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A padres e hijos les viene bien desconectar de Internet

Internet ofrece a niños y jóvenes posibilidades casi ilimitadas. Cuando se meten en las redes sociales o en un videojuego, las horas pasan volando.

Durante la pandemia del coronavirus, el uso de Internet se ha disparado: Según un estudio, los niños de 10 a 17 años pasan ahora un 75 por ciento más de tiempo jugando con videojuegos.   

Iren Schulz, coach especializada en el uso de los medios online y miembro de una plataforma alemana que alerta sobre el uso que hacen los menores de Internet, considera que la fase de confinamiento por el coronavirus fue un momento extraordinario en el que se vivieron situaciones fuera de lo normal.

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No obstante, Schulz aconseja a las familias que impongan reglas en lo que se refiere al uso de Internet, las redes sociales y los videojuegos. 

¿Qué piensa de los recientes estudios sobre estos temas realizados en Alemania por la compañía de seguros de salud DAK-Gesundheit y el Centro Alemán de Problemas de Adicción de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Universitario de Hamburgo-Eppendorf (UKE)?  

Schulz: Me resulta muy difícil comparar la situación en septiembre de 2019 con la de abril de este año. Porque sencillamente no se ha dado una situación normal con la pandemia del coronavirus, en la que familias enteras estaban casi exclusivamente sólo en casa, los padres tenían que trabajar y los niños tenían que seguir online las tareas de la escuela. Se trata de una situación que va más allá de nuestra vida cotidiana e implica mucha incertidumbre y confusión. 

Sin duda alguna esto también se ha reflejado en el uso que se hace de Internet, por ejemplo, cuando los padres tenían que trabajar, decían al hijo: “Ahora puedes mirar tu teléfono móvil”. Pero eso no significa que solo dedicaron ese tiempo a jugar online. Los niños también tenían que hacer muchas tareas para la escuela conectados a la red. 

Para que no sea sólo jugar: ¿Cómo se puede llegar a una buena solución de compromiso sobre el uso que se hace de la red?   

Schulz: En general, cuando a los niños se les ha inculcado reglas claras de pequeños, en la adolescencia también las respetan. Toda la familia debería cumplir esas normas, como por ejemplo cenar juntos o hacer actividades juntos sin el móvil de por medio y pasar tiempo en familia el fin de semana en vez de estar conectados a cualquier cosa en Internet. Los niños se dan cuenta muy bien cuando los son los propios padres los que no siguen las reglas. 

Una buena forma de conseguirlo es establecer un contrato de uso de Internet, que se puede encontrar fácilmente navegando en la red. El contrato se puede imprimir y colgar en la nevera, lo que puede ayudar a evitar las recurrentes discusiones diarias al respecto.  

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¿Cuáles son los principales puntos de ese acuerdo?  

Schulz: Por un lado, hay reglas de tiempo para la actividad online. Tenemos los siguientes puntos de referencia: hasta los cinco años, media hora de pantalla al día, hasta los nueve años, una hora. A partir de nueve años ya se puede ser más flexible. Se pueden calcular unos diez minutos más al día por año o una hora más por año a la semana.  

Por supuesto, durante las vacaciones o cuando hace mal tiempo, no hay que sentirse culpable por pasar más tiempo delante de las pantallas.

Cuando se trata de una clasificación por edades de los videojuegos, los progenitores se pueden orientar en las clasificaciones oficiales.

Otros aspectos importantes en este tipo de acuerdos familiares son las compras de las aplicaciones, la protección de datos, la privacidad y el riesgo que se corre con los contactos.  

Por lo tanto, es importante también que los padres acompañen a los niños de diez a doce años a la hora de hacer los perfiles lo más seguros y restringidos posible. Después de todo, todas las redes sociales están disponibles a menores solo a partir de los 13 años, a veces incluso a partir de los 16.  

¿Qué peligro conlleva un elevado consumo de Internet y cuáles son los aspectos positivos del uso que se hace de este medio?  

Schulz: Cuando se registra un elevado consumo de Internet eso indica que en la vida real existe un desequilibrio en el entorno social. Esta situación suele darse como vía de escape a la falta de reconocimiento e inclusión social. Creo que el mayor riesgo, también de cara al futuro, reside en la cuestión de la protección de datos y la privacidad, sobre todo en el caso de los niños y adolescentes.   

En el lado positivo, Internet ofrece grandes oportunidades de aprendizaje e información. Se puede conectar bien con otros, algo que se ve en esta cuarentena por la epidemia. Hay aplicaciones que son creativas, fomentan el movimiento e involucran a toda la familia. Hay tantos aspectos positivos como desafíos.  

¿Qué alternativas pueden ofrecer los padres al uso de Internet, los videojuegos y las redes sociales? 

Schulz: En realidad, cuando los padres hacen una sugerencia que no tiene que ver con el mundo digital, los niños la encuentran genial. Es relativamente fácil alejar a los niños de las pantallas.  

A los niños les gusta hacer actividades reales. Tan solo el hecho de decidir juntos que excursiones se pueden hacer es ya una actividad que gusta.

Tanto a los padres como a los hijos les sienta bien desconectarse por un tiempo de las redes y no tener nada que ver con Internet. Los estudios muestran que niños y adolescentes siguen queriendo tener la atención plena de sus padres.    

dpa 

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