Alto a la violencia contra la mujer

Todos los 8 de marzo son días para recordar la lucha de las mujeres y la constante búsqueda de la equidad de género.

A finales del siglo XIX y a principios del XX, las mujeres reclamaban por sus derechos en especial el derecho al voto, a la igualdad entre sexos y mejores condiciones de trabajo.

Colectivos de mujeres han denunciado desde el inicio de la cuarentena el aumento de casos de violencia y feminicidios en todo el mundo.

De acuerdo a la ONU durante la pandemia se incrementaron las cifras de violencia contra la mujer debido a que muchas de las víctimas debieron confinar dentro de sus hogares.

Según la psicóloga Adalyd Belloso, cuando se habla de violencia se piensa que son gritos o golpes y hasta lo más grave como una violación o la muerte, pero puede iniciar incluso con actitudes aparentemente sutiles e inofensivas como “ese amigo o amiga no me agrada y no quiero que le hables”.

“En una relación donde hay confianza, si mi pareja me muestra algo en su teléfono o me cuenta con quién va a salir lo hará porque lo está compartiendo no porque “debe” decirme lo que va a hacer o pedirme permiso”, comenta la experta.

Miedo a denunciar

Según la psicóloga Adalyd, cuando es necesario hacer una denuncia el agresor ya se ha encargado de destruir la confianza y seguridad a través de mecanismos como la agresión física, verbal y la psicológica.

“La agresión psicológica tiene mucho poder, porque en ella vienen insultos, desvalorización, hacerle creer a la persona que está sola y por ende nadie le va a creer. Además, que muy seguramente la víctima de violencia esté amenazada de muerte o con hacerle daño a los hijos o algún ser querido”, indica Adalyd Belloso.

La violencia tiene grados y poco a poco va aumentando con actitudes sutiles y hasta inofensivas en apariencia hasta la muerte.

Según la experta, la violencia inicia con bromas hirientes, chantajes, mentiras, ignorar, celar, culpar, descalificar, ridiculizar u ofender, humillar en público, intimidar o amenazar, controlar actividades, dinero y redes sociales, prohibir amistades y familiares, destruir artículos personales, manosear, caricias agresivas, golpear jugando, pellizcar o arañar, empujar o jalonear, cachetear, encerrar o aislar, forzar a una relación sexual, mutilar y asesinar.

“Sumado a esto existe un círculo de violencia que inicia con la luna de miel, esta es una fase de enamoramiento; luego viene la tensión, un problema como una discusión por algo para llegar a la agresión verbal o física y luego vuelve al enamoramiento, pedir perdón y jurar que no lo volverá a hacer”, comenta la psicóloga.

Adalyd indica que la violencia no distingue edad, sexo, raza, condición social, nivel socio económico, preparación académica, nada.

Cualquier persona puede estar viviendo una relación violenta. Hay indicadores muy claros de que una persona puede estar pasando por una situación así:

• De pronto no expresa sus necesidades y cede a lo que su pareja quiere; cuando la observas junto a su pareja muestra cambios drásticos en su personalidad cuando está frente a él o ella.
• No toma decisiones sin el consentimiento de su pareja; si se le cuestiona por una herida como un moretón siempre da una excusa diferente como me caí o me topé con algo, si la agresión es más fuerte evade el tema.
• Muestra signos de ansiedad o depresión, de pronto se aísla o se muestra nerviosa todo el tiempo; justifica a su pareja cuando hablas con ella sobre sus comportamientos extraños; su vida social no existe, toda su vida se reduce a casa y trabajo, quienes tienen familia no salen de casa o rara vez lo hacen.
• Siempre pasa con sueño y hay variaciones en su peso; se aleja de familia y amigos; drásticamente cambia su forma de vestir porque a su pareja no le agrada lo que usa.

Fuente: Psicológa Adalyd Belloso/Facebook: https://www.facebook.com/AdabellGt/ Instagram: https://www.instagram.com/adabell.psicologia/