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“Silent work”, un método para concentrarse más y superar aislamiento

Cuando en el enorme espacio de la oficina todos trabajan con alto grado de concentración, es improbable que uno aterrice en un video de YouTube.

Por Amelie Breitenhuber (dpa)

Y justamente este efecto es el que echan en falta algunos que solamente pueden cumplir sus labores en sus casas debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, esto puede ser corregido. Teresa Hertwig, asesora para trabajo móvil, recomienda con este fin un método al que denomina “silent work”.

Una medida sencilla, equipos reducidos

Su principio es verdaderamente sencillo: los miembros del equipo se conectan en una videoconferencia. Al principio se conversa y luego cada uno continúa trabajando con el foco puesto en sus tareas. La cámara queda prendida y los micrófonos, silenciados.

“De esta manera se logra por dos o tres horas una ‘oficina virtual'”, explica Hertwig, quien escribió un libro sobre el tema del trabajo remoto.

Quien tenga una pregunta, simplemente la arroja al espacio digital. Y quien deba enojarse brevemente por algo, también puede descargar directamente su ira.

Hertwig recomienda implementar el “silent work” una o dos veces por semana por un periodo de tiempo determinado. “Por un lado, eso es como una medida de formación de un miniequipo, porque a diferencia de las reuniones también pueden surgir conversaciones informales”, indica.

Esto resulta sin dudas una buena posibilidad para combatir en cierta medida el aislamiento cuando alguien no aguanta el encierro.

“Técnica pomodoro” o cómo aumentar la productividad

Por otro lado, con ayuda de este método también puede elevarse la productividad en la medida que los equipos aplican adicionalmente la “Técnica Pomodoro”. Se trata de un conocido método de manejo del tiempo, creado por el empresario y asesor Francesco Cirillo.

En principio se trata de repartir el trabajo en periodos de tiempo de 25 minutos, durante los cuales uno se dedica a una tarea, y luego se toma una pausa. Su nombre -pomodoro significa tomate en italiano- se debe a un reloj de cocina en forma de tomate. 

Hertwig propone dos “sprints Pomodoro” de 50 minutos cada uno para una sesión “silent work” de dos horas y, entremedio, los miembros del equipo realizan conjuntamente una pausa de 10 minutos de duración.

“Cada participante reflexiona sobre qué quiere lograr y lo coloca en el documento. Durante la pausa se pueden intercambiar opiniones sobre lo que se ha logrado”, señala.

Hertwig dice que lo importante es no entender esto como un mecanismo de control por ejemplo para los directivos. “Más bien les enseña a los empleados a evaluar y gestionar mejor su tiempo”, afirma.

Una posibiliad práctica de intercambio para grupos de trabajo

Según Teresa Hertwig, los participantes en una sesión de “silent work” puede diferir mucho de un equipo a otro. Por ejemplo, indica, es factible pensar que intervengan los directivos y la totalidad del equipo, pero también grupos más reducidos.

Esto puede ser el caso en proyectos que involucran a más de un sector, en los que pequeños grupos de trabajo pueden ir intercambiando información sobre los pasos que van dando. “Y esto sin ese carácter oficial de ‘meeting'”, destaca.

La experta en home office subraya que la participación debe ser voluntaria. “En caso que los empleados no quieran participar de ninguna manera, no deberían ser obligados. Estos formatos deben vincular y no poner bajo presión. Porque también hay muchas personas a las que les gusta el aislamiento del teletrabajo”, añade Hertwig.

dpa 


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