decir, a familiares o amigos, ni pongan en riesgo la relación de pareja, debilitándola o destruyéndola.

Aquí te presentamos siete problemas comunes en la pareja y algunas sugerencias para limar asperezas. Conoce qué piensan los expertos al respecto de estas experiencias y aunque no son fórmulas mágicas, marcan pautas útiles para salvaguardar la unión familiar.

1. Sin críticas a la familia de la pareja
Este es un error frecuente, casi una tentación, pero ten cuidado porque esto lastima. A nadie le gusta que juzguen a su círculo familiar y aunque la persona esté consciente de las debilidades de sus parientes no le agradará reconocerlas. No se trata de callar, pero sí de cuidar la manera como se da la información para que el otro no se sienta atacado. Tampoco intentes poner a tu pareja en contra de su propia familia, eso es jugar sucio.

2. Tú y tu pareja ponen los límites
Una vez las personas vivan juntas, ya sea unidas de hecho o casadas y tienen una familia constituida, deben arreglar solos sus conflictos. Él debe dar a la mujer el lugar que se merece, y ella a él, eso significa dejarlo en claro ante los padres o ante quien sea, para establecer los límites que ambos decidan. No es correcto intentar que tu pareja cambie para que sea aceptada en tu núcleo familiar, de ser así tu cónyuge se sentirá poco valorado y los problemas empeorarán.

Es importante que todos participen en los roles que les corresponden, un hijo sigue en su papel de hijo, mientras la nuera debe ocupar su lugar como tal. No es válido que los suegros quieran mandar a su yerno o nuera, ni pretender que los padres o hermanos de tu pareja sean un paño de lágrimas o aliados para corregir los comportamientos del hijo (tu pareja). Hay que tener la madurez y el control emocional para conservar una relación afable.

3. Eviten peleas y discusiones frente a la familia y los amigos
No es aconsejable demostrar sus diferencias frente a familiares, porque inevitablemente tomarán partido por uno de los dos y el asunto tendrá implicaciones emocionales más profundas. En caso de disgustarse es mejor tener un plan para reaccionar, por ejemplo retírense del lugar por un momento, o bien esperen llegar a casa para hablar del asunto y eviten situaciones incómodas. Tampoco es correcto criticar a la pareja frente a la familia ni hablar mal de ésta frente al cónyuge, el resultado es alimentar la enemistad.

4. Alerta ante signos de manipulación
La relación con la familia debe ser amable, pero debe cuidarse de no caer en manipulaciones. Es indispensable estimular la interacción con el entorno, pero esto no quiere decir que se deba hacer todo lo que los otros quieran. El cónyuge o la familia puede tener la tendencia a inventar enfermedades, exagerar las situaciones, lloriquear o emplear otro truco para separar al otro de su familia o de su pareja. Cuídense de no caer en este tipo de juegos emocionales.

5. Ir o no a las actividades familiares
Si se tiene una relación demasiado complicada no obligues a tu pareja a ir a todas las actividades familiares, pues seguramente no se sentirá cómoda. Sin embargo, esto no significa que tú te reprimas de asistir. Establezcan algunas fechas importantes como Navidad y Año Nuevo para ir juntos y establezcan horarios para estar el tiempo necesario.

6. Las negociaciones deben ser un gana-gana
Ambos miembros de la pareja deben tener claro que ellos decidieron irse de casa y formar una familia, a partir de entonces son un equipo y les conviene llegar a acuerdos. Tienen que poner todos los conflictos y las posibles soluciones sobre la mesa, establecer un diálogo, tener disposición de ceder y de asumir responsabilidades y nunca intimidar ni amenazar a la pareja. Es importante que cada uno esté consciente de lo que quiere obtener y de lo que está dispuesto a dar.

7. ¿Cuándo buscar apoyo?
Los especialistas explican que cuando las parejas tienen problemas, la consejería matrimonial funciona mejor al principio de los conflictos. En esta etapa es más fácil identificar soluciones, a diferencia de una relación que ha sido conflictiva por años y se han provocado demasiadas heridas emocionales, lo cual podría requerir años de terapia.

Por Ingrid Reyes

Fuentes: José Ricardo Sandoval, psicoterapeuta. Lilian Illescas, psicóloga. Libro: Inteligencia en pareja, de María Elena López y María Fernanda González, Grupo Editorial Norma.

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