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Ejercicios ante el escritorio para evitar dolores y contracturas

Contracturas en el cuello o dolor de espalda son algunos de los desagradables efectos secundarios de trabajar sentado ante un escritorio. Lo bueno es que se pueden evitar y contrarrestar con ejercicios sencillos.

Por: DPA

Lo mejor es hacerlos regularmente, también durante el trabajo. Puede ayudar activar un recordatorio cada cierto tiempo, aconsejan fisioterapeutas alemanes, quienes hacen las siguientes propuestas para el trabajo diario en una oficina.

Con la cabeza contra la pared

Sentarse erguido contra una pared, por ejemplo, con un banquito. Apoyar la parte trasera de la cabeza. Luego, hacer un ligero movimiento hacia abajo, como diciendo que sí y formanado papada. La parte trasera de la cabeza no debe despegarse de la pared. Se siente una tensión en la parte delantera del cuello. Mantener la posición ocho segundos, hacer una pausa de la misma duración y repetir. En total, recomiendan hacer entre tres y cinco repeticiones, eso fortalece los músculos frontales del cuello.

Apoyabrazos de la silla como aparato de entrenamiento

Quien tenga una silla de escritorio con apoyabrazos puede utilizarlos para entrenar. Es muy sencillo: los antebrazos presionan desde adentro hacia afuera contra los lados del apoyabrazos. Se sostiene esa presión ocho segundos, luego ocho segundos de pausa. Repetir dos veces. Este ejercicio fortalece los hombros.

Fortalecer aductores con un portafolios

Es importante entrenar y fortalecer todo el cuerpo. En el caso de los aductores, puede ayudar un maletín: se coloca entre los muslos y se presiona fuertemente con ambas piernas. También en este caso hay que mantener la tensión ocho segundos y luego pausar la misma cantidad de tiempo. Repetir dos veces. Quien no tenga maletín, puede utilizar como alternativa ambos puños cerrados colocados entre las piernas.

El ejercicio de la moneda para el trasero

Los músculos del trasero no hacen mucho cuando uno está sentado y les viene bien un poco de activación. Eso se puede hacer en cualquier momento. Solo hay que levantarse brevemente e imaginar que uno sostiene una moneda entre las nalgas. Alternar tensión y relajación. Otra vez vale la misma regla: ocho segundos de tensión, ocho segundos de pausa.

dpa

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