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La piel se cuida desde el interior

Un cutis terso como la porcelana y libre de signos de envejecimiento depende de factores como la nutrición interna de la piel y una constante rutina de cuidado facial, según las necesidades que exige la edad. Antes de que te pase la factura, mejor bríndale las atenciones que merece.

Poseer una piel que te haga lucir más joven es un anhelo compartido por muchas mujeres en todo el mundo. Por eso la cosmética moderna se inspira cada vez más en crear productos especializados para lograr la lozanía del cutis.

Para detener el paso del tiempo es vital llevar un estilo de vida saludable, consumir una dieta nutritiva y balanceada, propiciar una constante rutina de limpieza y cuidado facial, además de usar protección solar, según explica Pilar Manrique, dermatóloga.

La piel refleja la salud y es una clara manifestación de lo que ocurre dentro del cuerpo. Por ejemplo, luce opaca, reseca y escamosa cuando te expones a medicamentos o sustancias químicas, o bien si no has dormido lo suficiente y estás cansada. Caso contrario sucede si te alimentas correctamente, bebes agua pura, te ejercitas y utilizas los productos de belleza apropiados para las necesidades que el cutis exige de acuerdo a tu edad.

Detén el reloj, empieza con la dieta

Isabel del Castillo, diplomada en medicina tradicional china y especialista en nutrición y dietética aplicada, explica que para lograr una piel de aspecto fresco y juvenil, es fundamental considerar aspectos básicos como: la producción de colágeno, balancear la hidratación, lograr luminosidad y, sobre todo, prevenir el envejecimiento prematuro.

La especialista en dietética sugiere que para mantener una buena producción de colágeno y lograr el adecuado entramado de fibras y tejidos faciales, es preciso que consumas vitamina C, presente en los cítricos, fresas, germinados, frutas y hortalizas frescas; los minerales como el silicio y magnesio en verduras de hoja verde, cereales integrales, algas, semillas de girasol, ajonjolí, nueces, avellanas, almendras, y otras.
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Además, la necesaria hidratación de la piel no se consigue solo bebiendo agua. Es necesario también que las células tengan la capacidad para conservar el grado de humedad idóneo, lo cual depende, entre otras cosas, del buen estado de las membranas celulares. Para ello, se recomienda consumir ácidos grasos esenciales como los omegas 3 y 6 de las semillas de lino y calabaza, nueces, pescados azules, germen de trigo y ajonjolí.

Un buen aporte de nutrientes no garantiza la adecuada absorción si el sistema está lleno de sustancias de desecho. En otras palabras, un cutis opaco denota cierto grado de intoxicación de los tejidos y deficiente circulación. Una dieta nutritiva y la práctica deportiva estimula la circulación y aumenta la depuración de toxinas.

Y para prevenir el envejecimiento la piel necesita el aporte de antioxidantes, pues su exposición directa al sol, al aire o a la contaminación la hacen vulnerable al deterioro. Evitarlo depende de un consumo adecuado de vitamina E y selenio, provenientes del aceite de oliva, polen de abeja, cebollas, huevos y levadura de cerveza.

Hazte amiga de las cremas

Combinado con una buena nutrición, la cosmética moderna formulada a base de productos llenos de tecnologías específicas para cada necesidad de la piel, también contribuyen a los cuidados. Los preparados con vitaminas A, B, C, E y K son excelentes para mantener la piel radiante y saludable, además ayudan a prevenir la aparición de los primeros signos del envejecimiento.

La dermatóloga Manrique menciona que estudios médicos demuestran cómo la vitamina A disminuye líneas de expresión, arrugas, controla el acné y reduce la aparición de líneas de expresión.

Por otro lado, la vitamina B le da un brillo saludable a la piel mientras hidrata las células y al retener la humectación el cutis se ve más joven y saludable.

Según la Academia Americana de Dermatología, aplicar nutrientes compuestos por vitaminas C y E ayudan a disminuir el daño de la piel causado por la polución, el humo de cigarrillo y los rayos del sol.

Aplicar en el rostro cremas que combinen estas vitaminas despierta la producción de colágeno, el cual se pierde con el paso de los años, y ayuda a humectar combatiendo la resequedad de la piel y compensando el efecto de los radicales libres.

