Todas tenemos claro que hacer ejercicio nos dará grandes beneficios como mejorar la resistencia física, aumentar el tono y fuerza muscular, incrementar la flexibilidad y mantener el peso corporal.
Pero aunque la idea de vernos y sentirnos mejor nos motiva, hay días en los que algunos factores como el clima, cansancio o hambre confabulan para hacernos desistir. Empezamos a justificar nuestra falta de motivación con un “porque faltar un día no hace daño”, pero luego dejamos de ir dos días, tres o llegamos al punto en el que nos arrepentimos de habernos inscrito porque prácticamente tiramos nuestro dinero a la basura al dejar de asistir por completo durante un buen tiempo.
Si no quieres que esto te suceda, aquí te compartimos algunos tips para que sigas con la vista fija en tu objetivo:
1. Elige ropa que te guste para ejercitarte
Puede que parezca una idea superficial o sin potencial para impactar positivamente, pero la verdad es que no es un secreto que la forma en que nos vemos influye en nuestro estado de ánimo. Si te vistes con prendas que te gustan, tu cerebro puede hacer asociaciones positivas y generar así una mejor predisposicón para que vayas al gimnasio con más ganas.
2. Escucha música
La música puede tener un efecto increíble en tu estado de ánimo, por eso si no te sientes tan animada en lo que preparas todo para salir de tu casa mientras consideras si vas o no, subile el volumen a esas canciones que hacen que te den ganas de bailar. Tomará poco tiempo para que la balanza se incline para que sí vayas a ejercitarte.
3. Establece un horario
Hay personas que prefieren ir en la mañana al gimnasio porque sienten que se cargan de la energía necesaria para empezar su día, mientras que otras prefieren ir por la noche para terminar agotadas y descansar bien. Después de identificar cuál es la mejor opción para ti apegate a ese horario. Será más fácil que consigás generarte el hábito de ir al gimnasio si le dedicas un tiempo específico todos los días en lugar de variar cada día.
4. Creá un sistema de recompensas
Para motivarte puedes buscar recompensas que creen refuerzos positivos en ti. Por ejemplo, si vas todos los días al gimnasio como te lo propusiste, al final de la semana puedes premiarte con un momento para ti, en el que te consintás con un baño largo, pintarte las uñas o una mini-matarón de tu serie favorita.
5. Busca alianzas
Si te pones de acuerdo con alguien más para asistir al gimnasio puede que el compromiso haga que no desistas cuando no te sientes con ánimo de ir. Además, piensa que ya estando allí podrías pasar un rato agradable.
6. Ponle atención a los resultados
Conforme pase el tiempo empezarás a ver los avances que has logrado al mezclar el ejercicio con una buena alimentación y esto será una especie de propulsor para que quieras continuar tu proceso.
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