¿Amas o dependes de tu pareja? En ningún momento debes confundir estos términos. Quien depende del otro se olvida tanto de sí mismo que deja a un lado sus ideales e intereses. El miedo al abandono y la baja autoestima son algunos de los causantes que dan paso a estas relaciones adictivas y enfermizas.
Estas cinco señales te ayudarán a definir el panorama y evaluar tu relación:
Contigo o nada
Todo el tiempo quieres ir acompañada de tu pareja, ya ni recuerdas cuándo fue la última vez que saliste sola, es más, hasta sentirías extraño hacerlo. Esta pérdida de identidad puede traerte serios problemas y tu pareja puede llegar a sentirse asfixiada.
Piensas lo peor si no te contesta el teléfono
Lo llamas una y otra vez y como no te responde, piensas: “no me quiere contestar”, “está con otra mujer”, “¡seguro está molesto!… “. Llegas a sentir tanta ansiedad y frustración que buscas localizarlo a toda costa.
Adiós a los amigos
La relación se ha vuelto tan absorbente que tus amigos pasaron a un segundo plano. Dejas de salir con ellos por no soltar a tu pareja. Esto al final hace que en un abrir y cerrar de ojos, tu círculo social se cierre.
Te mueres sin él
Dejar que tu relación sea el centro de todo tu mundo hace que ya no te veas fuera de ella. Solo con el hecho de pensar qué pasaría si terminaran, te vuelves loca.
Aguantas lo que sea
Ser demasiado permisiva o perdonarle todo te hace una presa fácil de engaño o infidelidad. Fingir demencia o culparte por todo lo malo que sucede en la relación, te hace una persona codependiente.
Si este es tu caso, debes reconocerlo y buscar ayuda de inmediato, de lo contrario, ambos saldrán lastimados.
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