Ya sean patatas fritas, hamburguesas o limonada, los alimentos altamente procesados son pobres en nutrientes y engordan. Esto puede tener graves consecuencias sobre todo en la salud de los niños, según advierte la Sociedad Alemana de Medicina Nutricional (DGEM).
Por: DPA
Mientras en los países en desarrollo los niños desnutridos sufren por la falta de nutrientes, en los países industrializados cada vez más menores padecen de sobrepeso. Esto se debe principalmente a una nutrición poco variada con alimentos procesados, según la DGEM. Las consecuencias de todo ello son obesidad, enfermedades cardiovasculares y la diabetes de tipo 2.
Es por ello que los expertos recomiendan que se preste atención a una dieta sana y equilibrada con el mayor número posible de alimentos frescos y sin procesar. Después de todo, incluso con un suministro de energía suficiente, el cuerpo no tiene automáticamente todos los nutrientes necesarios a su disposición.
Por lo tanto, es importante comer alimentos con una alta densidad de nutrientes, en los que los minerales, vitaminas y oligoelementos predominen en relación con el contenido energético. Los expertos insisten sobre todo en que productos como cereales, verduras y frutas son saludables y no deberían faltar en el plato. Los refrescos, los dulces y la comida basura tienen que seguir siendo una excepción, recuerdan.
Seguir una dieta equilibrada es especialmente importante durante la fase de crecimiento. Una deficiencia de nutrientes puede tener un efecto en el sistema inmunológico e inhibir el desarrollo neurológico a largo plazo. Asimismo, también puede tener consecuencias negativas con el paso de los años como pueden ser el retraso en la madurez sexual, en la curación de las heridas, así como la reducción de la densidad ósea y la masa muscular.
dpa
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