Una alimentación balanceada disminuye el riesgo de contraer enfermedades y ayuda a mantener un estilo de vida saludable, pero es importante distinguir entre una buena alimentación y una dieta peligrosa
Durante los últimos años, las “dietas”, como comúnmente se les conoce, han cobrado popularidad entre jóvenes y adultos. Algunas de las más comunes son las dietas keto, paleo, flexitariana, e incluso el ayuno intermitente. La razón por la que se han vuelto populares es simple, pues todas aseguran una pérdida significativa de peso a corto plazo. En la búsqueda de conseguir el peso o la talla perfecta, las personas se someten a seguir estas estrictas dietas alimenticias que pueden resultar contraproducentes para salud.
Los daños son provocados por la falta de nutrientes, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita. Hay que tomar en cuenta que no todos los organismos y estilos de vida son iguales y, por ende, no pueden regirse bajo una alimentación estandarizada.
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Al momento de adoptar una dieta, como lo son las dietas keto o ayunos intermitentes, es esencial y fundamental la supervisión de un profesional en salud. Esto, porque algunas de estas modalidades pueden alterar el consumo de alimentos necesarios para el sistema de la persona, afectando su salud. En ninguna circunstancia es recomendable seguir dietas de moda sin una evaluación previa. Sin embargo, es importante saber que estos estrictos métodos no son la única alternativa para lograr el peso o talla deseada.
Para obtener un plan alimenticio o dieta adecuada, lo ideal es consultar con un profesional de la salud para que pueda realizar un plan basado en la edad, género, condición de salud, estado fisiológico y estilo de vida. Este plan debe establecerse para modificar y/o adaptar buenos hábitos de alimentación conforme a los objetivos nutricionales planteados. Si lo que se desea es la pérdida de peso, los planes pueden ir acompañados de ejercicio físico regular.
Un plan de alimentación adecuado debe ser completo, variado y equilibrado, incluyendo todos los grupos principales de alimentos, es decir, cereales, leguminosas y vegetales harinosos, frutas y vegetales, productos de origen animal como el huevo, lácteos, pollo, pescado y carnes rojas; y, por último, poca cantidad de azúcares y grasas.
Todos estos grupos deben incluirse en una dieta saludable, en las proporciones adecuadas con respecto a las necesidades nutricionales y alimenticias de cada persona. Por lo tanto, si en un plan de alimentación no se cumple con estos criterios será desequilibrado e incompleto.
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Un factor importante que considerar con los planes de alimentación completos, es que existen personas que padecen la enfermedad celiaca o son intolerantes a la lactosa. Por lo tanto, tienen limitado el consumo de alimentos que contengan trigo, avena, cebada, centeno y lactosa. Dentro de sus planes deben encontrar alimentos que puedan sustituir a los anteriormente mencionados. De esta forma, no se limitará el aporte calórico y se satisfarán las necesidades de nutrientes.
Antes de optar por seguir una dieta “de moda”, es esencial conocer el contexto y condición nutricional. Solo de esta forma, se podrá asegurar que se está cumpliendo con un plan adecuado y que será una herramienta para lograr los objetivos establecidos.
Fuente: Nutricionista Francisco Herrera.