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La religión en la pareja, ¿como conciliarla?

 

Las maripositas que sientes en el estómago cuando te enamoras ignoran que tu futura pareja no tiene las mismas creencias religiosas que profesas. Sin embargo, al momento de casarte este punto puede representar un obstáculo o problema para resolver, el cual deberán afrontar con mucha madurez.

Durante todo el noviazgo supiste que tu pareja no profesa tu misma religión, sin embargo, nunca se atrevieron a tratar este aspecto. Pero ha llegado el momento de unir sus vidas y el tema es como una brasa en las manos. Para abordarlo los expertos recomiendan que prevalezca la prudencia y tolerancia, ya que es una tarea muy complicada.

Los consejeros matrimoniales señalan que no es muy romántico hablar de este punto, pero más vale hacerlo, pues como reza el dicho “en guerra avisada no hay muertos”. Y es que de acuerdo con Edgar García, especialista en terapia de matrimonios, las parejas deben reconocer que su compatibilidad con el otro no es total. “Pese a ello para que tenga éxito es vital conocer las debilidades y fortalezas desde el principio”, explica.

Cuando no se comparte la misma religión y credo
Son muchos los testimonios de parejas que han sabido sortear el obstáculo de la religión al momento de casarse. Sin embargo, también los hay de aquellas parejas que iniciaron su vida conyugal y no pudieron superar esa diferencia.

Por eso, el psicólogo García explica que durante el noviazgo es bueno entablar un diálogo asertivo que les permitirá ahorrarse discusiones y conflictos posteriores, explica la psicóloga María Angelina Oliva, de Clínica Psicológica Psicología Asertiva.

En esa comunicación deben plantearse preguntas como ¿en qué iglesia van a casarse?, ¿asistirán juntos a una sola congregación o cada quien por su lado? y cuando tengan hijos ¿bajo que religión los orientarán?

“Estos aspectos son importantes tenerlos en cuenta antes de formalizar una relación de noviazgo, y aún más cuando se pretende formalizar un matrimonio”, explica el profesional.

Carlos Aguirre y Estefani Méndez llevan casados más de 30 años. Él es católico y ella protestante y han sido felices. Ambos confiesan que el respeto en todos los órdenes ha sido la base del matrimonio. “Esto no solo significa ser fiel o no desvalorizar ni maltratar, sino también aceptar las diferencias de pensamiento y creencias de la persona que tenemos al lado”, dice García.

Sin embargo, las experiencias negativas en torno a este tema también están a la orden del día. Pero para quienes están por contraer matrimonio el primer escollo por sacar adelante es bajo qué ritual religioso deben realizar la unión.

Y es que cada religión es diferente en forma, pero no en fondo, y es la forma la que puede llegar a ser el centro de la discordia, ya que el matrimonio en todas las religiones es sagrado, el cual debe llevarse bajo un rito específico con reglas concretas a seguir y, sobre todo, con ideas de la profesión bien definidas.

De acuerdo con los especialistas en este punto no debe generalizarse, pues cada caso y pareja es distinta y así será la solución. Sin embargo, Ludmilla Aguirre, psicóloga clínica, expresa que a la hora de tocar este tema es conveniente que sean asesorados por un profesional experto enmatrimonios mixtos.

En los casos en que uno o los dos integrantes de la pareja sean creyentes, también les será beneficioso consultar conjuntamente la opinión de líderes religiosos de sus respectivas congregaciones religiosas.

La mayoría de religiones que se profesan en nuestro país validan y reconocen el ejercicio de las leyes en este sacramento, por lo que es una opción válida optar por una ceremonia legal con la bendición de ambos líderes religiosos. “Pero si uno de ellos puede ceder en este punto sin sentirse menospreciado, se puede considerar la opción de celebrar la ceremonia en la religión del otro cónyuge”, explica la licenciada Oliva.

Un punto muy importante es que a la hora de reflexionar en este tema ambos mantengan una postura de mucha madurez y sin dogmatismos, con la mente abierta y dejar a un lado la creencia de ser dueños de la verdad. Esa postura distinta y abierta genera más posibilidades para ir más allá de los límites usuales.

“Es importante tomar en cuenta que dos espiritualidades diferentes pueden enriquecer mucho el mundo de la familia, si profesan sus religiones con respeto, no así si se riñe a causa de ellas”, recalca la psicóloga Oliva.

Cuando llegan los hijos
Otro punto que debe ser tratado con mucha madurez es qué pasará cuando lleguen los hijos. Ambos tienen que ponerse de acuerdo en el sistema de creencias que construirán, compartirán y en el cual los educarán.

Es recomendable hablar de las opiniones que resultan más cómodas y tolerantes, así como las que mayor inconformidad puedan generar, para que cada cónyuge maneje con consideración especial estos temas y no utilizarlos para reñir. Los puntos que convergen pueden ser los que se compartan con los hijos, evitando promover los que generan inconformidad en una de las partes.

Los hijos aprenderán que existe la voluntad y respeto y que pueden ejercerse diversas opiniones, y la tolerancia ante las mismas, a medida que vean en los padres estos valores en el diario vivir.

Para los expertos lo aconsejable es que los padres le permitan a sus hijos asistir a cada una de las iglesias, pero sin tratar de imponer su religión. Luego, cuando tengan la madurez necesaria se les debe dar la libertad para que tomen su propia decisión.

En cuanto a la educación los especialistas proponen buscar un centro educativo laico, para no presionar a los niños y sea cual sea la religión que los niños escojan, ambos estén dispuestos a apoyarlos.

Para concluir, la capacidad de comunicación, tolerancia, respeto, humildad y sinceridad son la base para que la diferencia de credos no sea un conflicto en una pareja.

Un punto importante

Si descubres que tienes convicciones religiosas diferentes es importante recordar que la fe es personal, por lo que:

  1. Debes evitar juzgar, ridiculizar o hablar mal de la religión de tu pareja.
  2. No busques convertir a tu pareja a tu religión. La conversión solo para el matrimonio no suele funcionar bien. Esto sucede solo si la persona que toma una nueva religión verdaderamente cree en esta otra fe y está dispuesta a renunciar a la creencia propia. Esto debe ser considerado cuidadosamente, y la decisión final debe venir de la persona afectada por ella.
  3. Promueve el diálogo en una plataforma de respeto, tratando de comprender la importancia que tienen para cada uno las prácticas o dogmas que profesa.

Por Jeovany Ibañez

Fuentes: Licenciado Edgar García, especialista en terapia de matrimonios, teléfono 4770-6979. Psicóloga María Angelina Oliva, de Clínica Psicológica Psicología Asertiva, teléfono 5625-4954. Ludmilla Aguirre, psicóloga clínica, teléfono 5912-3433.

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