Claves para cuidar tu intimidad

La zona íntima es un área muy sensible del cuerpo femenino, su anatomía y características peculiares la hacen vulnerable a contraer infecciones, en especial en temporadas de calor. Refresca tus conocimientos con relación a su cuidado, higiene y protección.

El órgano de la intimidad femenina conocido como vagina o vulva, es un ducto que yace entre la vejiga urinaria y el recto, tiene paredes finas de unos ocho a diez centímetros de longitud, y en la zona externa cuenta con labios menores y mayores que están muy unidos para evitar que las bacterias viajen hacia el útero.

Tiene su propia humedad, la cual se refiere al flujo que le aporta lubricación. Según explica la médica ginecóloga Sara Ortiz, esa segregación vaginal debe ser transparente o blanca y sin olor. Sin embargo, al notar cambios, incluso hasta en su cantidad, es necesario consultarlo con el ginecólogo para así descartar una posible infección.

Atiende su higiene

Es importante mantener limpia y fresca la zona genital, para ello basta un lavado con jabón neutro con ácido láctico que ayuda a balancear el pH del área genital. El objetivo es evitar malos olores y escozores producidos por el sudor, según indica el ginecólogo Carlos Soto.

El aseo femenino debe ser diario y externo. Las duchas vaginales o lavados internos no son recomendables porque alteran el pH de la zona, dando lugar a la reproducción agresiva de levaduras causantes de hongos y otras infecciones. Lo más conveniente es la higiene tradicional, así como secar los residuos de orina con papel higiénico sin color ni olor y, en caso de abundante flujo usar un apósito protector cada tres horas.

Durante el período menstrual es aconsejable cambiar la toalla sanitaria o el tampón cada tres o cuatro horas. De lo contrario el exceso de humedad, el calor y el sudor favorecen la reproducción de microorganismos que afectan el balance natural del canal vaginal.

También es importante atender el vello púbico, ya sea con una depilación, o con un pequeño recorte que disminuya su volumen. Si bien es cierto que esta vellosidad tiene como principal finalidad la protección del área, su exceso promueve el sudor y eso propaga las bacterias.

Consiéntela con tus prendas

A diario cubres tu zona genital con ropa interior, no obstante, es fundamental que sea cómoda, fresca y libre de materiales sintéticos, capaces de provocarte irritación, o simplemente que promuevan el exceso de sudor. Evita vestimentas apretadas, porque el roce de la piel con los tejidos de las prendas alteran la acidez en la zona.

Es indispensable que luego de practicar natación o pasar unos momentos en el agua de las piscinas, cambies de inmediato tu calzoneta. Está comprobado que dejarse la ropa húmeda incrementa el riesgo de contraer una infección bacteriana.

El médico ginecólogo Edwin Linares, recomienda hacerse baños con agua tibia y unas gotas de vinagre, eso ayuda a nivelar el pH de la zona. Además, sugiere utilizar jabones sin detergentes, de preferencia los de pH ácido porque favorecen la flora bacteriana del área.

Es preciso tomar suficientes medidas de seguridad para prevenir el contagio de infecciones de transmisión sexual. Por ello, se recomienda mantener una intimidad saludable con una sola pareja, utilizar métodos anticonceptivos de barrera, así como mantener hábitos higiénicos pre y post encuentro íntimo. Si se utiliza algún lubricante para el área, es indispensable elegir uno a base de agua, de lo contrario se altera el pH vaginal. Con suficiente atención y la práctica de los cuidados especiales podrás garantizar el bienestar de tu zona íntima.

Fuentes: Sara Ortiz Herrera, médica ginecóloga y obstetra de la Clínica médica femenina, teléfono 2363-4328. Edwin Linares, médico ginecólogo y obstetra, teléfono 2230-0544. Alesandra Rampola, Sexo…¡¿y ahora qué hago?! http://aplus.com Carlos Soto, ginecólogo de Lactacyd. Sanofi.