Para muchas mujeres es una pesadilla su evaluación ginecológica anual, la cual es de suma importancia. No dejes que los temores interfieran en tu salud.
Cuando se le menciona la palabra Papanicolau (PAP) a una mujer, es muy probable que tenga un sentimiento de rechazo. Margarito Castro Rodríguez, de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Guatemala, señala que existen muchos mitos sobre la consulta ginecológica.
Este rechazo es alarmante, ya que según Salvador López, de la Liga Nacional Contra el Cáncer, uno de los dos tipos de cáncer que más amenaza a la mujer guatemalteca es el de cuello del útero, el cual se detecta a través de dicha prueba.
Según los registros del Instituto de Cancerología de Guatemala, en febrero de 2009 el 33.5 por ciento de los casos de cáncer diagnosticados en mujeres fueron de cerviz, seguidos por un 16.8 por ciento de mama.
López refiere que en Guatemala hay poca oferta de PAP, la pobreza generalizada limita el acceso a estos exámenes y existe una política pública deficiente al respecto. Además de estos obstáculos existen otras barreras que le impiden a la mujer procurarse una buena salud ginecológica. Estas son de carácter psicológico y de información.
Para bajar dramáticamente la incidencia de este tipo de cáncer, hace falta que más mujeres se hagan el PAP anualmente.
¿En qué consiste?
Según el Manual Merck de información médica para el hogar, a la hora de elegir a un ginecólogo debe pensarse en un profesional que inspire confianza para hablarle de temas muy personales, como la sexualidad, el control de la natalidad y el embarazo. Además, de esta manera la paciente se sentirá relajada a la hora de la evaluación.
La exploración ginecológica, según el mismo manual, incluye el examen pélvico. Es importante que el ginecólogo le explique claramente a la paciente cada procedimiento.
En teoría, todo este procedimiento no debería causar dolor, solamente algunas molestias. Muchas veces es la misma tensión nerviosa lo que hace que las sensaciones se magnifiquen.
La muestra obtenida se pone sobre un portaobjetos (pequeña lámina de vidrio) que es rociado con una sustancia fijadora, para luego enviarlo al laboratorio. Se examinará en el microscopio en busca de signos de cáncer cervical.
Procedimiento fundamental
López señala que la prueba del PAP es importante para toda mujer que tenga o haya tenido vida sexual activa, o es mayor de 18 años. Es el mejor método para detectar cáncer cervical, pues identifica entre un 80 y 85 por ciento de casos, incluso en sus primeras fases. También puede ser útil para detectar infecciones e inflamación.
Si se encuentran lesiones precancerosas se deberán confirmar por medio de otros estudios. Los siguientes exámenes pueden incluir colposcopía (examen por medio de un lente de aumento), biopsia (análisis de menos de 6 mm de tejido anormal), legrado endocervical (raspado de tejido para examen patológico), entre otros.
López recomienda el PAP anualmente porque la evolución o desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento, puede tomar años para que los cambios previos se conviertan en cáncer. Es por eso que la revisión periódica es importante dentro de un programa de prevención.
Castro señala que muchas mujeres que han tenido malas experiencias, dolorosas y con un trato descortés, se inhiben de regresar al consultorio. Según la experiencia de López, muchas de ellas han fallecido a causa de esta enfermedad porque no se examinaban por muchos años. Cuando al fin consultan con un médico, seguramente por que ya tienen muchas molestias, suele ser muy tarde.
Según el doctor Luis Lombardi, cada año mueren 231 mil mujeres en todo el mundo por cáncer cervicouterino; 80 por ciento de ellas provienen de países en vías de desarrollo, como Guatemala. La región de Centroamérica está tan sólo por debajo de África del Este en cuanto a las cifras de mortalidad por ésta misma causa a nivel mundial. Latinoamérica es un área geográfica que muestra las tasas de incidencia de las más altas en el mundo.
¿A qué le temen?
Según lo observado por López, debido a las características de pobreza de nuestro país, un alto porcentaje de mujeres ni siquiera tiene información acerca de lo que es un examen de Papanicolau. Otras mujeres, que sí tienen información, no se lo hacen por barreras psicológicas como el miedo.
Castro ha escuchado decir: ‘¿para qué me lo voy a hacer si no tengo molestias?’. Esto denota falta de educación pues creen que es solo para mujeres enfermas. La prevención no está arraigada en nuestra cultura, lo cual puede costar muchas vidas.
Algunas mujeres sienten vergüenza de ir al ginecólogo si son solteras y sexualmente activas. Otras creen que es peligroso realizar el PAP durante la gestación, también el miedo podría deberse al hecho de relacionar la prueba con el cáncer, lo cual se agrava cuando han tenido historias cercanas de muerte por esta causa.
No hay que olvidar a las mujeres que tienen problemas más serios, como antecedentes de abuso sexual, violación o alguna disfunción sexual como vaginismo. Castro señala que el temor, sea cual fuere su origen, puede vencerse poco a poco con la ayuda de un profesional que haga sentir cómoda a la paciente. Los beneficios del PAP son una buena motivación para relajarse y hacerse esta prueba puede salvar la vida.
Por Jessica Masaya
Fuentes: Margarito Castro Rodríguez, ginecólogo y obstetra, vicepresidente de la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Guatemala. Salvador López, Liga Nacional Contra el Cáncer. Libro Manual Merck de información médica para el hogar, Merk Sharp & Dohme, Editorial Océano. Sitios web www.urucan.org.uy y www.ginecologosdeguatemala.com
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