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Por qué las mujeres amamos tanto los carbohidratos

Te pasa que comes un pedazo de pastel y sientes una sensación de bienestar, parecida a la de un abrazo, aquí te contamos por qué amamos tanto los carbohidratos.

Existen tres tipos de carbohidratos:

1.- Carbohidratos complejos

Nos proporcionan vitaminas, minerales y fibras. Los encontramos en el arroz, los cereales,  en harinas vegetales, pastas y legumbres.

2.- Carbohidratos simples

Son fuente de vitaminas y minerales. Se encuentran en las frutas, verduras y lácteos.

3.- Carbohidratos simples refinados

No contienen vitaminas, ni minerales, ni fibra, solo son fuentes de calorías. Se hallan en la azúcar refinada de mesa, en los dulces, bebidas carbonatadas y harinas refinadas.

Cuando se ingieren carbohidratos, sobre todo los simples refinados,  se estimula la secreción de insulina, la cual aumenta los niveles del aminoácido triptófano.  Ese elemento se convierte en el neurotransmisor serotonina, conocida también como la hormona del placer o la hormona del humor porque encamina hacia los estados de bienestar anímico, mental y orgánico, y nos predispone a buscar emociones románticas, explica Margarito Castro, máster en psicología.

 

Las endorfinas dan felicidad y bienestar, calman, mejoran el humor y disminuyen el dolor, es una ayuda para el trastorno disfórico premenstrual, entre otros.

Estas son las 5 razones por las que las mujeres amamos los carbohidratos, sobre todo los carbohidratos simples refinados:

1.- Tienen influencia en varios neurotransmisores al consumirlos.

2.- Aumentan los niveles de serotonina, lo que nos brinda placer y mejora nuestro humor.

3.- La serotonina logra bienestar anímico, tanto mental como orgánico y nos predispone a buscar emociones románticas.

4.- La dopamina nos origina un manantial de placer en el cerebro y nos mueve a buscar actividades agradables – como bailar, comer, procurar el sexo, entre otras actividades.

5.- Las endorfinas nos dan felicidad, bienestar, calma, mejoran el humor, disminuyen el dolor en distintas áreas y ayudan en el trastorno disfórico premenstrual.


Fuente: Margarito Castro, ginecólogo y máster en psicología, castrogine@yahoo.es

 

 

 

 

 

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