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Rendimiento en el trabajo: ¿hay que dar siempre el 100%?

Muchos trabajadores corren una carrera de resistencia. Dan todo el tiempo lo mejor de sí trabajando siempre al límite de su propio rendimiento.

Por Elena Zelle (dpa)

 La pregunta que cabe hacerse es: ¿debe ser esto así? ¿O también es posible, cada tanto, bajar un cambio?

Desde el punto de vista legal, el trabajo del empleado no tiene que ser objetivamente bueno, pero el empleado sí debe, subjetivamente, hacer lo mejor posible.

Sin embargo, si el empleador considera que el empleado no se esfuerza lo suficiente, puede despedirlo, aunque el mal desempeño suele ser bastante difícil de medir y demostrar de forma objetiva.

Un mal desempeño no significa tener un mal día o una mala semana en la que se rinde menos. Muchas veces, estos problemas se solucionan con más apoyo en la labor.

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Para el coach alemán y autor de libros sobre el tema Jochen Mai, es importante que los jefes le reconozcan el rendimiento a sus empleados en el sueldo, de modo de que ser productivo tenga recompensa.

“Para muchos jefes sigue siendo importante ver al empleado ocupado y presente, ya que consideran estas cosas indicadores de productividad”, señala.

Es decir: si se termina el trabajo en menos tiempo que el estipulado, es conveniente hacerse el ocupado. De lo contrario, según Mai, lo más probable es que le encomienden a uno otra tarea, por lo que el rendimiento será castigado más que reconocido.

Redefinir los horarios de trabajo

Mai, fundador de la plataforma alemana “Karrierebibel” (Biblia de la carrera) cree que lo mejor es fijar objetivos con un plazo realista en vez de prescribir horario de trabajo fijos. “Y quien termina un trabajo después de seis en vez de después de ocho horas, se puede dedicar al ocio y listo”, explica.

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Si el empleado quiere ir compensando por su propia cuenta, sin fijar reglas sobre el tiempo de trabajo en el contrato, puede surgir un problema, según advierte la abogada alemana Nathalie Oberthür.

En su opinión, el empleado que trabaja menos horas de las que estipula el contrato puede ser despedido, por más que haya hecho horas extra en otro momento para compensar los días en que se fue antes.

Aprovechar los días más relajados para las tareas más difíciles

El rendimiento también puede depender del tipo de trabajo en vez del tiempo de trabajo. “Uno se puede permitir también días más tranquilos”, dice la psicóloga y coach alemana Kristine Qualen. Afirma que hay días en los que, simplemente, no es posible abordar tareas más complejas.

En esos días, se puede invertir el esfuerzo en hacer tareas más rutinarias o simples, como archivar, limpiar datos, resolver pequeñas tareas. “Todas esas cosas que deben hacerse en algún momento son ideales para estas fases”, asegura.

“Ya sea que se cumple con una tarea enorme o muchas chicas, las dos cosas se traducen en rendimiento”, explica.

Encontrar un nivel de rendimiento en el equipo

Jochen Mai recomienda que quien observa que sus colegas son más rápidos que él debería mantener algunas conversaciones. Se puede preguntar por ejemplo en el equipo qué hacen distinto los demás. A veces se trata de un problema de organización.

“Por ejemplo, cuando no se domina bien el equipamiento técnico con el que se trabaja”, dice el experto. En su opinión, vale la pena invertir en uno mismo. “Esto ayuda a hacer mejor el trabajo y también aumenta el propio valor en el mercado”, añade.

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También se puede dar el caso a la inversa: el propio rendimiento es mayor y se termina con el trabajo antes que los colegas. En esos casos, se puede optar por ayudar a los demás, pero sin permitir ser usado. “Para algunas personas es importante aprender a decir que no”, explica. 

Hacer visible el esfuerzo

Qualen señala otro problema en relación con el rendimiento y la presión y diferencia entre la imagen propia y la ajena. “Quien hace algo que implica una fuerte autosuperación se esfuerza mucho”, explica Qualen. “Pero eso no va de la mano de un buen resultado medible o de que los demás vean y valoren el esfuerzo”, indicó.

Esto puede ser, por supuesto, una gran desilusión. Por eso recomienda en estos casos intentar asumir tareas que son más fáciles para uno o tratar de encontrar la forma de rendir más.

dpa

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