Grietas, sequedad, descamaciones, irritación… Nuestros labios están expuestos a estos y otros problemas cuando llega el frío, pero los expertos saben de sobra cómo podemos protegerlos para evitarlo.
“Solemos proteger nuestro cuerpo del frío, pero no nuestros labios”, dice la doctora Melissa Piliang de The Cleveland Clinic.
“La piel de los labios tiene mucho menos grosor que la de otras zonas, por eso los labios no se protegen por sí solos del frío”, explica el doctor Tijon Esho a Harper’s Bazaar.
“No hay que lamerse los labios”, es una de las sorprendentes claves de los expertos.
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Las inclemencias del invierno las sufrimos de múltiples maneras, una de ellas en los labios porque, a pesar de que el uso de las mascarillas haya contribuido a olvidarnos de nuestra sonrisa durante algún tiempo, nuestra boca sigue teniendo mucho que decir sobre cómo quiere que la protejamos del frío.
LABIOS Y FRÍO, MALA PAREJA.
Pero ¿por qué sufren con las bajas temperaturas nuestros labios?, ¿qué hace que se resientan tanto cuando llega la temporada invernal? Así responde el doctor Tijon Esho, laureado especialista en medicina estética, a Harper’s Bazaar.
“A diferencia de la piel facial, los labios tienen solo tres capas de grosor, por lo que están más expuestos, no poseen glándulas sebáceas que les proporcionen humedad adicional”, y añade que “por eso no tienen suficiente para protegerse del frío y los vientos del invierno, ni de los cambios de temperatura y de la humedad en el ambiente”.
Una información que complementa bien el doctor José Maria Ricart en declaraciones a Distrito Moda: “los labios no tienen melanina, ni glándulas sudoríparas, por lo que no poseen una barrera protectora”.
“El resultado”, continúa el director médico del Instituto Médico Ricart en Ruber Internacional, “son grietas y sequedad extrema si no reciben la hidratación adecuada”.
Algo en lo que coincide con el doctor Daniel Glass, dermatólogo y consultor en The Dermatology Clinic: “La queratina que conforma la capa superior de la piel de los labios, pierde su flexibilidad y por eso estos se agrietan y se vuelven escamosos y doloridos”, afirma en declaraciones a The Guardian.
En la misma línea se pronuncia la doctora Melissa Piliang, de Cleveland Clinic, en su sección “Health”, al explicar que “los labios pueden secarse diez veces más rápido que el resto de nuestra piel, por eso es tan importante utilizar protección adicional”.
Esta experta señala además que, “al llegar el frío tomamos medidas para cubrir nuestro cuerpo, pero con demasiada frecuencia lo último que abrigamos es nuestra boca, dejando los labios expuestos a las duras condiciones invernales”.
CÓMO PROTEGER TUS LABIOS.
Y, ahora que sabemos por qué los labios se resienten en invierno, ¿cómo podemos evitarlo? ¿hay alguna forma de protegerlos? La respuesta, según los expertos, está en un producto estrella: el cacao de labios.
“Usarlo constantemente es una de las pocas adicciones que no pasa factura a la salud”, dice a Telva la doctora Elena Ramos, farmacéutica especializada en dermocosmética y directora del centro de belleza The Secret Lab.
De hecho, José María Ricart asegura que “es imprescindible, sin importar la edad, utilizar bálsamos y cosméticos testados dermatológicamente y, por tanto, libres de ingredientes tóxicos”.
Otro especialista, el doctor Sam Buting, dermatólogo, da a The Guardian las claves que debe tener el bálsamo labial que elijamos: “que tenga propiedades emolientes, que alise la superficie de la piel y actúe como un agente oclusivo, reteniendo la humedad”.
Además, este experto aconseja evitar algunos ingredientes: “como alcanfor y mentol, que crean una agradable sensación de hormigueo cuando se aplican, pero que pueden irritar y hacer que los labios, paradójicamente, se sequen con el uso”.
Así, la doctora Piliang aconseja “comprar un par de bálsamos labiales, colocar uno junto a lacama, y llevar uno en el bolso o incluso en la guantera del coche para tenerlo siempre a mano”.
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Tijon Esho va más allá y aporta más consejos: “estar bien hidratado a través de una buena dieta, utilizar un humidificador por la noche, no poner la calefacción demasiado alta, reducir la duración de la ducha y evitar aquellos limpiadores que despojen a la piel de la humedad natural”.
LO QUE NUNCA DEBEMOS HACER.
Y, al igual que hay productos y rutinas que pueden ayudarnos con nuestros labios, también hay conductas que debemos evitar si no queremos contribuir a la sequedad y grietas del invierno.
El primero de ellos: no lamerse los labios. Puede resultar contradictorio, pero expertos como Daniel Glass lo explican: “muchos pacientes que tienen los labios agrietados se los lamen. Hacerlo repetidamente puede eliminar la película superficial aceitosa que protege los labios de la pérdida de humedad, lo que hace que se agrieten”.
Además, este experto señala que “las enzimas digestivas de la saliva también pueden irritar los labios”.
Algo en lo que coincide Melissa Piliang “las enzimas están destinadas a digerir los alimentos… Una vez que te lames los labios, haces que se sequen más rápido”.
Y señala más cosas que hay que evitar hacer: “es preferible no frotarse los labios ni quitarse la piel que se está pelando con los dientes o los dedos”, dice Piliang, ya que “se crean grietas y llagas en los labios”.
En su lugar, el doctor Esho aconseja la exfoliación con productos adecuados y sin excederse: “ayudar a eliminar la piel muerta y descamada puede ser útil para el proceso de formación de nuevas células cutáneas y volver más sencilla la aplicación posterior de bálsamos calmantes o curativos”.
Los expertos recuerdan, además, la importancia de que el cacao de labios cuente con factor de SPF: “los labios son también vulnerables al sol, las pigmentaciones y el cáncer de piel”, dice Esho. Y, también para Harper’s Bazaar, lo secunda el químico Bruce Green: “la exposición al sol también puede provocar líneas profundas y labios delgados”.
Así que ya saben: prevención, cacao de labios, y hábitos saludables son los mejores aliados para cuidar los labios en este y todos los inviernos.