Nuestra piel tiene una barrera natural, que nos protege de la sequedad y la entrada de gérmenes, por lo que un cuidado y limpieza excesivos podrían alterar el equilibrio natural, advierte el portal especializado haut.de.
Por: DPA
La razón: en el manto hidrolipídico, que mantiene la piel flexible, hay sustancias que ajustan la epidermis a un valor de pH ligeramente ácido de alrededor de 4,5 a 5,75. Pero demasiada limpieza, por ejemplo con medios alcalinos como jabón, puede dañar esta capa protectora.
La sensibilidad de la piel aumenta, por ejemplo, si la capa córnea se hincha debido a un exceso de humedad. Normalmente, los queratinocitos y el manto ácido protector evitan que la piel pierda humedad.
La buena noticia es que en caso de una piel sana, el manto ácido protector se vuelve a regenerar una y otra vez. Por ejemplo, después de lavarse minuciosamente las manos, necesita alrededor de una hora para volver a reconstruir ese nivel de pH.
dpa