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Dominar el pánico nupcial

En la cinta La novia fugitiva, Julia Roberts, de camino al altar, huye frenéticamente en sus bodas y deja desconcertado al novio de turno. Este es un caso extremo y cómico de un aspecto serio que puede suscitarse en una relación de pareja que planea casarse: pánico al matrimonio.

Que los novios sientan duda de casarse es hasta cierto punto normal, porque en general los seres humanos experimentan diferentes niveles de ansiedad ante un cambio. Esto es más notorio cuando las circunstancias o los comentarios que se escuchan en relación al matrimonio no son favorables o cuando está visto como una empresa con grandes posibilidades de fracasar, explica Magda de Garrido, psicóloga clínica y consejera matrimonial.

De Garrido indica que cuando las personas enfrentan niveles muy altos de ansiedad o de angustia, tienen niveles bajos de tolerancia y esto da paso a mucha irritabilidad, que a su vez conduce a pleitos frecuentes que ponen en entredicho la ejecución de la boda.

Suelen además presentarse síntomas depresivos, porque el matrimonio conlleva la pérdida del estado civil, o sea dejar de ser soltero, lo cual como cualquier cambio requiere un proceso de adaptación. Para Mynor Izquierdo y su esposa Dayrin Roca, intercesores matrimoniales, una de las razones para que los novios sientan ese temor es que entre otras cosas quieren tener total control sobre los elementos que han tomado como prioritarios para el éxito del evento nupcial.

En este sentido, los temores varían según sea el género, señala De Garrido. En los hombres su principal temor es la pérdida de la libertad y de muchas otras ventajas que como soltero disfrutaba. Mientras para las mujeres, su principal temor es en relación a su desempeño en las responsabilidades como esposa y en algunos casos por enfrentar la maternidad.

Su historia pesa

El trasfondo familiar juega un papel muy importante, porque cada uno de los integrantes de la nueva pareja podría entrar a esta nueva relación con predisposiciones que afectan el buen desarrollo de la relación, indica De Garrido.

La pareja debe meditar que al unirse en matrimonio se casan también con el pasado de su pareja y con su familia, sus costumbres y creencias religiosas, hábitos y rituales personales. De esta información es que ambos pueden llegar a proyectase hacia el futuro, aunque estos aspectos no son totalmente determinantes, indican los esposo Izquierdo y Roca.

Además del antecedente familiar también afecta el pasado de cada uno, especialmente cuando salta a la vista una relación anterior con alguien más, esto podría inquietar mucho, si esta no ha sido superada plenamente. Además pueden perturbar otros aspectos como alguna afición poco sana, recaer en una adicción o haber estado involucrado en actividades fuera de la ley, porque uno o los dos tendrán que luchar contra la desconfianza.

Los temas engavetados

Al igual que nadie compraría un vehículo sin asegurarse de su buen funcionamiento, ninguno debería entrar a una relación de matrimonio sin antes poner sobre la mesa aquellas situaciones que en un futuro podrían ser la causa de algún tipo de problema o hasta motivo de divorcio. Por eso no es recomendable abordar temas difíciles cuando la fecha de la boda está próxima, porque esto conducirá a tomar decisiones extremas motivadas por las emociones más que por la razón, indica De Garrido.

Los esposos Izquierdo y Roca, indican que en definitiva tienen que dialogar de temas complicados, pero no necesariamente antes de la boda. En realidad aspectos difíciles deben tratarse desde el momento que deciden formalizar y que el matrimonio es un futuro posible. Entre más pasa el tiempo, más crece la probabilidad de conflicto. Si el fundamento de su relación es el amor seguro encontrarán comprensión uno en el otro.

La recomendación es que previo a definir una fecha para la boda, la persona que guarde algún secreto y considere que puede afectar el futuro con su pareja, debe buscar la ayuda de un consejero para saber cómo y cuándo abordar la situación con su ser amado, explica De Garrido.

¿Y si no tienen miedo?

En general resulta natural experimentar angustia previo a dar un paso tan significativo en la vida como el matrimonio, pero la ausencia total de angustia o ansiedad, no se considera normal y podría indicar que uno o los dos no manejan de forma adecuada la situación.

