Quizás no te habías dado cuenta de que estabas cuidando tu rostro de la manera incorrecta. Aquí te damos unas señales para hacerlo mejor.
Tu rostro es una carta de presentación. Por eso, es normal que seas una de las varias personas que dedicamos varias horas a la semana para cuidar nuestra piel, por difícil que sea.
El sol, la contaminación, el maquillaje, la edad: todo eso juega para el aspecto y condición de la piel. En internet nos dirán varias cosas que debemos comprar o hacer para cuidar nuestro rostro, pero quizás no sean las más precisas. O creemos que cualquier producto nos hará bien.
¡Y qué difícil es! Porque hay tantas opciones y tantas dificultades que uno enfrenta. Pero no te preocupes. Aquí te damos unas señales de alerta sobre las cosas que podrías estar haciendo mal. Lo mejor es siempre visitar a tu médico de confianza o una especialista para que dé un diagnóstico a tu piel. En este caso, la Dr. Dray, dermatóloga, preparó un video en el que da unos consejos. ¡Para compartir!
1. Cuidado con las barras de jabón
Por años nos han explicado que lavarse con agua y jabón es una de las maneras más prácticas para limpiarnos la piel. Desde las manos hasta el rostro. Sin embargo, no todos los jabones son iguales y no todas las pieles son iguales. La acidez, la nutrición, la humectación… Todo eso cuenta.
Por eso, no es recomendable usar jabones de cuerpo para lavar tu rostro. Algunos de ellos contienen colorantes y químicos que puede perjudicar la piel y afectar los poros. Cuando compres un jabón, toma en cuenta que sea elaborado específicamente para piel.
2. Evita los productos que tengan aceites
Un concepto: comodegénicos. Según el laboratorio La Roche-Posay, esto es “un producto que produce imperfecciones conocidas como puntos negros”. Por eso, es importante que los productos que compres tengan en las especificaciones que sean productos no comedogénicos.
Algunos de estos productos, como las bases, pueden contener aceites y estos afectan la humectación de la piel. En algunos casos, tu cuerpo puede compensar químicamente y, entonces, tapar los poros.
3. Presta atención a los limpiadores
Una de las opciones para limpiar tu cara es usar limpiadores solubles en agua. Ya que no todos los jabones son los adecuados, puedes usar limpiadores en ese estilo -y ya sabes, lejos del aceite y también del alcohol- para evitar imperfecciones o afectar la naturaleza de tu piel. Una de las ventajas de los limpiadores es que no resecan la piel.
4. Nunca te vayas a dormir sin quitarte el maquillaje
Esta puede ser obvia, pero es imposible negar que a veces por cansancio o por tiempo se te puede pasar limpiar la cara después de una salida. Siempre tomate el tiempo para hacerlo, pues el maquillaje hace que se retengan algunas sustancias y también afectar tus poros.
Recuerda usar productos de limpieza que no contengan aceites; en otras palabras, comodegénicas.
5. No restriegues tus poros
Una de las tentaciones para limpiar tu piel es restregarla con exfoliantes fuertes, como un intento por quitar de una vez por todas esas imperfecciones. Sin embargo, el pasar un producto con dureza en tu cara puede afectar a la piel escamosa y hacer que se penetre en los poros, lo que afecta la apariencia.
La suavidad también es aliada. Aprovecha la limpieza para concentirte y hacer la limpieza con cuidado y dedicación.