Cada vez más países obligan a llevar mascarillas para ir a la compra o en los desplazamientos con transporte público, en autobuses y trenes, para contener la propagación del coronavirus. A continuación cinco consejos centrados en este tipo de protección:
Por: DPA
1. Mantener la distancia pese a llevar mascarilla
La mascarilla de todos los días, una confeccionada en tela, son una ayuda, pero por lo general no cumplen las normas y requisitos que se establecen para la protección clínica de la boca y la nariz, por ejemplo.
Incluso portando mascarilla se deben mantener las reglas de distancia y toser y estornudar correctamente, es decir, en parte interior del codo y alejándose de los demás.
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No obstante, la mascarilla ayuda. Es una señal visible para los demás de que se tiene cuidado con el coronavirus. Asimismo, está diseñada para interceptar las gotas que se emiten al hablar o al reír, con lo cual se protege hasta cierto punto de la infección al interlocutor cuando se es portador del Sars-CoV-2.
Como usuario de la mascarilla también se protege uno en cierta medida. Con la mascarilla, por ejemplo, se puede evitar las personas se toquen la nariz o la boca con las manos sucias, una de las formas más posibles de que los patógenos entren en el cuerpo.
2. Elegir un tejido compacto
Según el Instituto Federal de Medicamentos y Dispositivos Médicos de Alemania (BfArM), los tejidos compactos son más adecuados para las mascarillas que los tejidos ligeros.
Esto significa que al confeccionar al tela, los hilos tienen que estar lo más apretados posibles, pero no tanto que dificulten la respiración. Lo ideal sería que el tejido de la mascarilla fuese de algodón al cien por cien, según recomiendan autoridades sanitarias europeas.
3. Lavar con agua caliente
Después de usar la mascarilla es mejor lavarla inmediatamente a una temperatura de al menos 60 grados con un detergente fuerte. Si no se quiere poner la lavadora de inmediato, habrá que poner agua bien caliente y detergente en el fregadero y para no escaldarse las manos durante el lavado se puede emplear un palo con que mover la mascarilla dentro del agua. Cuando el agua se haya enfriado lo suficiente, se pueden utilizar de nuevo las manos para acabar de lavar la pieza.
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Hablando de manos: antes de ponerse la mascarilla, conviene lavarlas bien para que la protección se mantenga limpia. Lo mismo se aplica cuando se quita, porque los agentes infecciosos podrían haberse quedado en la parte exterior de la mascarilla.
4. Cuidado con el microondas
Si la tela lo resiste, también se puede limpiar la mascarilla con una plancha bien caliente o metiéndola un rato en el horno. Atención si se limpia en el microondas: Las mascarillas con alambres no deberían colocarse en el microondas bajo ninguna circunstancia, se corre el riesgo de provocar un incendio.
5. Comprar, coser o un pañuelo delante de la boca
Los fabricantes de ropa están dedicando una parte de la producción a fabricar mascarillas. Muchas tiendas de telas, sastres y diseñadores también las venden.
Además en Internet se pueden encontrar a diversas personas que venden las mascarillas que ellos mismos han confeccionado. Pero aquellos que saben cómo usar la aguja y el hilo simplemente tienen que ponerse a coser una mascarilla y en Internet se puede encontrar plantillas para realizar los patrones.
Si deseas confeccionar esta pieza de protección o los materiales necesarios como la cinta elástica y no se puede comprar una mascarilla de inmediato, entonces tendrá que bastar un tejido como un pañuelo o un chal que cubra la boca, la nariz y las mejillas.
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Después de usar esta prenda como mascarilla, el consejo de lavar a al menos a 60 grados la prenda es igualmente válido.