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Mal aliento, todo un repelente social

Cuidar los hábitos de higiene bucal y mantener una dieta saludable son las principales medidas para combatir la halitosis, un mal con repercusiones médicas y sociales. En este artículo te explicaremos algunas causas frecuentes de mal aliento y diferentes maneras de eliminarlo.

¿Alguna vez has sentido la necesidad de alejarte de alguien porque tiene mal aliento? Muchas personas han vivido esta experiencia, pero ¿qué sucede cuando quien presenta el mal aliento es eres tú?

Según el libro Medicina de Familia: principios y práctica, una de cada 10 personas en el mundo sufre de mal aliento, conocido también como halitosis. Este problema tiene muchas causas y se intensifica con el estrés, infecciones en encías y enfermedades gastrointestinales. Existen varios consejos para mitigarlo o controlarlo, basándose en una higiene bucal cuidadosa y dieta adecuada.

En general, el origen del mal aliento suele ser una superabundancia de bacterias productoras de compuestos sulfatados volátiles. En palabras más sencillas, son millones de bacterias en restos de comida pegada en dientes, encías y lengua. Éstas forman placas pegajosas y generan olores desagradables.

Para la persona portadora de este problema no es fácil darse cuenta o aceptarlo. El libro mencionado sostiene que ‘la mayor parte de los pacientes nunca refiere el problema de halitosis a su médico u odontólogo, pues, normalmente, el individuo que lo experimenta no lo percibe debido a la adaptación olfatoria. Habitualmente, un padre o el cónyuge solicitan una evaluación’.

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[‘Medicamentos como los antidepresivos, antihipertensivos y diuréticoS, disminuyen la cantidad de saliva en la boca, lo cual también produce halitosis’, Doctor Carlos Cruz Botrán.]

Diversas causas

El mal aliento ha sido un problema en todas las épocas del ser humano. Hoy se le da importancia porque es nuestra tarjeta de presentación en toda relación social, como trabajo, amistad o romance.

Existen muchas causas por las cuales una persona lo genera. La más común es la ocasionada por los restos de comida en la boca, debido a higiene dental deficiente y dientes traslapados. Estos restos generan bacterias e incluso caries.

Otra causa es la falta de saliva en la boca. ‘La saliva tiene por función crear una autolimpieza bucal, oxigenando los tejidos y bajando la población de estas bacterias anaeróbicas. Una boca reseca tiende a mantener más de estas bacterias y producir mal aliento. Por ejemplo, las personas que duermen con la boca abierta, despertarán con la boca seca y tendrán mal aliento. Igual sucede con quienes realizan ejercicio, no se hidratan y respiran por la boca’, asegura el doctor Carlos Cruz Botrán, cirujano dentista con especialidad en periodoncia.

Lo que sucede en otras partes del cuerpo se refleja dentro de la boca. Así, cualquier tipo de infección en vías las respiratorias tiende a salir por las fosas nasales. Si una persona sufre de sinusitis o amigdalitis producirá un olor extraño en la boca.

Por último, existen trastornos patológicos que afectan de manera directa al aliento del paciente. Las afecciones respiratorias como vías respiratorias altas, sinusitis, laringitis y faringitis son algunas. ‘Afecciones sistémicas como falla hepática y uremia producen un olor particular del aliento. A esto se le añade el excesivo consumo de tabaco, alcohol y alimentos como el ajo, la cebolla y el repollo, cuyos olores impactan en el aliento’, dice Ramiro Dávila, dentista.

Lengua y perfume dental

La lengua tiene una superficie áspera. Muestra grietas donde se facilita la retención de bacterias. En la parte posterior del órgano es fácil se retengan bacterias anaeróbicas, las cuales no necesitan oxígeno para vivir. Son compuestos volátiles y producen el mal olor.

‘Cepillar la lengua no es suficiente. Para una limpieza adecuada se utiliza el cepillo normal, cepillos especiales con sector para lengua o raspadores de lengua. Se limpia el tercio posterior, el fondo de la lengua, para que salga la masa blanca que es la placa bacteriana. Debe hacerse con cuidado porque es zona propensa para experimentar náusea. La limpieza se realiza de adentro para afuera’, explica Cruz Botrán.
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Una dinámica utilizada para mantener un aliento fresco y agradable es masticar chicles y dulces con sabores de menta, canela o hierbabuena, así como el uso de enjuagues bucales. Esta ayuda es momentánea, para emergencias y períodos cortos. No se recomienda basarse en ellos para tratar la halitosis.

‘Los enjuagues y los chicles son algo extra. Existen algunos cuyo principal objetivo es la mineralización de dientes, otros incluyen componentes para desinflamar encías, y hay una línea con fines cosméticos. Al final, lo vital es lavarse los dientes tres veces al día y usar seda dental por las noches. Lo demás es como utilizar perfume después del gimnasio, el olor será agradable, pero no durará para siempre y la persona debe estar limpia para tener un buen olor natural’, determina Cruz Botrán.

Lo ideal es que el odontólogo te recomiende como complemento el enjuague adecuado a tu necesidad y características, pues existe gran variedad comercial.

‘Por lo general, se recomienda utilizarlo una vez al día después de que la boca esté limpia, realizando un enjuague por 60 segundos con 15 mililitros de producto, procurando pasarlo por todos los dientes. Para un mejor efecto, no se debe enjuagar con agua inmediatamente después de su uso ni comer o beber durante la siguiente media hora’, explica Dávila.

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Por David Lepe

Fuentes: Carlos Cruz Botrán, cirujano dentista con especialidad en periodoncia y colaborador de Colgate. Ramiro Dávila, del Centro de especialidades dentales Multident. Libro: Medicina de Familia: principios y práctica, de Robert B. Taylor, Editorial Elsevier España.

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