Izquierdo y Roca explican que si en cada momento de angustia previos a la ceremonia los integrantes de la pareja dicen o piensan que es mejor no seguir adelante, esto es una señal de alerta. Los deseos de abandono durante las crisis prematrimoniales pueden tomarse como una señal de que algo anda mal, aunque no en un ciento por ciento de los casos. ‘A nosotros el sacerdote que nos casó nos obligó a confirmar nuestro deseo de casarnos durante seis meses seguidos, una vez al mes
.’, agregan Izquierdo y Roca.

Tranquilos y relajados

Para reducir la tensión lo primero es una buena comunicación con su pareja, en la que de manera abierta exterioricen las situaciones que más les preocupan. Otra sugerencia es que cada uno busque consejería prematrimonial, no solo para liberar sus preocupaciones, sino para resolver algunas dudas bastante comunes en esta situación, explica De Garrido.

Para los esposos Izquierdo y Roca es importante tener fe en un ser supremo, además confianza uno en el otro y complementar con mucho amor. Resulta positivo tener mucha comunicación y confianza y evitar casarse para solucionar problemas, o porque ya es la edad o porque se trata del último tren. Además asistir a grupos para matrimonios antes de casarse es muy positivo.

Felices y comprometidos

Lanzarse al matrimonio siempre genera sentimientos encontrados, por un lado mucha emoción y expectativas y, por el otro, temores e incertidumbres; lo mejor es hablar con aquellas parejas que ya pasaron por ese camino para que orienten a los futuros esposos.

Ambos pueden aprender mucho de los matrimonios que han tenido éxito, como de aquellos que han fracasado. En general el problema es que algunas parejas solo se enfocan en los detalles de la boda, invitados, vestido, lugar, comida y música, y no de las cosas de fondo como el buen funcionamiento de su relación.

Por esa razón, De Garrido recomienda que toda pareja con planes de casarse busque consejería prematrimonial, de preferencia con alguien que maneje principios morales y con conocimiento sobre la conducta humana, esto ayuda a reducir la posibilidad de fracaso, lo cual puede ser la situación que más les cause angustia.

Para Izquierdo y Roca, la ansiedad no es mala si se sabe manejar en pareja. Algo que ayuda mucho es poner más atención a los detalles e informarse bien de las situaciones a las que se enfrentarán, para que sean proactivos y resuelvan sus diferencias con respeto y amor.

[La pareja debe meditar que al unirse en matrimonio se casan también con el pasado de su pareja y con su familia, sus costumbres y creencias religiosas, hábitos y rituales personales. De esta información es que ambos pueden llegar a proyectase hacia el futuro.]

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Cuando el estrés es por los preparativos

Luis Méndez, director general de Boda cero Stress, indica que las parejas que se encargan de planificar su propia boda, descuidan detalles que los organizadores manejan con mucha experiencia. ‘Nosotros aconsejamos a las parejas recurrir a estos servicios para disfrutar el proceso de organización de la boda, y el día del evento ser el invitado principal’, señala.

Los novios suelen estresarse por el presupuesto, el tiempo y la presión de la opinión de los familiares. Antes de entrar en pánico deben considerar una pregunta clave sugerida por el organizador: ‘¿cómo desean que sea recordado el día de su boda?’. Y en base a sus respuestas pueden con ayuda de asesores profesionales elegir de forma efectiva.

En la empresa dirigida por Méndez procuran resolver el pánico nupcial a través de asesorías manejadas por un equipo de expertos en áreas como la administrativa, creativa, floral, logística, fotografía y vestuario. Esto hace que los futuros esposos puedan tomar decisiones correctas y resuelvan sus dudas para poder tener tranquilidad en todo el desarrollo de la boda.

Ya sea para los preparativos o para su futura vida matrimonial, los novios harán su convivencia más llevadera y feliz cuando se apoyen en herramientas como la comunicación en pareja, desarrollen un presupuesto y organicen sus actividades.

Por Karla Rímola

Fuentes: Magda de Garrido, psicóloga clínica, consejera matrimonial y directora general de Juvenfami. Mynor Izquierdo y Dayrin Roca de Izquierdo, Intercesores Matrimoniales, grupo Gente de Dios de Comunidad San Pablo. Luis Méndez, director general Boda cero Stress.

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