Hidratarnos es vital para sobrevivir, ya que el agua es el mayor componente de nuestras células y conforma un 60 por ciento de nuestro organismo. Entre sus principales funciones se encuentra proteger y lubricar al cerebro y a las articulaciones.
Ana Karenina Ruiz, nutricionista, explica que el agua se encarga de transportar los nutrientes a todos los órganos del cuerpo y también de retirar las sustancias de desecho. Algunos estudios señalan que podemos sobrevivir bebiendo solo agua hasta por un mes, pero sin ella algunos días.
Esto es totalmente comprensible cuando tenemos en cuenta que el componente principal de muchos órganos del cuerpo del ser humano es el agua. Por ejemplo, en el cerebro y los músculos es del 70 al 75 por ciento, en la sangre y los riñones comprende el 81 por ciento, del hígado un 70, los huesos un 22 y el tejido adiposo un 20 por ciento. De allí la necesidad que tenemos de ella para sobrevivir y funcionar correctamente.
En ese sentido, Annie López, nutricionista, indica que una hidratación adecuada es importante para cumplir ciertas funciones, por ejemplo cómo regular la temperatura corporal, transportar oxígeno y nutrientes esenciales a las células, convertir alimentos en energía y formar músculos y tejidos. Además, en el caso del ejercicio es indispensable para tener un adecuado desempeño.
¿Mal hidratada?
Muchas personas esperan hasta tener sed para beber agua, pero ignoran que uno de los primeros signos de la deshidratación es sentirse sediento. En otras palabras, en el momento que deseamos beberla nuestro cuerpo indica que las reservas de este líquido vital están por terminarse, explica Ruiz.
Una hidratación deficiente afecta nuestro rendimiento físico e intelectual, pues se acelera el agotamiento de las reservas de energía. Hay resequedad en la piel y ojos. Otros síntomas frecuentes son dolor de cabeza, congestión crónica y algunos problemas arteriales.
Otras manifestaciones visibles en personas deshidratadas son el aumento de la temperatura del cuerpo, fatiga, falta o dificultad de concentración, orina concentrada, boca seca y mareos, agrega López.
Más sol, más agua
En condiciones normales y en clima templado el cuerpo pierde un aproximado de 2.5 litros de agua cada día. La cantidad es mayor cuando la temperatura se eleva. Por ello también debe aumentar la cantidad consumida y de alimentos que contribuyan a una mejor hidratación, señala Ruiz. Al respecto debemos considerar que hay algunos productos alimenticios que para su digestión y absorción requieren más del vital líquido, como sucede con las proteínas, principalmente las contenidas en la carne roja.
La fórmula es sencilla, es decir, si en época de más calor perdemos más líquidos a través del sudor es lógico que debamos incrementar el consumo de líquidos para prevenir la deshidratación, añade López.
Sana y activa
Estar bien hidratadas protege la salud de uno de los órganos más importantes de nuestro organismo: el cerebro. Por ello no es casualidad que cuando el cuerpo se deshidrata busca saciar primero la necesidad de este órgano. En general, una hidratación correcta permite tener un corazón sano, presión arterial estable, piel elástica y suave; hay mejor digestión y absorción de los alimentos y se lubrican las articulaciones y músculos, condición que disminuye el riesgo de sufrir lesiones, explica Ruiz.
A criterio de López, entre los beneficios de una buena hidratación y una alimentación adecuada, se encuentran niveles óptimos de energía, mayor disposición a las actividades físicas, disminuye el riesgo de presentar cálculos en los riñones, se eliminan más fácilmente toxinas y sustancias de desecho del organismo.
¿Cómo beber más agua?
Ruiz señala que es frecuente escuchar a alguien decir ‘no me gusta beber agua pura’, para quienes tienen esta dificultad una alternativa es tomar jugos de frutas naturales, preferiblemente sin azúcar, o bebidas naturales como rosa de Jamaica, tamarindo o té frío.
Debemos considerar que el café, las bebidas carbonatadas y las alcohólicas suelen tener algunos efectos diuréticos, por eso deben evitarse al máximo.
Otras formas sencillas de formar el hábito de beber agua pura es tener a la mano un envase lleno y dar sorbos constantemente, indica López. Para formar la costumbre vale más la perseverancia que tratar de tomarnos de una sola vez los dos litros, porque hay más posibilidad de darnos por vencidos. Además, para cambiarle un poco el sabor al líquido podemos agregarle algunas gotas de jugo de limón o naranja y beberla a distintas temperaturas hasta encontrar la que más nos guste.
[En condiciones normales y en clima templado el cuerpo pierde un aproximado de 2.5 litros de agua cada día. La cantidad es mayor cuando la temperatura se eleva.]
¿Cuál es nuestra edad en onzas?
López explica que no existe una recomendación específica en relación a la cantidad de agua que debemos tomar, aunque en promedio se recomiendan dos litros al día para los adultos. Esto puede variar, según el nivel de actividad física o condiciones especiales.
Fuentes: Ana Carolina López Yepes, nutricionista. Ana Karenina Ruiz, nutricionista. Larousse de la Dietética y la Nutrición, Editorial Larousse.