La vitamina K tradicionalmente reconocida por ayudar a la coagulación de la sangre, también es un componente importante para reducir los círculos o surcos que aparecen debajo de los ojos, al igual que ayuda a desvanecer los moretones en la piel. Su efecto es aún mayor combinada con retinol.

Por otro lado, el ácido hialurónico es otro componente esencial para los tejidos, porque proporciona a la piel volumen e hidratación, por ende reduce la profundidad de las líneas de expresión para evitar que se vuelvan arrugas.

El dexpantenol es otro componente que estimula la regeneración cutánea de la piel, en especial cuando el cuerpo está en reposo, por ello es básico en productos de uso nocturno.

[Dermatológicamente hablando está comprobado que a partir de los 30 años empiezan los cambios hormonales que marcan cada etapa en el organismo femenino. Es en esta edad cuando resulta efectivo empezar a prevenir líneas de expresión.]

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Cuídate conforme a tu edad

Debido a que las fórmulas cosméticas están elaboradas a partir de vitaminas esenciales, Juan Carlos Salgado, director científico de Innovación y Desarrollo de Belcorp, en una reciente visita a Guatemala mencionó que también es preciso para el cuidado dérmico el uso de cremas apropiadas según la edad de la piel. Tener una rutina de cuidado facial desde que se es muy joven da como resultado un cutis saludable en todo momento.

Dermatológicamente hablando está comprobado que a partir de los 30 años empiezan los cambios hormonales que marcan cada etapa en el organismo femenino. Es en esta edad cuando resulta efectivo empezar a prevenir líneas de expresión. Por lo cual tener y mantener una rutina de alimentación especializada para la piel se convierte en una necesidad inminente para el cuidado del rostro.

Un instante en la piel dura para toda la vida, dice Salgado. Por eso, en esta edad es cuando debes cuidarte más constantemente, pues la dermis ya no retiene cerca de un litro de agua por día, sus células renovadoras se demoran más en cumplir con su tarea y los nutrientes vitales del rostro poco a poco se van perdiendo, ocasionando la aparición de las primeras arrugas. Para prevenirlo utiliza un tratamiento especial y completo que provea a la dermis los nutrimentos que le hacen falta, respetando el tipo de cutis, momento del día y zona más sensible, así como cuidado para el contorno de los ojos. Su uso constante se encarga no solo de prevenir los primeros signos del envejecimiento, sino también de minimizar líneas de expresión, mejorar la elasticidad de la piel, hidratarla y protegerla de los rayos UVA.

Al llegar a las cuatro décadas

En esta etapa es cada vez más lento el proceso de renovación celular de la piel, los puntos de unión de las fibras naturales que forman su ‘malla de soporte’ se desgastan rápidamente, haciendo que pierda firmeza. Para minimizar esos efectos utiliza un tratamiento que cuente con tecnología tensora para restablecer las uniones vitales de la epidermis. Su uso continuo minimiza las arrugas, brinda más firmeza e hidrata, afirma Juan Carlos Salgado.

A partir de los 50 años

A esta edad la piel necesita nutrirse y renovarse. En esta etapa las líneas de expresión son una realidad, por lo cual mantener la firmeza de la piel es el objetivo principal.

Para la mujer es un momento de cambios. Con la llegada de la menopausia disminuye la actividad hormonal, el proceso de envejecimiento se acelera y la regeneración celular se reduce en casi un cincuenta por ciento.

Además, la pérdida de nutrientes esenciales y el descenso en la producción de fibras de colágeno, así como de elastina, provocan que la epidermis y dermis se debiliten y, consecuentemente, que la piel pierda elasticidad, se reseque y se vuelva más fina. El resultado son arrugas más profundas y evidentes en el rostro.

Sin embargo, lo importante no es alarmarse por los cambios que sufre la piel durante el proceso natural de envejecimiento, sino incorporar y mantener un tratamiento especializado. ‘A los 50 años los tejidos del rostro se relajan, el óvalo facial se va perdiendo lentamente y la tensión facial empieza a ‘caerse’ debido a la degradación de la estructura del soporte de la piel, es decir, las fibras de colágeno y elastina. Por lo tanto, para reafirmar estos tejidos se requiere de la aplicación de productos que alimenten la dermis con los nutrientes necesarios para que no solo cumpla con su función, sino también muestre su belleza y vitalidad.

Por Yeni Leiva

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